Cuando miles de españoles salieron a la calle aquél glorioso domingo quince de mayo en el que despertamos, lo hicieron sin chaquetas, sin bandos, sin fusiles de uno u otro partido. Salimos a la calle indignados, gritando un sonoro y rotundo NO a aquellos a los que votamos hace tres años para dejar que les gobiernen otros. Teníamos muy claro lo que pedíamos: pedíamos Democracia Real. Estamos cansados de una democracia que es representativa en lugar de participativa, y que encima de todo, ni siquiera nos representa. Salimos a la calle con consignas claras: si votamos a políticos no queremos que nos gobiernen mercados, no entendemos porque en una estado “democrático” todos los votos no valen lo mismo, los políticos tienen privilegios que niegan a sus electores y los tres poderes no están separados. Salimos a la calle rojos de ira, porque entre los dos partidos que tratan de bipolarizar patológicamente nuestro Parlamento, acumulaban en sus listas más de 200 imputados por corrupción. No éramos ni de izquierdas ni de derechas. O mejor dicho, sí lo éramos, pero allí estábamos todos juntos pidiendo lo mismo. Fue la magia de aquél quince de mayo, que yo pudiera estar manifestándome justo por detrás de los miembros de Izquierda Anticapitalista, junto a amigos comunistas y capitalistas, a la vez que familias democristianas o conservadoras. No había color en Cádiz aquél domingo, sólo gritos de indignación pidiendo lo mismo: cambiemos las reglas del juego. Jóvenes, adultos, hombres, mujeres, trabajadores, empleados, estudiantes y parados no queríamos destruir el sistema. Queríamos cambiarlo, hacerlo más justo. Tal vez, para que la próxima vez que quisiéramos jugar a la Democracia, pudiera servir para algo.
España siguió así una semana, desde que el primer grupo de valientes conquistara la plaza de Sol y la hiciera bastión de nuestras protestas. Desde aquél lunes, miles y miles de ciudadanos, espoleados unos por los otros, gracias a aquella chispa recogida por las acampadas y prendida en viva llama, continuamos exigiendo lo mismo. Queríamos Democracia Real. Más plazas conquistadas surgieron como setas en todo el país, y más tarde, en Europa. En ellas la gente protestaba, tomaba el megáfono en las asambleas, decoraba los espacios con sus carteles, sus situaciones, sus frases. El pueblo salió a la calle y vertió todo su arte en ellas. Y el pueblo hablaba. Charlaban los unos con los otros, mientras los políticos hacían oídos sordos y a nosotros ya ni nos importaba. Como el prófugo de la caverna de Platón redescubrió sus ojos, nosotros nos encontramos con nuestras voces, y el gozo que nos producía escucharnos era estímulo suficiente. Las acampadas eran limpias, cívicas, educadas. Ejemplares en su mayoría. Comisiones cuidaban de los niños mientras los padres debatían, organizaban limpieza, recibían comida y mantenían el orden. El ejemplo, trabajo y estímulo realizado por tantos ha sido, sin duda, impagable. Gracias a todos, acampados o no, que han alimentado y mantenida viva la llama olímpica que ha incendiado España. Con un solo grito, ASÍ NO. Con un solo objetivo, CAMBIEMOS LAS REGLAS DEL JUEGO.
