lunes, 28 de diciembre de 2009

El ejército de EEUU se encomienda a Murphy

"Einstein era medio comunista", asegura un señor que pasaba por allí

Desde el pasado miércoles a la hora del vermú, el ejército estadounidense y sus científicos se han embarcado en un arriesgado proyecto de I+D con el que se proponen sustituir la mayoría de leyes físicas por Leyes de Murphy. Pretenden con ello "dotar de eficiencia y seriedad a nuestras misiones y que no vuelva a ocurrir lo de aquellos australianos... cómo era... Vietnam, ¿no?", aseguró uno de los idearios del proyecto.
Así los mandatarios del ejército de la gran potencia norteamericana tirarán a fallar los misiles con el claro propósito de dar en el blanco, les alejaran los inodoros a sus enemigos para que les entren ganas de evacuar y llevarán un juego de llaves del cuartel en cada bolsillo para que no les quede siempre en la mano ocupada.
No obstante, ninguna de esas medidas ha sido tan polémica como la de ungir la punta de los misiles en mantequilla para asegurarse así que los explosivos lleguen al suelo. Dicho avance logístico ha provocado una gran controversia dado que en las primeras pruebas de misil+mantequilla, solamente han conseguido destruir tres panaderías.

P.D: Por ambientar...

"Herodes solamente fue un tío con una buena idea"

domingo, 27 de diciembre de 2009

Algo nos pasa...

...Porque estamos los cuatro apamplaos. A días de celebrar el primer añito del nacimiento del blog, pasamos por las horas más bajas de su existencia. Tal vez sea porque al fin nos hemos dado cuenta de que carecemos del más mínimo talento (algún día tenía que pasar), porque estemos sumidos en un estado de felicidad doméstica tal que nos sea imposible inspirarnos (difícil, pues ninguno es Sabina), que hayamos optado por desconectar un poco del mundo para no morir en el intento de vivir dignamente (ya que motivos para el pataleo no nos faltan), o porque a Ale le hayan cerrado el acceso a la wikipedia. Pero el caso es que la llama que nuestra mano lame está guasnía perdía, o nosotros tenemos artrosis en los dedos. Porque escribir, o por lo menos redactar, estamos más por el que no lo hacemos.

Esperemos que aparezca por lo menos una mica de candor que vuelva a prender nuestros espíritus, o me veo muriendo en la más profusa inevedad, hartos de olvido y aburrimiento. Así que nada, a escribir equipo. A escribir. Que se nos hunde esto, mancha de cabrones.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Serendipias , hijo, serendipias

Aquel poderoso hechicero (quizás el más poderoso que jamás hubo) llevó a su hijo a la comunión de Hebe, el hijo del dios de los dioses, a regañadientes. Su estado de ánimo no mejoró cuando Zeus le dijo que no habían contado con él para el convite por lo que sería ubicado donde hubiera hueco. Y había hueco en la mesa de los niños.
La tarde se presentaba magníficamente tortuosa. Llevaba ya más de una hora comiendo en silencio mientras los infantes amigos de Hebe (el propio hijo del hechicero incluido) se habían arrojado un poco de cada plato, servilletas, flores, ceniceros e incluso “Los mortíferos rayos de mi papá”. Estaba harto. Justo se estaba levantando para irse cuando de repente sucedió algo histórico. Varios zagales estaban en un extremo de la mesa probando las patatas con tarta, los embutidos con flores e incluso el solomillo con ceniceros. Uno de ellos propuso extender aquellas pruebas alquímicas al campo de la bebida. Acto seguido, tomó un vaso y echó dentro varios refrescos (varias versiones apuntan a que fueron 7up, Dr Pepper y Bitter Kas). La mezcla empezó a brillar y a emitir destellos cegadores. Aquel poderoso hechicero que había acudido allí a regañadientes y de mala gana, estaba a punto de entrar en la posteridad gracias a unos mocosos.
Asustados por las reacciones que se estaban dando dentro del vaso y por su fulgor, los tres chavales huyeron despavoridos. Estaba claro que no sabían que acababan de sintetizar la Piedra Filosofal.
El hechicero tomó el vaso y lo rompió contra el suelo, para liberar a la Piedra (ya solidificada) de su cárcel cristalina. En aquel momento era una persona prácticamente omnipotente y, para probar sus propios poderes, pronunció a viva voz un conjuro que debía transformar en oro una silla que tenía delante. Lo malo fue que un niño se sentó entre tanto en esa silla y ese hechizo tuvo en él un efecto impensable: el infeliz mozalbete se convirtió en un extraterrestre oficinista con tres ojos y dos cuellos. Fue desolador.
Debido a aquel incidente, el hechicero le pidió a su amigo el centauro que escondiera aquel brillante pedrusco en el lugar más recóndito que se le pudiera ocurrir, evitando así que ningún humano pudiera usarlo más.
Manolo accedió a hacerle ese favor porque el hechicero era su amigo y porque siempre fue un poco tonto.


P.D: A ver si nos animamos.

"Si al menos dieran melocotones para comulgar..."

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Y así nos va

Y dicen que es un pueblucho de mierda aquellos pequeñajos que destrozan el mobiliario urbano. Mobiliario urbano comprado por las mismas personas que los visten tan guapetones y les subvencionan las drogas. Los mismos que se encargan de elegir a su dirigente. Los mismos que se quedan impávidos cuando un alcalde firma unos papeles sin leerlos. Papeles en los que las cuentas están muy bien (muy mal, quiero decir) hechas. Las cuentas del dinero que les ha dado su primo hermano, el mediano. Y su primo hermano ha sido subvencionado por... ahh, claro, por los mismos. Los mismos que se tropiezan con los bordillos destrozados. Los mismos que no pueden andar por su calle porque está destrozada y puesta patas arriba. Los mismos que han sido testigos de cómo se ha hecho una obra pública en tiempo récord a escasos metros de su hogar para que las uvas se vean por televisión. Los mismos que irán a intentar chupar cámara. Sí, esas cámaras que miran para otro lado en el momento preciso. El momento en el que todo sucede, el momento en el que las manos del tahur se vuelven veloces. El momento exacto en el que la libertad se vuelve de color gris asfalto. Justamente el asfalto que es el escenario de los mismos. Los mismos son miles de vidas que a golpe de horario destrozan su dignidad. Vidas que se erosionan hasta amoldarse a la forma que el entorno se empeña en someterles, como cantos en el cauce de un río. Vidas dedicadas a la religión del trabajo. Efectivamente, ese trabajo que necesitan para intentar que aquellos pequeñajos puedan salir de este pueblucho de mierda.

P.D: Bah, me ha cogido el cuerpo así.

"La perseverancia es lo poco que nos queda"

martes, 15 de diciembre de 2009

Declaración de intenciones

Quiero ser una sonrisa en tu cara,
quiero ser del imécil el insulto,
quiero ser del moribundo el indulto,
y quiero ser la carcajada que se escapa.

Quiero ser ciego a las mentiras que ciegan.
Quiero ser la mano que sin droga cura.
Quiero ser el cuento que nace de una pluma,
y el personaje que dicta una novela.

Quiero ser digno ante mis ojos,
quiero ser la cicatriz del roto,
y el que escuche entre el ruido melodía.

Y por encima de todo, que no es poco,
quiero ser el médico loco
que lea el Quijote y escriba poesía.


sábado, 12 de diciembre de 2009

En la tierra de nadie

En la tierra de nadie parece que no existe la complejidad, parece que la historia es simple, guerra y relaciones humanas, el cóctel necesario. Sin embargo hay más, una crítica social y un engaño contenido.

En la tierra de nadie es necesaria la convivencia, donde no hay ventaja para ninguno de ellos, donde el sufrimiento es equitativo. Allí donde cohabitan (durante unas larguísimas veinticuatro horas) Ciki, un experto guerrillero del ejército bosnio, y Nino, un asustadizo y novel soldado de Banja Luka que pertenece al ejército serbobosnio. Ellos dos hasta que “resucita” Cera, que se verá obligado a mantenerse tumbado en la trinchera, a riesgo de la explosión que acabaría con estos tres individuos, con estos tres antihéroes. Prisioneros en las garras de la guerra.

En la tierra de nadie parece que podemos jugar, burlarnos, ironizar y reírnos de y con la guerra, el antibelicismo en un film bélico (como en Senderos de Gloria), pero ni siquiera ésto evitará que nos sintamos invadidos por la tristeza y el dolor, por el remordimiento del ser humano.

En la tierra de nadie se refleja la realidad periodística, el complejo de buitre que ahonda a estos profesionales a buscar a sus víctimas en la carroña, a venderse y mentir en pos del titular, de la entrada en directo en prime-time. No importa la víctima, sólo importa la noticia.

En la tierra de nadie (como ocurrió realmente) no exclusivamente Serbia controla la guerra, dos países cometiendo atrocidades, una discusión y un veredicto forzado, ¿quién empezó la guerra?, el prisma de la objetividad en duda, como en cualquier conflicto. Y por encima de todo, una señalización, que no una acusación. Un dedo que reconoce a un organismo culpable, la cobardía del que debe erigirse en juez. Los cascos azules en plena manipulación de información y en plena dejación de poderes.

En la tierra de nadie, como para Joe Sacco, la neutralidad no existe. Como textualmente dice Marchand en la película, no hay neutralidad ante el asesinato, no hacer nada por impedirlo es tomar partido, no es ser objetivo.

En la tierra de nadie no hay nada más interpretable que lo que dice su director. “Me acuerdo de los extraños sentimientos que tuvimos cuando comenzó la guerra de Bosnia, cuando podías ver el agujero negro de una bala en una pared o un cráter causado por un obús en medio de un campo. Imagina que alguien sobreimpusiera una fotografía en blanco y negro sobre un cuadro de Van Gogh y de esa forma podrás entender lo que uno siente cuando ve algo así. Esa falta de armonía provocaba una especie de shock visual. Te hacía sentir desgraciado y desamparado. Este shock es lo que he tratado de mostrar en mi película. Por un lado un largo día de verano y por el otro, los seres humanos y la negrura de su locura”.



No Man´s Land - 2001 - Director: Danis Tanovic - Producción bosnia.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Refrito islámico

A raíz de los sucesos acontecidos en Suiza la semana pasada, y a la luz de todas las reacciones (tanto positivas como negativas) suscitadas por el tema, he llegado a una conclusión que hubiese dejado en bragas al mismísimo Sherlock Holmes: Tenemos un problema. Y gordo. Viendo citas como “no se puede apoyar a ninguna religión que atente contra los derechos humanos”, “es una religión que humilla a las mujeres” o “son los musulmanes los que quieren nuestra extinción, estamos en guerra con el Islam”, uno se ve en la preocupante situación de tener que recordar, no solo a la gente de a pie, sino a tanto analista político o columnista que escribe impunemente en los periódicos sin que esté tipificado en el código penal, lo siguiente: No hay que confundir islamismo integrista con Islam. Ni siquiera hay que confundir Islam con practicantes islámicos. Y no estamos en guerra con el Islam, estamos en guerra con los terroristas islámicos. Elemental, mi querido Watson.

En un principio, la Biblia contenía iguales o peores atrocidades que el Corán, y el catolicismo se basaba también en principios aberrantes (incluso ahora, en algunos muy discutibles). ¿No se promovía desde Roma y tantos sitios la guerra al moro hace pocos siglos? ¿No había en la Biblia referencias machistas (machistisimas)? El caso es que el Islam es una religión que se ha mantenido muy ortodoxamente en algunos sitios, y podemos conocer una versión muy "pura" de él. O de su lado más despreciable. Pero ocurre que como el cristianismo en una religión hecha a medida de las circunstancias y los intereses y en distintos concilios se tiene la potestad de añadir o suprimir verdades a la palabra de Dios, gran parte de esas ideas rechazables se han ido cambiando poco a poco y no convivimos con ellas actualmente. Qué quiero decir con esto: que no podemos generalizar ni atribuir las mismas propiedades a una población tan extensa. Fíjense que yo hablo siempre de "catolicismo". ¿Cuantas ramas de "Cristianismo" hay? Así a bote pronto, se me ocurren además de la Católica, la Ortodoxa, la Protestante, la Anglicana... Incluso dentro de la misma tendencia católica... ¿hay homogeneidad? Para nada, en ese saco conviven catecumenales, practicantes comunes, unos más ortodoxos, otros heterodoxos, creyentes no practicantes, Opus Dei... ¿Creen que no ocurre lo mismo en el Islam?

Permítanme que cuente un poco mi experiencia personal. Este verano Curro y yo (Curro es el judío liberal ese que también escribe por aquí) estuvimos en Bosnia cosa de una semana. Bosnia es un país de mayoría musulmana (un 60%), y evidentemente, en la Federación Bosniomusulmana (el otro "lado" del país es la Federación de la República de Sprska, de mayoría cristiana ortodoxa. Bosnia-Herzegovina tiene una geografía y una política bastante complicadas) lo que predominan son las mezquitas. Algunas, por cierto, son horrorosas (especialmente las más modernas), y otras son jodidas preciosidades. Espacios arquitectónicos bellísimos de los que incluso espiritualmente las catedrales cristianas podrían envidiar bastante (esto ya sería salirnos demasiado del tema). En esos días conocí varios musulmanes y visité bastantes espacios suyos, incluidos mezquitas. Lo único que hace falta para entrar en esos sitios es descalzarse, nada más. No está prohibido entrar en las mezquitas ni nadie te riñe por no estar en el lugar más adecuado (aunque al principio, puestos a ser sinceros, creíamos que no era así).

Conocemos muy bien el islamismo radical, pero estamos llenos de prejuicios contra los musulmanes en general. Allí en Bosnia no vi machismo, ni siquiera vi demasiados velos. Muchas mujeres musulmanas van con el pelo al aire. Otras, evidentemente, no. Ciertamente, el país está un poco contaminado de "radicalización" en algunos puntos debido a la guerra (la forma que tiene de expresarse un nacionalista que no tiene nación a veces no es más que la religión), especialmente en el sur (Herzegovina, lo mayormente en Mostar y sus alrededores). Ahí si me encontré mucha tontería y alguna bandera verde. En el resto del país, nada.

Es emocionante ver en Sarajevo, en apenas una manzana, una mezquita, una catedral ortodoxa, una catedral cristiana y una sinagoga. Nadie me trató mal por ser de un país cristiano, nadie me miró mal por visitar una mezquita, y nadie me trató de convencer de que me convirtiese al Islam. Son gente como nosotros, que adoran al mismo Dios que nosotros, pero a su manera. A la forma que su herencia cultural y su forma de ver la vida le otorgan. Muchos de los musulmanes que vi bebían alcohol. Otros preferían no hacerlo. En algunas tiendas lo vendían y en otras no. Desde luego, no todos los musulmanes nos seguidores de la Sharia.