Sin embargo, como un corredor de maratón sin un recorrido marcado, el movimiento ha seguido corriendo sin saber exactamente donde va. Y lo que es peor, olvidándose de dónde tomamos la salida. Fue el domingo quince de mayo en el que, gracias a un movimiento sin ideologías, sin interés individuales, sin partidismos, se tiró la primera piedra. Pero ahora se habla de más cosas en las acampadas. Y hablar de ecologismo, feminismo, fuentes de energía, y posicionarse de una u otra forma ante tal ley mercantil es tomar partido por algo, desde una trinchera determinada. Es hablar de ideologías, de posturas. Todo lo contrario de lo que gritamos el día quince. Eso está pasando en muchas partes, en Cádiz también, y todos lo estamos viendo. Preocupado por lo mismo ayer fui a la asamblea de las ocho, y pedí el turno de palabra, y tomé el micrófono. Sí, era yo aquél chiquillo, por si algunos de los asistentes lee esto y lo recuerda. Avisé de que no éramos ni los primeros ni los últimos en levantarnos. Porque las revoluciones empiezan y acaban, y no siempre consiguiendo aquello para lo que nacieron. Para ver revoluciones, sólo hay que abrir un libro de Historia. Y esa en la que tanto nos inspiramos, el Mayo francés del 68, acabó muriendo de vieja, apagada poco a poco, sin ver cumplido muchas de sus reivindicaciones. Al menos se despertaron, dirán algunos. Y es cierto. Y aquí, pase lo que pase, al menos nos hemos despertado, dirán otros, y eso de por sí ya es un tremendo triunfo. Eso es aún más cierto. Pero estamos rozando con la punta de los dedos un éxito aún mayor, y es ver traducido todo el movimiento que empezamos hace una semana en cambios concretos. En cambios en las reglas del juego. Lo único que tenemos que hacer, todos los que deseamos algo así, es sentarnos en nuestras plazas, y gritar con una voz única: señores políticos, esto es lo que queremos: cambiar la ley electoral, eliminación de vuestros privilegios, mayor control del sistema financiero y separar los poderes legislativo y judicial. Eso, o lo que sea. El consenso de mínimos al que se llegue. Pero que sea aquello que podamos gritar entre TODOS con una sola voz, unidos codo con codo tantos tan diversos, y aún más, como en aquella manifestación. Esa fue mi propuesta a la asamblea, y me senté.
No demasiados pensaron como yo. Casi todos los que hablaron después opinaron, incluidos algunos de los organizadores de la acampada que tomaron la palabra, cosas como “cambiar la ley electoral ya no es una de las prioridades”, o ”Yo antes que quedarme en un detalle como la ley electoral prefiero intentar cambiar el mundo en el que vivo, que es una puta mierda”. Y continuaron hablando de feminismo, ecologismo, debatir tal ley mercantil, qué posición tomamos ante tal problema de tal barrio. Desgraciadamente, en eso es en lo que se han convertido acampadacadiz, y muchas otras. Ojo, que me parece que querer cambiar el mundo, y luchar por ello, el algo tremendamente lícito. Y hermoso. Y cada cual que lo haga desde la postura que en su conciencia crea conveniente. Pero ni yo ni los que salimos a la calle el día quince fuimos convocados por la plataforma Democracia Real Ya para cambiar el mundo. Gritamos indignados para pedir Democracia Real. Gritamos indignados para cambiar las reglas del juego. Y para que después, en igualdad y justicia de condiciones, y según lo que su conciencia le dictase, jugase su partida.
España siguió así una semana, desde que el primer grupo de valientes conquistara la plaza de Sol y la hiciera bastión de nuestras protestas. Desde aquél lunes, miles y miles de ciudadanos, espoleados unos por los otros, gracias a aquella chispa recogida por las acampadas y prendida en viva llama, continuamos exigiendo lo mismo. Queríamos Democracia Real. Más plazas conquistadas surgieron como setas en todo el país, y más tarde, en Europa. En ellas la gente protestaba, tomaba el megáfono en las asambleas, decoraba los espacios con sus carteles, sus situaciones, sus frases. El pueblo salió a la calle y vertió todo su arte en ellas. Y el pueblo hablaba. Charlaban los unos con los otros, mientras los políticos hacían oídos sordos y a nosotros ya ni nos importaba. Como el prófugo de la caverna de Platón redescubrió sus ojos, nosotros nos encontramos con nuestras voces, y el gozo que nos producía escucharnos era estímulo suficiente. Las acampadas eran limpias, cívicas, educadas. Ejemplares en su mayoría. Comisiones cuidaban de los niños mientras los padres debatían, organizaban limpieza, recibían comida y mantenían el orden. El ejemplo, trabajo y estímulo realizado por tantos ha sido, sin duda, impagable. Gracias a todos, acampados o no, que han alimentado y mantenida viva la llama olímpica que ha incendiado España. Con un solo grito, ASÍ NO. Con un solo objetivo, CAMBIEMOS LAS REGLAS DEL JUEGO.