En una ocasión, en la mezquita del Bey (increíble de bonita, por cierto), un grupo de chavales de mi edad estaban rezando dos minutos, antes de irse a jugar un partido de fútbol. Estaban vestidos de chándal, con sus mochilas, y sus tenis a un lado. Juntos, cada uno a lo suyo, mientras otros no musulmanes esperaban a lo suyo que terminaran para marcharse. Y no eran unos moros. Eran chicos jóvenes, claramente occidentales, algunos rubios y otros morenos, que en lugar de rezar apoyando las rodillas en un reclinatorio de un banco lo hacen en el suelo, en lugar de pegar las palmas de las manos acercan la cabeza al suelo. De echo, de quedé tan sorprendido de la cantidad de prejuicios que tenía contra ellos que me compré allí mismo, para leerlo por mi mismo y conocerlo realmente, en la madraza de la mezquita, un ejemplar del Corán. En castellano, evidentemente. Voy superflojo en árabe y en serbocroata.



(Este es el cartel propagandístico que dio la victoria al no a los minaretes)

viernes, 4 de diciembre de 2009

El Rey, pero el otro (¡Ay, señora, que volvemos!)

P.D: Retomo Realidades Perpendiculares. Supongo que recordar con detalle todos los aspectos de la historia resultará complicado, pero (casi) todos los capítulos de la saga están en el archivo de ésta, la página con peor ratio escritores/lectores de toda Internet.
P.D.2: Jamás pensé que un pre-data pudiera serme tan útil.

El Rey Hyonerda tuvo un pequeño problema desde que era pequeño: a veces daba órdenes aleatorias.
No es que fuera un mal rey, porque era un ser honesto y civilizado, lo que sucede es que con cierta frecuencia le pedía a sus súbditos que realizaran tareas absurdas que no conducían a ninguna parte.
Desde pequeño le pasó pues, por ejemplo, en la comunión de un amigo suyo ordenó a uno de sus súbditos que le diera un poco de mantel con paté y un vaso de 7up mezclado con otros dos refrescos a elegir (de distinto color, uno con gas y otro sin gas).
Si estaban en mitad de una batalla, ordenaba a uno de sus generales que sacudiera una alfombra mirando hacia el sur. Si aprobaba una partida de exploración, les ordenaba a los exploradores que no caminaran hacia ninguna dirección donde pudieran ver su propia sombra. Si estaban en mitad de una negociación diplomática, ordenaba a sus cortesanos que repitieran sus palabras en una octava más alta.
Aun así, inexplicablemente, siempre había tenido bastante éxito en sus batallas, había descubierto muchos territorios y mantenía unas relaciones excelentes con los demás reinos.
También se contaba entre sus hazañas el ser el primer rey que envió a un hombre más allá de las nubes (también envió deliberadamente a otro al mundo etéreo y sus abogados todavía no saben cómo sacarlo de ese atolladero). Un día, cuando todo estaba decidido se reunió con él:
-Muchacho, admiro tu valentía. Gente como tú hacen de éste reino un lugar mejor.
-Gracias, mi señor.
-Ahh, por cierto, si en el espacio te encuentras a un gnomo, dale esta pócima para convertirlo en un basilisco transexual.
-Pero, majestad, es harto improbable que me encuentre más allá de las nubes con un gnom…
-¿Osas contradecir a tu rey?
-No, por supuesto que no. Se hará como gustéis.


"Los porros son el serranito de las drogas"

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Competitividad

Comenzaba a notar la extenuación a pesar del resultado, un dulce cansancio que se asomaba ligeramente a su estado físico pero que no dejaba de haberse quedado atrás con respecto a su estado mental. Era el ascenso del ganador, la prolongación de la racha del que se sabe vencedor desde el primer momento. Eso es lo que había notado él, era uno de esos días en los que le entraba todo, había estado calentando antes de la cita, mentalizándose (si es que era necesario) en la importancia de lo sobrevenido. Así era, para el resto había partidos y partidos, pero ese planteamiento le parecía cosa de mediocres, para él todos los choques eran precisamente eso, choques, todos iguales de vitales, todos tan necesarios como el anterior. Es más, sí que había un encuentro clave en su vida, el siguiente, siempre el siguiente. Luego esquematizaba, era capaz de formatear todas sus victorias, que según decía, recordarlas no hacía más que caer en el error de conformarse con lo pasado. Sin embargo, tenía grabada en su mente cada resultado, cada minuto, cada rival, cada detalle (de la pista, de la pelota, de la gente) de todas las derrotas que había cosechado, si hubiese sido boxeador su memoria reflejaría un ranking de un 0-14.5 (aún no tenía claro si el partido contra T.M había nacido desde la total “imparcialidad). Y sí, por qué no negarlo, no era un buen rival, la fiereza de su comportamiento y la intensidad sempiterna conseguía que fuese considerado como un competidor ilegítimo, en primer lugar porque nunca creyó que la trampa y la arana debieran de quedar excluidas de la liza, para eso había acuñado una famosa frase que desquiciaba la moral de sus adversarios: “Ni siquiera me ha hecho falta hacerte trampas”. A su dudosa forma de actuar en relación a la adaptación de las normas de juego, había que añadirle su famoso mal ganar, su lengua, su palabra, su dedo corazón y sus brazos se aunaban en ocasiones para hacer ver a su contricante la importancia y la humillación de la derrota (si es que todavía no había conseguido reaccionar con tanta intensidad durante el juego). Mentalidad y físico, por eso era casi imbatible, casi invencible, casi inmortal, porque había moldeado su cuerpo de competidor adaptándolo a su mente de competidor, porque no importaba que realmente no se dedicase a todo ésto, él había dedicado su tiempo libre a alcanzar su cenit, a ampliar y fortalecer su espalda, sus brazos, su tronco, sus piernas, añadiéndolo a su ya de por sí imponente envergadura, y a su experiencia tornada en mil batallas, labrada en años de mejora, en años de entrenamiento. La potencia del vencedor nato, del que se entrega día a día hasta la debilitación total, del que muerde, ladra y gruñe con lo que cede. Del que grita, silba y levanta los brazos con lo que consigue. Carácter yugoslavo, procediera de donde procediese.

Un corte de mangas y un grito en la cara, lo acababa de volver a conseguir, el triunfo se había decantado de su lado por enésima vez en tal crucial batalla. Había vapuleado, humillado y asestado un veintidós a CERO a su rival en uno de sus deportes favoritos, el de la canasta. Nada más y nada menos que veintidós a CERO como repetía insistentemente ante la ingenua mirada de su joven nieto. Un último grito de fondo sin respuesta: “Lo de que tengas tres años no es una excusa”.

martes, 1 de diciembre de 2009

Murallas

Vivía en su propio reino en el que los libros, cuadernos y hojas sueltas hacían de murallas literales contra el mundo exterior. Si había algo que le gustaba hacer en la vida era leer, y podía pasarse horas muertas delante de cualquiera de las grandes historias que la humanidad había ido legando en forma de escritos, fuesen reales o ficticias. Conocía los nombres de sus autores, su vida y sus obras mejor que los de sus propios amigos. Pero si de verdad tenía un sueño, una aspiración en esta vida, era escribir. Escribir al menos la mitad de la mitad de la mitad de bien de lo que lo hacían sus maestros. Por eso, junto a todos los libros que empalizaban las paredes de su habitación, se veían lomos y portadas de hermosas libretas de escritura de las formas más diversas sobre las que esperaba escribir su gran obra maestra. Las había pequeñas, grandes, con cubiertas de cuero, de piel, de tela, negras, grises, marrones, decoradas, austeras, de hojas blancas, de hojas rayadas –no de cuadritos, los odiaba- de macas conocidas, hechos a mano… Imitaciones de las libretas sobre las que Hemingway, Cortázar, Orwell, Borges, Dumas, Stendhal, Toole, Alberti o Lorca hubieran podido plasmar sus ideas, compradas por él mismo o regaladas por sus seres queridos, conscientes y partícipes de sus sueños y esperanzas. Sin embargo, todas estas hermosas libretas que ayudaban a defender su mundo particular, absolutamente todas, estaban en blanco. Y esa era la causa de que, terminando de componer el emplaste de la fortificación, hubiera gran cantidad de viejos y ajados cuadernos escolares –hasta de cuadritos- y folios sueltos guardando sus escritos. Siempre se resistía a escribir sobre ellas y acababa utilizando los estropeados y simples cuadernones, cuando no meros folios, para plasmar las ideas o brotes de inspiración que se le fueran ocurriendo. Evidentemente, con lo mal que aún escribía, no se iba a poner a violar esas magnas libretas con sus estupideces. Ya escribiría sobre ellas cuando de verdad supiese escribir. Mientras tanto allí seguirían, acumulándose, preciosas encuadernaciones de hojas en blanco componiendo las murallas de sus sueños.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Músicos repartidos por el mundo



P.D: Pa completar y eso pongo un post-data.