Sin embargo, como un corredor de maratón sin un recorrido marcado, el movimiento ha seguido corriendo sin saber exactamente donde va. Y lo que es peor, olvidándose de dónde tomamos la salida. Fue el domingo quince de mayo en el que, gracias a un movimiento sin ideologías, sin interés individuales, sin partidismos, se tiró la primera piedra. Pero ahora se habla de más cosas en las acampadas. Y hablar de ecologismo, feminismo, fuentes de energía, y posicionarse de una u otra forma ante tal ley mercantil es tomar partido por algo, desde una trinchera determinada. Es hablar de ideologías, de posturas. Todo lo contrario de lo que gritamos el día quince. Eso está pasando en muchas partes, en Cádiz también, y todos lo estamos viendo. Preocupado por lo mismo ayer fui a la asamblea de las ocho, y pedí el turno de palabra, y tomé el micrófono. Sí, era yo aquél chiquillo, por si algunos de los asistentes lee esto y lo recuerda. Avisé de que no éramos ni los primeros ni los últimos en levantarnos. Porque las revoluciones empiezan y acaban, y no siempre consiguiendo aquello para lo que nacieron. Para ver revoluciones, sólo hay que abrir un libro de Historia. Y esa en la que tanto nos inspiramos, el Mayo francés del 68, acabó muriendo de vieja, apagada poco a poco, sin ver cumplido muchas de sus reivindicaciones. Al menos se despertaron, dirán algunos. Y es cierto. Y aquí, pase lo que pase, al menos nos hemos despertado, dirán otros, y eso de por sí ya es un tremendo triunfo. Eso es aún más cierto. Pero estamos rozando con la punta de los dedos un éxito aún mayor, y es ver traducido todo el movimiento que empezamos hace una semana en cambios concretos. En cambios en las reglas del juego. Lo único que tenemos que hacer, todos los que deseamos algo así, es sentarnos en nuestras plazas, y gritar con una voz única: señores políticos, esto es lo que queremos: cambiar la ley electoral, eliminación de vuestros privilegios, mayor control del sistema financiero y separar los poderes legislativo y judicial. Eso, o lo que sea. El consenso de mínimos al que se llegue. Pero que sea aquello que podamos gritar entre TODOS con una sola voz, unidos codo con codo tantos tan diversos, y aún más, como en aquella manifestación. Esa fue mi propuesta a la asamblea, y me senté.
No demasiados pensaron como yo. Casi todos los que hablaron después opinaron, incluidos algunos de los organizadores de la acampada que tomaron la palabra, cosas como “cambiar la ley electoral ya no es una de las prioridades”, o ”Yo antes que quedarme en un detalle como la ley electoral prefiero intentar cambiar el mundo en el que vivo, que es una puta mierda”. Y continuaron hablando de feminismo, ecologismo, debatir tal ley mercantil, qué posición tomamos ante tal problema de tal barrio. Desgraciadamente, en eso es en lo que se han convertido acampadacadiz, y muchas otras. Ojo, que me parece que querer cambiar el mundo, y luchar por ello, el algo tremendamente lícito. Y hermoso. Y cada cual que lo haga desde la postura que en su conciencia crea conveniente. Pero ni yo ni los que salimos a la calle el día quince fuimos convocados por la plataforma Democracia Real Ya para cambiar el mundo. Gritamos indignados para pedir Democracia Real. Gritamos indignados para cambiar las reglas del juego. Y para que después, en igualdad y justicia de condiciones, y según lo que su conciencia le dictase, jugase su partida.
Muy bien expresado lo que muchos sentimos el día después de las elecciones... tenía la esperanza de que solo fuera en Acampadacadiz, pero por lo que he leído en twitter, está pasando en Sol, y es la tónica de todas las plazas españolas...
ResponderEliminarDa pena que esto vaya a terminar así, de que los neojipis ( que por cierto usan MAC XD)se apoderen de la llama y la terminen apagando.
DRY, que es quien empezó el movimiento debería ( en mi opinión) tomar un poco las riendas y reconducirlo, ya que se está perdiendo completamente el rumbo, se nos ha ido de las manos el arma tan poderosa que somos.
¿habrá esperanza?
Nuria
Buenas Pedrín!!
ResponderEliminarYo desde la lejanía quizás me voy enterando de un poco de acampadaCádiz por vosotros, un poco de lo de Sol por la prensa...es decir, no me llega de primera mano, no soy yo quien ve lo que está pasando.
Pero aún así, lo que defendí en los primeros días de manifestación y posterior sentada, esos temas fundamentales por lo que se luchaba, por lo que queríais luchar, vi como se quebrantaba con eso de las Asambleas, de que cada acampada vaya por su cuenta, con sus propias normas... no se, si todo el mundo se reunió el 15-m para protestar por una misma causa, ¿qué sentido tiene ahora que cada una tome su rumbo independientemente de las demás?
Realmente, lo que quiero decirte es que estoy completamente de acuerdo contigo, se ha ido desvirtuando ya desde el viernes o así en el que sí, aún todo era muy bonito, pero ya estaban queriendo cambiar cosas que no eran las originales, que eran las que unió a tantísimos a hacer del 15-M un día para recordar.
Pues nada, Pedro, muchas gracias por mantenerme informado con tus twits (o como se escriba), tu fb y tu blog de lo que pasa por nuestro país!
Un saludo y buenas noches!
Tu postura se extiende como la pólvora por el movimiento. Pero desde mi punto de vista (ex-dogmático) me parece muy ingenuo. No se puede criticar el paro, el bipartidismo y a los bancos y no querer que se politice. ¿A qué llamas politizar? Si te refieres a que tome las riendas unas siglas, estoy de acuerdo. Pero si ahora criticas todo lo que anarquistas y comunistas llevan años denunciando, ¿Cómo quieres que no estén? ¿Entonces que quieres? ¿Reforma de la ley electoral? ¿Así se acaba el paro? ¿Listas abiertas? Todo el mundo sabe qué político está condenado y le siguen votando. ¿Sólo mostrar el rechazo a la política actual? Eso se puede hacer sin salir a la calle, y si se sale y se ocupan plazas "ilegalmente" habrá que asumir se quiera o no que se es un revolucionario (lo llames como lo llames). Por favor, estoy debatiendo. Repito, dejé atrás el dogmatismo y me encanta que haya en el movimiento gente de todo tipo. Pero no es que sobren anarquistas o comunistas, es que no se puede pedir lo que se está pidiendo sin transformar el sistema. Si crees en eso, eres más ingenuo de lo que parece.
ResponderEliminarLa gente no sale a la calle porque no haya separación de poderes por ejemplo (si la hubiera Bildu habría sido legalizada antes y no hubiera habido ningún democristiano el 15-M). La crisis no es fruto de la corrupción política (siempre la hubo). La crisis es el estertor del sistema, la máxima expresión del control del mercado sobre los partidos y la política. Compañero Pedro, no conozco tu ideología, ni me interesa tal vez, pero he leído los puntos básicos de DRY y no son ni democristianos ni capitalistas. Me gustaría que me explicarás cómo crees que cambiarían las cosas.
ResponderEliminarUna última cosa (soy el de antes), la Derecha criticó el 15-M desde el primer momento, salvo honrosas y mínimas excepciones. El 15-m, no el 23 ni el 24 cuando las Asambleas tomaban la deriva que criticáis. Eso demuestra que las reivindicaciones eran transformadoras y progresistas, por eso les ponían y les ponen nerviosos. Si aún así hay conservadores como dices que las apoyan, o no saben por qué protestan o no saben qué proponen. ¿Que no debe hablarse de Feminismo? Bueno, a lo mejor os indigna el bipartidismo, pero no que una mujer cobre menos que un hombre en el mismo empleo. Tendríais que miraros eso.
ResponderEliminarBueno, en realidad no he criticado en ningún momento a ninguna postura política en particular, pero es que de todos modos tampoco creo que esté criticando las cosas que anarquistas y comunistas llevan años denunciando. Quiero decir, claro que hay cosas que sí, pero no han sido sólo ellos los que lo han criticado, ni nada específico de su ideología. Claro que no pido que no se politice. Todo es política, y hablar de como mejorar la política es de por sí política. Sino que se se "partidice", como comentas. En cualquier caso, muchas gracias por pasarte por aquí y comentar. Que para eso estamos, para debatir. Un saludo!