Oda a... tu personalidad

Ay, de la gran tensión
de la palabra correcta.
Ay, de la entonación
de las líneas rectas
de la circunvalación.
Ay, de las indirectas.
Ay, de la mala intención.
Hay miradas perfectas
que se pudren en prisión.
Y hay quien las detesta.

Ay, de tu felicidad,
estoy del todo seguro.
Ay, de tu media mitad,
si no fuera por tu culo.

Ay, de las moralinas,
deudas al confesionario.
Ay, de la degollina
vendida por empresarios
de matón y oficina.
Ay, de lo innecesario.
Ay, de aquellas esquinas
para perder sudarios.
Ahí mi vida termina,
ahí termina el calvario.

Ay, por tu felicidad
quemo mis cielos oscuros.
Ay, por mi bien y verdad,
si no fuera por tu culo.


P.D: Y tal.

"La mujer perfecta es un hombre con tetas"

viernes, 27 de noviembre de 2009

La mejor manera de Perder el tiempo...

Bueno visto mi existo con los post, me he decidido a embarcarme en otro single.



Desde hace unos años los integrantes de este blog siempre hemos pensado que la mejor manera de perder el tiempo es...Viajar.

Hay quien lo hace con una mochila, con unas ruedas, con ilusión, con ganas de aprender algo nuevo, con ganas de empaparse, por ver museos, por reír, por compartir o por vivir...(como dice Curro en su magnífico texto).

Pero nunca me había planteado que un motivo para viajar fuera por "La paz y la No-violencia". (quizás es, de los motivos mas importantes por lo que podemos hacer algo.)

Ver info:
http://www.theworldmarch.org/index.php?lang=esp
http://www.marchamundial.es/sitio/

No se si habéis oído hablar de esta "Marcha" en prensa o por algún tipo de medio, pienso que no se le da la repercusión que tiene.



Os voy a explicar brevemente de que se trata la "Marcha mundial por la Paz y la No-violencia"

La marcha como bien dice, se trata de recorer el mundo entero aclamando y creando conciencia social, intentando crear así un activimismo en las personas.

Como empezo todo...Las bases de esta marcha se sustenta en este hombre y en lo que hizo en vida.

Ver info.
http://es.wikipedia.org/wiki/Mahatma_Gandhi

Si habéis visto películas, documentales o leído algo de él, sabréis que el 12 de marzo de 1930, Mohandas Karamchand Gandhi emprende la conocida como Marcha de la Sal con vistas a arrancar la independencia de la India al Imperio Británico.

Leer mas aquí.
http://es.wikipedia.org/wiki/Marcha_de_la_sal

Gracias a este hombre aparece esta nueva mentalidad y se funda una nueva filosofía por así llamarla, conocida como Humanismo, (nada tiene que ver con el humanismo del renacimiento...o si...) La verdad que de este movimiento no se, ni entiendo mucho, pero se que sus bases son:

Crear un conciencia en el mundo de PAZ Y NO VIOLENCIA,


y la verdad soy una persona de quedarse sólo con las bases de las idiologias, así que a mi me gusta.


Actualmente un grupo de "chalados" (como algunos inactivos y muertos en vida los llamarán) están recorriendo el mundo gritando este mensaje. Con ellos esta andando Luis Silva, tiene 45 años. Es enfermero de urgencias en el Hospital Macarena de Sevilla, aunque también ejerce como docente en la Universidad de Cádiz. Nadie le paga y él se paga su propia "marcha", al igual que todos nos pagamos nuestros viajes.

Yo invito a todos que veáis su blog el cual va realizando durante la "marcha" y es fantástico. Te dan ganas de coger la maleta, reunirte con él y echar a andar...

http://mimarchamundial.blogspot.com/

Como siempre acabo con una buena frase...


"No hay camino para la paz, la paz es el camino"

Mahatma Gandhi.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Perder el tiempo...





"La esperanza es el sueño del hombre despierto"


Aristóteles.

jueves, 19 de noviembre de 2009

La explosión latinoamericana

Como cualquier gran movimiento, como cualquier gran idea nació en la espontaneidad y nació en la gente. Sí, con un porqué, un porqué que significó y significará la historia de un continente y la literatura de una historia. A base de talento, ingenio y gusto, pero lo más importante, no a base de conciencia. La herencia de un continente abotargado por su pasado, el nacimiento de un rama de calidades nacidas para semiliberar a pueblos sometidos a regímenes autoritarios, asilados que conquistaron patrias con su literatura, y no con su ideología, con su literatura. Donde personas no llegaron, llegaron los libros. Porque ellos no eran filósofos, no eran pensadores ni políticos, eran escritores por afición (no por profesión), y por eso se movían en el terreno de las intuiciones y de la fantasía. Los sudamericanos necesitaban la democracia, pero no sólo mediante la retórica y la política, ansiaban los libros, el cine y la música. Y el boom alcanzó este fin de la mejor manera, dejando atrás la rectitud de la literatura de las tiranías, buscando la novedad y el humor. La adaptación al pueblo. Y ya lo dice Eduardo Mendoza, que no fue terreno exclusivamente latinoamericano, fue exactamente lo mismo que ocurrió en España allá por las décadas de los setenta y de los ochenta.

Sin embargo, aún no se tiene constancia de lo que significó esa conjunción de magníficos escritores bajo “una misma bandera” (aunque ésta sea simbólica), autores que simbolizan algo en conjunto desarrollando sus obras en tan diferentes sitios del mundo, auxiliando a la lucha sudamericana aun comprendiendo diferentes ideologías, consiguiendo seguir la pauta marcada por Jorge Luis Borges y por Juan Rolfo. El azar contribuyendo a reunir a tan grandes personalidades en tan hermosa causa, como en el Siglo de Oro español, como en la Rusia de Dostoievski y Tolstoi, o como en la Inglaterra de la generación del opio. Incluso puede que superando esos niveles. Las obras de García -Márquez, de Cortázar, de Vargas Llosa, de Asturias, de Onetti, de Fuentes, de Donoso o de Benedetti despertados por el brusco levantamiento popular, en un precioso proceso alejado de todo marketing, libros pasados de mano en mano, superando aquello de “que nadie es profeta en su tierra” y abarcando el contacto con todo el mundo. Allí se acabaron las diferencias, donde triunfó el castellano, donde triunfó la gente.

Donde triunfó todo lo demás, es decir, la literatura.

martes, 17 de noviembre de 2009

Llama de baile brujo

De la oscuridad y de la nada, con la primera nota prende el fuego.
Surge sola en el escenario, alumbra tenue las negras pupilas presentes,
se encierra en los ojos de sus devotos y feligreses.
Brilla fuera la luna, fuera brillan las estrellas.
Nace pequeña y tímida. Mas orgullosa a cada pulso crece.
Se elonga y tiembla por un viento que sólo ella siente.
Se encoge y se estira, se envuelve y desenvuelve.
Lentas, siguen vibrando las cuerdas, y mientras, ella crece y crece.
Surge de su corazón un pulso solemne y fuerte,
invade el tambor grave el espacio poco a poco,
in crescendo que va llegando, de la profundidad nace una letanía,
se levantan golpes jondos al compás de un tiento,
rompen el piso en que redobla su repiqueteo.
Y la llama se espiga y se espiga, empieza a perder la cresta
y pierde ascuas que intentan arder el cielo,
y entre quejíos crece y crece.
Las cuerdas se vuelven locas y se rasgan solas,
rompen a hablar, a llorar mientras ríe la guitarra.
Su alma siguiendo el compás, latidos en ritmo de bulería,
la lumbre de una sola punta pierde el control,
y aún siendo sólo una, la llama se hace llamarada, y la brasa se hace incendio.
El aire que a sus pies respiramos nos hace hogar en los pulmones.
Y la llama crecida se gira, enrolla y tiembla por su viento excluyente,
más viva que el sol de levante, más luminosa que en su zenit,
más hermosa que al poniente,
se encrespa y enerva, se enroca ella sola, se recoge y se pierde.
La guitarra le grita su canto, se parte una garganta,
la poseen sus latidos, la domina su ritmo.
La llama se quema a si misma, entra en su éxtasis de infierno,
crepita bajo ella el suelo y tiembla el mundo y sus fueros,
mientras taconea y taconea diabólica
y hermosa en su orgasmo de lava y fuego.
Esa noche surgió la lumbre de la oscuridad, la nada y el silencio.
Fuera brillaba la luna, brillaban las estrellas fuera.
Ardió la llama esa noche, y ella nos prendió enteros.


lunes, 16 de noviembre de 2009

Dialéctica (parte 2 de 2 [Pero partes independ... bueno, eso])

¡Ojalá hubiera sido tan sencillo!
Ojalá se hubiera dado lo sacro, lo divino, lo sagrado, la fuerza etérea, el karma. Ojalá hubiera una justicia trascendente a todo lo extensivo y temporal.
Ojalá lo temporal tuviera una forma definida, fuera cual fuese. Todo simplificado en una línea, una circunferencia, mil circunferencias o un cable telefónico.
Ojalá todo fuera posible.
Ojalá algo fuera más allá de lo terreno, ojalá algo perdurara. Ojalá tuviéramos una estación de origen y ojalá supiéramos nuestro destino. Ojalá todo dependiera de una supremacía indiscutible. Ojalá existiera el Bien (y la Justicia, y la Belleza) o Brahman (y Vishnú, y Shivá).
Ojalá fuera alcanzable el Nirvana y que no acabara nublado por el litio. Ojalá tuviera ojos el alma humana. Ojalá el humano tuviera alma.
Ojalá hubiera un ser omnipresente, omnipotente y providente. Ojalá fuéramos sus elegidos y ojalá nos llevara a la salvación. Ojalá hubiera dejado un recado de cómo debemos comportarnos, de dónde empieza lo humano y acaba lo animal.
Ojalá hubiera una criba, ojalá nuestros seres queridos volvieran a mirarnos a los ojos, ojalá su calor nos acogiera, ojalá fuera eterno. Ojalá hubiera moral y ojalá todos fuéramos iguales.
Ojalá todo tuviera un significado más allá de lo aparente. Ojalá la paz interior fuera capaz de esclarecerlo.
Ojalá Joseph Smith, ojalá primus inter pares, ojalá Calvino, ojalá Jehová, ojalá el ying, ojalá el yang, ojalá los orishás, ojalá Osiris, ojalá Andrómeda, ojalá las agujas, ojalá la magia.
Ojalá la libertad del ser, ojalá su comunión. Ojalá la igualdad entre razas y sexos. Ojalá San Agustín.
Ojalá todo se basara en el perdón pío, en la reflexión y la condena. Ojalá el arrepentimiento fuera verdadero y la caridad fuera desterrada. Ojalá la solidaridad no se hubiera devaluado y el progreso fuera hacia adelante. Ojalá la cruz no golpeará cuerpos macilentos. Ojalá existiera el pecado para poder condenarlo. Ojalá la pureza no fuera virtud, ojalá la tolerancia. Ojalá la sonrisa, el abrazo.
Ojalá bastara con la intención.
Ojalá mañana hundieran cuchillos en mi carne y de la herida brotara vino.
¡Ojalá hubiera sido tan sencillo!

P.D: Ajolá.

"La religión distingue a aquellos que leen muchos libros de aquellos a los que le leen un único libro"

domingo, 15 de noviembre de 2009

Un bonito cuento

Un día, en algún punto entre Pisa y Livorno, en una de esas conversaciones que tanto gratifican cuando se hacen con la persona adecuada, un gran amigo mío, hablando de la vida en general, me contó una historia muy interesante que ocurrió hace muchísimos años, y que aquí transcribo:

Un día, en una campiña inglesa, un humilde granjero andaba paseando por el bosque cercano a donde vivía. Entonces, escuchó unos gritos muy alarmados, y corrió a ver de qué se trataba. Estaba próximo a su pueblecillo, y era común que los chavales de la zona fuesen a jugar por allí, por lo que se temió lo peor. Cuando llegó, descubrió que se trataba de un niño que, entre juegos y tonterías, acabó atrapándose en una ciénaga. Ni él ni sus amigos sabían qué hacer, y comenzó a hundirse. Estaba empezando a ahogarse, así se metió sin pensárselo en la ciénaga para rescatarlo. Gracias a su arrojo, consiguió llegar hasta a él a tiempo, y le salvó la vida a ese niño.

Pocos días más tarde, un noble detuvo su caballo delante de una pequeña granja, en el pueblecillo cercano a la ciénaga.

- Buenos días caballero.

- Buenos días, ¿qué desea)

- Verá, me he interesado mucho por usted y no he descansado hasta encontrarlo. Me llamo Randloph Churchill, y soy el padre del niño al que usted salvó la vida el otro día en la ciénaga. Vengo a pagarle aquél gesto, pues sabe Dios que soy un hombre agradecido.-Dijo ofreciéndole una bolsa llena de monedas.

- Se lo agradezco profundamente, caballero, y me doy por honrado. Pero no puedo aceptar compensación alguna por aquel gesto. Pues lo único que hice fue cumplir con mi deber.- Y rechazó la ingente suma de dinero que le ofrecía.

El hombre del caballo, sorprendido y maravillado por aquél gesto de honradez y humildad, le insistió en vano para que aceptase algún tipo de compensación, alguna muestra de su gratitud, mientras el artesano negaba tozudamente.

En aquél momento, salió de la casa un pequeño muchacho, más o menos de la edad del hijo del noble.

- ¿Es este tu hijo?- Preguntó entonces al hombre.

- Sí, lo es. Es mi pequeño Alexander.

- Permítame que le haga una nueva oferta. Como sabe, mi hijo tiene prácticamente la misma edad, y estudia en mi casa con los mejores profesores del condado. Tengo intención que cuando cumpla la edad necesaria ingrese en la mejor academia posible, y pueda acceder a las mejores universidades del país. Lo único que le pido para que me permita demostrarle mi profunda gratitud por salvar su vida es que permita a su hijo venir conmigo, y estudiar con el mío. Por supuesto, me comprometo a financiar tanto los estudios como cualquiera de sus necesidades. Vivirá en mi casa, y me encargaré de que venga aquí todos los fines de semana.