ResponderEliminarCon respecto a la segunda entrada (acabo de verla, hemos posteado a la vez), es evidente que me indigna que una mujer cobre menos que un hombre por el mismo trabajo. Pero me temo que tenemos conceptos del "feminismo" distintos. Yo creo en la igualdad absoluta, ya está. Pero no en favorecer a la mujer para remedar errores del pasado, ni en que ante el mismo delito haya penas mucho más graves por ser hombre. Y estoy seguro de que a los conservadores (aunque no me identifico con ellos) no les molesta que cobremos lo mismo, sino que se indignan también. Excepto los consevadores gilipollas, que los hay, igual que hay progresistas gilipollas. Pero el hecho de tener una opción política u otra no creo que influya a posteriori en el coeficiente intelectual. En fin, lo dicho. Gracias y un saludo!
ResponderEliminarCompañero anónimo del cuarto comentario (madre mía, con tanto anónimo resulta tremendamente difícil comunicarse). No me importa ni definirme ni señalarme: si tuviera que adjetivarme políticamente lo único que se me ocurre es progresista. Tal vez también socialdemócrata, pero esto, como la religión, es muy complejo. En el eje clásico de izquierda-derecha supongo que me pondría en el centro; hay cosas de la derecha con las que estoy de acuerdo, cosas que coincido con la izquierda, cosas que ninguno y cosas que no sé. Sólo sé que en su conjunto, tanto la "pura"derecha como la "pura"izquierda solas me dan un asco absoluto. Y no, no soy conservador ni democristiano, parece que ha habido confusión con eso (paradójico, creo que hay pocos grupos en los que case menos xD)
ResponderEliminarLas únicas propuestas oficiales de la plataforma Democracia Real Ya son estas: http://www.democraciarealya.es/?page_id=234 Si te refieres a esas y no a otras que han surgido falsamente, es cierto que no son democristianos. Capitalistas...bueno, el capital está presente. Más bien se critica el excesivo poder de los mercados (con lo que obviamente estoy de acuerdo), antes que el capitalismo, que al final no es más que la existencia de capital. En cualquir caso, yo lo único que quiero cambiar de momento es la democracia de mierda que hay en este país, hacerla verdadera, y después ya votaré y me posicionaré en lo que me tenga que posicionar. Primero cambiamos las reglas del juego y después jugamos. Y creo que la forma de cambiar la democracia por una mejor es dando más poder de elección y decisión al pueblo, amén de una mejor representtividad. Creo que los puntos de DRY son los mejores que se me ocurren de momento para tal fin.
Como ya he dicho (pero no se si a ti, por aquello de los anónimos, disculpa si me repito) gracias por pasarte por aquí y comentar. El debate surge de la pluralidad de opiniones.
Quizás he proyectado en ti cierta rabia que me da que se extienda eso del "consenso de mínimos" que me parece que puede romper la democracia en la calle -el primer logro pase lo que pase, a mi juicio. Respecto al partidismo (como ex-militante asqueado de uno de ellos) estamos de acuerdo. Somos muchos en Cádiz con ideología pero sin siglas y lucharemos porque no ocurra. Y en relación a los debates más o menos procedentes, hoy se ha hablado en la Asamblea de Apostasía y de Nicola Tesla!!!, pero son intervenciones marginales a título individual, inevitables si pretendemos darle voz a todos (también hay que entender eso). Por lo demás, creo que sois tan necesarios como todos, porque ayudáis sin duda a la unidad, así que por favor os pido que no abandonéis, tengáis paciencia y que cada uno luche por lo que quiera, porque al final los mínimos no los vamos a poner nosotros sino que el sistema pondrá el mínimo o el máximo que será capaz de resistirnos. Me ha encantado la charla, y perdón si fui algo brusco. No me gusta lo de "Anónimo". Me llamo Jose.