Aquello era distinto. Se trataba del futuro de su hijo, y era una oferta tremendamente importante. Poco o nada podía ofrecerle el padre a su hijo en cuanto a educación, y ningún futuro diferente al suyo le esperaría en aquél pueblucho, encerrado en aquella granja. Menos aún sin estudios. El chico era inteligente, pues había aprendido a leer y escribir con sorprendente facilidad, y lo que proponía aquél hombre era una oportunidad que no podía rechazar. Tras meditarlo un rato, accedió. Por su parte, el niño estaba encantado. Viviría en una casa enorme, donde había otros niños, e iría un colegio mejor. Listas las cosas y cerrado el trato, al día siguiente empezó aquél niño su educación en la casa noble junto a su hijo, el pequeño Wiston.

Alexander y Wiston crecieron y vivieron juntos toda su infancia. Llegaron a ser grandes amigos y a quererse como hermanos, y los padres de Wiston, a amarle como a un hijo. Además, las dos familias mantenían una excelente relación. Ambos eran chicos muy inteligentes, como demostraban día a día, y aprovecharon al máximo la costosa educación que les proporcionaban. Cuando terminaron los estudios generales, cada uno siguió el camino que más le gustaba, siempre subvencionados por el padre de Wiston. Y así pasaron los años, estudiaron y llegaron a hacerse hombres de provecho, siempre sin dejar de ser amigos.

Uno de ellos, Alexander Fleming, decidió empezar estudios de Medicina. Años más tarde, se haría famoso por ser el descubridor de la Penicilina. Su invento ha salvado millones de vidas y revolucionó el mundo científico, convirtiéndose en uno de los descubrimientos más importantes de la historia de la humanidad. Por ello, le concedieron el Premio Nóbel de Medicina en 1945. El otro, Wiston Churchill, decidió iniciar carrera política. Primer Ministro de Inglaterra, fue pilar básico en la victoria aliada de la Segunda Guerra Mundial y líder en la reconstrucción europea. Además, fue un importante historiador, documentalista y escritor. Por todo ello, le concedieron el Nóbel de Literatura en 1953. Ambos fueron enterrados como héroes nacionales.


Cuando llegué a mi casa, con la historia aún en la cabeza, me puse a investigar sobre ella. Quería escribirla y transmitirla, y me propuse informarme profundamente sobre los detalles y documentarme un poco para darle más veracidad. Desgraciadamente, en cuanto empecé a indagar, descubrí que no se trataba más que de un mito. Alexander Fleming y Wiston Churchil se llevaban varios años de edad, y sus infancias transcurrieron en estados distintos. Sus padres jamás se conocieron, nunca estudiaron juntos, y por supuesto, el padre de Fleming no pudo salvar al pequeño Wiston de ninguna ciénaga. Es tan sólo una leyenda urbana que circula por internet, gestada en el boca a boca virtual. Hay ocasiones en las que escuchamos historias que desearíamos que fuesen ciertas. Por lo que nos aportan, por lo que nos pueden enseñar, por su belleza o por su curiosidad. Y eso me ocurrió a mí con esta. Me pareció una lección magistral que enseñar, algo que aprender y para no olvidar. Desgraciadamente, no se trata más que de un cuento. Aunque eso sí, un bonito cuento. Y todos los cuentos tienen su moraleja. Así que yo me quedo con esta.


viernes, 13 de noviembre de 2009

Dialéctica (parte 1 de 2 [Pero partes independientes, no son capítulos, son más bien dos reflexiones, un tanto gratuitas, encaminadas al mismo tema])

Señora, los caminos para conseguir el saber y el conocimiento están muy devaluados. Resulta bastante triste y ofensivo cuando escuchas a alguien decir “Los romanos sí que sabían hacer puentes, mejor que los de ahora”. Me aflige escuchar que tal civilización era tremendamente avanzada, que usaban tripas de colibrí como crema hidratante, y que debe funcionar. Es desolador que haya gente que crea en profecías de Nostradamus, los mayas, los celtas o la tradición china.
Todo esto viene a que estoy harto de que constantemente estemos escuchando en televisión y, sobre todo, en el cine que el mundo se va a acabar. Que la Biblia decía que era en el 2000. Que un chamán indio dijo que era en 2006. Que los aztecas dijeron que era en 2012. Y venga películas, oiga. Y habrá quien se lo crea y esté acojonado. Hay quien lee un e-mail en cadena hablando sobre profecías apocalípticas y tiene retortijones.
Y mire, La verdad es que me duele que la gente crea que una civilización antigua, que no era capaz de calentarse la leche en un minuto, tenga conocimientos veraces sobre el cosmos a 1000 o 2000 años vista, cuando hoy día los economistas se tiran de los pelos por saber el Íbex de pasado mañana (siendo la economía una creación del propio humano).
Se remueven en sus tumbas los restos de Lagrange, Newton, Bernouilli y Laplace (gente lista, señora) porque dedicaron su vida al estudio de algo fútil, pudiendo haber bailado la danza de la lluvia.
Inventamos la medicina, hacemos correr a los electrones, volamos, nos sumergimos en el mar, construimos rascacielos y transformamos nuestro entorno a nuestro antojo. Todo ello mientras inventamos fantasmas y dioses para simplificar algo que quedó muy atrás. Nos sometemos a una forma de buscarle explicación a dudas que hace tiempo que quedaron obsoletas. Los años pasan, la ciencia avanza y las personas siguen mirando con recelo e interés todo lo que huela a sibilino.
Hay gente que estudia durante años para intentar predecir con un mínimo error la posición de un cometa, una estrella o un electrón (¡ay, Heidegger!), llevamos siglos de investigaciones sobre la materia y la más ínfima composición del Universo y las reglas que lo rigen, el ser humano sabe que hay hechos totalmente impredecibles en el marco de su propia racionalidad (sucesos como tifones, la desintegración nuclear o la trayectoria de una gota por un cristal), y aun así usted le paga el sueldo a una vidente y brinda sus esperanzas a supersticiones vacuas.
Algo marcha mal en el mundo si los apaches sabían ver el futuro y nosotros no sabemos programar el vídeo.
Creo que el conocimiento no avanza en la dirección correcta, señora. Seguramente yo sea el equivocado, porque yo a usted la respeto (y le tengo cariño, llevo muchos años escribiéndole directamente) y no creo que sea persona necia. Así que si usted cree que en los últimos días el cielo se abrirá, bajarán cuatro jinetes, gran bola de fuego cruzar techo azul, the mountains will fall to the sea, chinlu asakutoa fuchulí al carajo mirisaró y todas esas cosas, por algo será, digo yo.

P.D: Y tal.

"La diferencia entre los que han leído y los que han mirado referencias es lo mucho que gritan los segundos"

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Serenata de San Diego

Ya que ha habido aportaciones musicales por aquí últimamente me voy a permitir el lujo de colgar una canción que acabo de descubrir de un cantante que me encanta.



Letra en inglés - Tom Waits - San Diego Serenade
I never saw the morning 'til I stayed up all night
I never saw the sunshine 'til you turned out the light
I never saw my hometown until I stayed away too long
I never heard the melody, until I needed a song.

I never saw the white line, 'til I was leaving you behind
I never knew I needed you 'til I was caught up in a bind
I never spoke 'I love you' 'til I cursed you in vain,
I never felt my heartstrings until I nearly went insane.

I never saw the east coast 'til I move to the west
I never saw the moonlight until it shone off your breast
I never saw your heart 'til someone tried to steal, tried to steal it away
I never saw your tears until they rolled down your face

I never saw the morning 'til I stayed up all night
I never saw the sunshine 'til you turned out the light
I never saw my hometown until I stayed away too long
I never heard the melody, until I needed a song.


Letra en español - Serenata en San Diego - Tom Waits
Nunca vi la mañana hasta que pasé la noche sin dormir
nunca vi la luz del sol hasta que apagaste la luz
nunca vi mi hogar hasta que estuve fuera demasiado tiempo
nunca escuché la melodía hasta que necesité la canción

Nunca vi la raya blanca hasta que te iba dejando atrás
nunca supe que te necesitaba hasta que me metí en un lío
nunca dije te quiero hasta que te maldije en vano
nunca sentí mi vena sensible hasta que casi enloquecí

Nunca vi la costa este hasta que me mudé a la oeste
nunca vi la luz de la luna hasta que se reflejó en tu pecho
nunca vi tu corazón hasta que alguien intentó robarlo
nunca vi tus lágrimas hasta que rodaron por tu rostro

Nunca vi la mañana hasta que pasé la noche sin dormir
nunca vi la luz del sol hasta que apagaste la luz de tu amor, nena
nunca vi mi hogar hasta que estuve fuera demasiado tiempo
nunca escuché la melodía hasta que necesité la cancion

martes, 10 de noviembre de 2009

Quisieron la libertad

A veces conviene quedarse con los gestos antes que con los hechos. Aunque sea innegable que nos movemos buscando determinados fines, no es ilógico que termine siendo más importante el medio que la conclusión, la forma que el resultado. Hasta cuando el efecto se alcanza no podemos obviar el proceso, porque en las ideas está el trasfondo.

Y que no signifique ésto que niegue la importancia de la caída del muro en sí, de sus efectos prácticos (que de hecho marca nuestra contemporaneidad), de la desaparición del comunismo per se (a pesar de la pseudo-política china, y coreana, y cubana) y de la estructuración de nuestro sistema económico. Si será todo tan relativo que hasta un hecho que parece ser, en definitiva, beneficioso para la sociedad acarrea ahora unas consecuencias que un sector considera negativas, como la globalización, como la crisis económica, incluso como el liderazgo y la dependencia mundial de una sola magnitud. Aunque a aquellos que creen ésto, también habría que recordarles que, al fin y al cabo, fue también el fin de una guerra.

Pero el nueve de Noviembre no fue “simplemente” el día que cambió el mundo hasta alcanzar nuestra actual situación. Fue mucho más que eso. Fue unión. Fue, paradójicamente, paz. Fue progreso. Fue luz. Y fue, por encima de todo (y por eso hay que reiterarlo), UNIÓN.

Unión porque consiguió aunar varios frentes de forma casi esporádica y con la mayor de las ilusiones, no era la ilusión de tirar el muro lo que hacían que ellos se dirigiesen habilidosamente por las calles de Berlín al encuentro de aquel dique que separó a unos hermanos durante veintiocho años, les movía la libertad, la idea de libertad y el sentimiento de cohesión.
Paz. Y paradójicamente porque se consiguió identificar a un martillo, a una grúa, a un pico y a miles de personas enfervorizadas con la básica idea de destruir, derriba y reventar en uno de los actos más conciliadores de la historia.
Progreso, y cierto, verdadero progreso en conveniencia a la sociedad y a la paz. Donde se consiguió superar las ideologías y las diferencias, sólo en pro de la libertad. Un movimiento que necesitó un pistoletazo de salida, pero que se desarrolló con coordinación a pesar de las dificultades, y todo ello a ritmo de violín.
Luz porque alcanzó su objetivo, el del paso, el fin del oscurantismo, el sol para los alemanes del este, el sol para los alemanes del oeste. El mismo sol para todos los hermanos.
Unión y libertad. Libertad y unión. Todo la misma noche.

Aquel de nueve de Noviembre, a la voz de un “inmediatamente” se descorrió un tupido velo, un pesado telón. El telón de acero.

Y a la mañana siguiente...

Era una realidad. Eran las 6:45 de un frío 10 de noviembre. Los despertadores del mundo entero lo despertaron en un día decisivo en el que pudo comprobar que, efectivamente habían roto los graffitis.
Fue al baño y echó una de las meadas más conciliadoras de su vida (si acaso una meada puede tener esa cualidad).


La limpiadora no sabía cómo quitar el champán (aquel que compró un actor) de la cara moqueta que había en el ahuevado despacho del mozo de gasolinera conecticano.


Aquel paritorio (incluidas las paredes) tenía un ojo a la tele y otro ojo al potorro. Uno en el milagro de la albañilería y otro en el milagro de la vida. Hacía frío, como ya sabemos, pero era un gran día para aquella mujer y para el mundo entero.
El chaval no se lo tomaría tan bien en un futuro, pero la ocasión merecía que él tuviera tal nombre: Kohl Krenz


Los de un lado creían que era una mancha en su expediente. Los del otro lado creían que había actuado de forma impoluta. Los de más allá aun creían que había que hablarlo con limpieza. Él creía que podía ir con la frente bien alta.
La mayoría le veían una mancha en la frente.


Era un grito de libertad. Un grito que calló al silencio en cuanto cayó.


Nadie sabe qué untó a su tostada aquella mañana. Nadie se imagina cómo se afeitó ni de qué forma se había duchado. Lo que todos sabemos es que en su casa había una fresca corriente de aire.
Lo extraño es que esa misma corriente de aire, cinco años antes, habría impulsado a Klaus a escribir Rock you like a hurricane.


¿Y qué más da lo triste que salga un sol? Lo que verdaderamente importa es que bajo él y mientras exista, no hay paredes que puedan cercar las cumbres, no hay redes para atrapar al mar y no hay dos hijos de los mismos padres que no sean germanos.


P.D: Y tal.

"La única razón válida para saltar una valla es decirle al dueño de la misma que debería quitarla."

lunes, 9 de noviembre de 2009

El Telón de Acero hoy...





La caída del Muro

El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, al viernes, 10 de noviembre de 1989, 28 años más tarde de su construcción. La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (el Cambio), fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en la ex-RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Varsovia (especialmente Praga y Varsovia) y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto. En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales emigraron hacia Hungría.

Hacia el final de 1989 comenzaron manifestaciones masivas en contra del gobierno de la Alemania Oriental. El líder de la RDA, Erich Honecker, renunció el 18 de octubre de 1989, siendo reemplazado por Egon Krenz pocos días más tarde.

Tras el 6 de noviembre se hizo público el proyecto de una nueva legislación para viajar, que recibió duras críticas, y el gobierno checoslovaco protestó por vías diplomáticas por el aumento de la emigración desde la RDA a través de Checoslovaquia. El SED decidió, el 7 de noviembre, regular los viajes al exterior, facilitándolos. El 9 de noviembre se promulgó un plan que permitía obtener pases para viajes de visita. Se elaboró un modelo en el Consejo de Ministros, que se decidió ese mismo día antes de las 18:00 y que debía ser publicado y difundido en forma de circular a las 4:00 siguiente por las agencias de noticias, aunque hubo una objeción al procedimiento por parte del Ministerio de Justicia. Paralelamente, el modelo del Ministerio fue estudiado a medianoche en el Comité Central (ZK) y se modificaría ligeramente.

El miembro del Politburó del SED Günter Schabowski anunció en una conferencia de prensa, retransmitida en directo por la televisión de Alemania Oriental, que todas las restricciones habían sido retiradas y decenas de miles de personas fueron inmediatamente al muro, donde los guardas fronterizos abrieron los puntos de acceso permitiendo el paso. Schabowski acabó la conferencia de prensa a las 18.57. Se encontraban presentes sobre el podio junto a Schabowski: los miembros del Comité central del SED Helga Labs. Gerhard Beil y Manfred Banschak. Schabowski leyó un proyecto de ley del consejo de ministros que tenía delante:

"Los viajes privados al extranjero se pueden autorizar sin la presentación de un justificante — motivo de viaje o lugar de residencia. Las autorizaciones serán emitidas sin demora. Se ha difundido una circular a este respecto. Los departamentos de la Policía Popular responsables de los visados y del registro del domicilio han sido instruidos para autorizar sin retraso los permisos permanentes de viaje, sin que las condiciones actualmente en vigor deban cumplirse. Los viajes de duración permanente pueden hacerse en todo puesto fronterizo con la RFA."

A la pregunta de un periodista italiano: "¿Cuándo entrará en vigor?

Schabowski, hojeando sus notas contestó:

"En cuanto lo diga — inmediatamente".

Gracias a los anuncios de las radios y televisiones de la RFA y Berlín Oeste bajo el título "¡El Muro está abierto!", muchos miles de berlineses del Este se presentaron en los puestos de control y exigieron pasar al otro lado. En esos momentos, ni las tropas de control de fronteras ni los funcionarios del ministerio encargados de regularlas estaban informados. Sin una orden concreta, sino bajo la presión de la gente, el punto de control de Bornholmerstrasse se abrió a las 23.00, seguido de otros puntos de paso, tanto en Berlín como en la frontera con la RFA. Muchos telespectadores se pusieron en camino. A pesar de todo, la verdadera avalancha tuvo lugar a la mañana siguiente. Muchos durmieron toda la noche para asistir a la apertura de la frontera a la mañana siguiente, 10 de noviembre.

Los ciudadanos de la RDA fueron recibidos con entusiasmo por la población de Berlín Oeste. La mayoría de los bares cercanos al muro daban cerveza gratis y los desconocidos se abrazaban entre sí. En la euforia de esa noche, muchos berlineses occidentales escalaron el muro. Cuando se conoció la noticia de la apertura del muro, se interrumpió la sesión vespertina del Bundestag en Bonn y los diputados entonaron espontáneamente el Himno de Alemania.

El 9 de noviembre, los berlineses llevaron a cabo la destrucción del muro con todos los medios a su disposición (picos, martillos, etc.). El virtuoso del violoncello Mstislav Rostropovitch, que había tenido que exiliarse al Oeste, fue al pie del muro a animar a los que lo demolían. La fotografía de esta anécdota se volvería célebre.





El Muro de Berlín: 20 años de un día glorioso



















Una cicatriz
de adoquín
cura en Berlín.

Y en Postdamer Platz
los niños juegan a saltar
sobre la línea que separa la ciudad.

Trozos del muro anticapitalista
se venden a los turistas
a precio de souvenir.

Se alza Niké triunfante
en lo alto del Tiergarten
ante un unido porvenir.

Las víctimas de sus errores
en gigantescos y negros bloques
componen un mar de luto sin fin.

Mientras, en el mástil del parlamento
un águila negra y noble ondea al viento
perdonada por los hijos de David.

Duermen ya en la ciudad tranquilos
Babilonia, Pérgamo, papiros del Nilo
y Nefertiti sin dejar de sonreir.

Sin importarles que vengas del lado federal
serán los que te den paso los pequeños Ampelmann
si vistas los mastodontes de Karl Marx Alle.

Porque una noche al fin Berlín se hizo uno,
sus hijoss a golpes tumbaron el muro
y cosieron los dos bordes del Srpee.

La Puerta de Brandenburgo ya no cierra nada,
siguen en pie las iglesias bombardeadas,
y todos pueden llegar a la Plaza de París.

Pasean por la más bella Europa bajo los tilos
universitarios, turistas, abuelos y vecinos
camino de Alexander, sin guardias que eludir.

Una cicatriz
de adoquín
cura en Berlín.

Y en Postademer Platz
los niños juegan a saltar
sobre la línea que separa la ciudad.

...................................(Pedro M. Martínez Pérez- Crespo)


sábado, 7 de noviembre de 2009

El Rey Enamorado

Pues dentro de poco voy a ver a estos genios de la música y el humor. Para que los conozcáis (mejor) os dejo con una de mis piezas preferidas. Disfrutadlo.



P.D: Aquí no pongo ni frase ni imagen, que no me pega ponerlo.

jueves, 5 de noviembre de 2009

D.E.P. Francisco Ayala (de Maestros a Maestro)


Antonio Mingote


PACO
"Nos habíamos conocido en Nashville, Tennessee, al hilo de unas conferencias sobre la Transición en nuestro país poco antes de que Tejero y sus conmilitones descargaran la zarpa sobre el Congreso de los Diputados. Entonces hablamos, entre canapés y bebidas de cola, del amargo destino que amenazaba a España a cada vuelta del camino. Nos hicimos amigos porque lo habíamos sido antes sin conocernos, ya que habitábamos desde antaño los mismos sueños y desdichas que mantenían la historia de nuestro país en la permanente zozobra en que nos habíamos acostumbrado a vivir. Yo le respetaba hasta la veneración, pero enseguida me sorprendí a mí mismo, frente a quienes reverencial o educadamente le llamaban don Francisco, tratándole de tú, con una camaradería que ni la edad ni nuestras respectivas biografías debían permitirme, pero que él agradeció enseguida. Mantuvimos la amistad hasta el final, enriquecida por las sesiones académicas en las que nos sentábamos codo a codo y a las que no faltaba ni un solo jueves. En los descansos, se posaba en medio de la sala erguido como un palo, presumiendo de no usar el bastón a sus cien años, y departíamos sobre lo humano y lo divino, aturdidos quienes le oíamos por su sabiduría precisa, bienhumorada e incombustible. "Llevo vivo más de la cuenta", comentaba sarcástico cuando le interrogábamos por su salud, y a veces le fallaba el oído, o la vista, antes de que le operaran de cataratas casi centenario ya, pero nunca la cabeza (en la que los médicos se habían visto obligados a hurgar para deshacer un coágulo), ni mucho menos las piernas, hasta bien entrado ya el tiempo de su adiós.
Creador de una obra inmensa en la narrativa, en el ensayo, en el periodismo, Francisco Ayala era el último intelectual que podía presumir de haber sido a la par testigo y autor de la vida de España durante todo el siglo XX. Su aportación a la cultura hispana en todos los ámbitos, desde la docencia a la creación literaria, pasando por el análisis político, la crítica social y la investigación literaria o histórica, difícilmente admite parangón alguno. Irreductible en sus convicciones morales, inmarcesible en sus afectos, desmesurado en la calidad y cantidad de sus obras, vivió el exilio y el retorno con la dignidad de los maestros y la humildad de los buenos ciudadanos. En esta hora tan triste para cuantos aman nuestra cultura y saben de la magnitud de su pérdida, quienes tanto le hemos debido y admirado sólo podemos añadir que, sobre todo, le queríamos, le queríamos mucho. Y añoraremos esos ojos burlones, esa media sonrisa sobre las corbatas a la última que a menudo le regalaba Carolyn, haciéndonos un guiño cómplice, entre admonitorio y divertido, al tiempo que decía: "Yo en realidad tendría que estar muerto".
Pero los elegidos como él nunca perecen, su rastro es perdurable y fecundo. Su ejemplo, irrepetible."
Juan Luis Cebrían