ResponderEliminarNos hemos vuelto a cruzar, los tres anónimos "Ëramos" yo mismo. "Primero cambiamos las reglas del juego y después jugamos". En eso también estoy de acuerdo, pero también se puede "Inventar un juego". Y eso lo hacemos. No te preocupes no saldrá un sistema marxista caduco de aquí, porque ya fracasó el intento. Buscaremos nuevas soluciones, todos juntos, pero TODOS, sin miedo a los ismos. Y que cada uno defienda lo que quiera sin que lo imponga. Lo que no me gusta es la frase "Si se convierte en tal...me voy". Si te vas, se convertirá en eso (y lo digo más por los comentarios que por ti, PEdro). Jose
ResponderEliminarAh, y respecto al Feminismo ha sido un ejemplo poco afortunado, no quería que lo interpretases de forma literal. Me refería a que a mí (que no tengo mucha idea al respecto, aunque tampoco creo que defienda penas mayores para hombres, por el hecho de serlo)no me molesta que se expongan ideas que para muchos puedan ser novedosas y como hombre me interesa conocer las reivindicaciones de sectores dentro del otro género. Hay que entender la plaza como un espacio de debate, como la voz de quienes no han sido escuchados normalmente. No podemos entender eso como un fracaso, incluso por una razón numérica. Sin feministas, ecologistas, y todos los istas que se nos ocurran, el 15-M no hubiera sido un éxito, o tal vez sí, pero no el 16 ni el 17. Por eso no me gusta que se piense que el 15-m es algo "apolítico". Para empezar, "hombre" y "apolítico" son dos conceptos excluyentes entre sí. Creo que el problema está en intentar etiquetar un movimiento que entronca con movimientos del pasado, pero no tiene nada ver con ellos. Vimos caer la esclavitud, el feudalismo, el comunismo, el fascismo, pero no conocemos una crisis tan brutal del capitalismo y estamos construyendo una nueva forma de protesta que nadie sabe en qué se convertirá. No hay que mirar atrás sino adelante. El lugar donde hoy nos situamos políticamente posiblemente esté desfasado dentro de diez años. Y es eso lo que tenemos que entender todos.
ResponderEliminarPedro, sabes que estoy de acuerdo.
ResponderEliminarQueridos Anónimo y Jose, lo que intuyo que el facha de mi amigo Pedro quiere decir (no es culpa suya, nunca supo expresarse) es que la mayor fuerza que tenía el movimiento era la ausencia de banderas. Las reclamaciones de democracia, de que los mercados no manden más que el Goberino y de que los poderes se separen, unían a miles de personas todos los días. Un manifiesto ecologista contra las centrales nucleares no une a tanta gente (y lo digo por decir algo, como nombraba antes Anónimo al feminismo). La fuerza del movimiento era lo civilizado que era teniendo en cuenta que era masivo y totalmente plural. Si el movimiento se polariza hacia una ideología concreta se disgregará. No tiene sentido que este precioso y potente movimiento se quede en un pequeño núcleo de anti-sistemas porque eso ya lo había, eso ya existía y eso nunca tuvo suficiente fuerza.
El hecho de caminar hacia la nacionalización de la banca para mí es más que suficiente para acallar por hoy mi alma comunista. El resto ya vendrá poco a poco, lo demás es seguir avanzando, seguir persiguiendo la igualdad y la justicia.
Como fiel seguidor de quimeras, me ha encantado el movimiento.
ResponderEliminarPero el problema del movimiento es que no se puede pretender cambiar las reglas del juego fuera del sistema. Para cambiar las reglas, desafortunadamente hay que mancharse un poco. Porque los partidos políticos que mandan, mientras tengan el apoyo suficiente seguirán haciendo su labor (sea cual sea). No importan que haya un millón de votos en blancos y nulos, que la abstención sea grande, eso es lo menos si pueden gobernar. Están dentro del sistema y los que vamos a la plaza a escuchar y dar nuestra opinión estamos fuera.
Y para que tu reivindicaciones vean la luz, tienes que estar representado políticamente, no se puede pretender cambiar las cosas mientras el poder está en manos de otros.
Para poder hacer eso, deberíamos estar en punto muerto. Empezar todo de nuevo y por desgracia el tren se marchó e intentar pillarlo de nuevo es un poco complicado.
Protestar es algo magnífico que hacemos muy poco y cada vez que callamos un no, le damos ventaja a quienes quieren chuparnos la sangre.
Lo único que tenemos a favor es la posibilidad de la unidad. Si cada uno prefiere hacer la lucha por su lado, pisando las cabezas de quien se ponga por medio, aunque sea en un descuido, es otra batalla más perdida. Y etiquetas nos colgaran todo el mundo siempre y no por eso hay que rechazar y olvidarse de todo. Lo que no se puede hacer es tratar de estigmatizar y dejarnos marcados par siempre según una determinada forma de pensar. Hablo de forma de pensar, porque eso es exclusivo de cada uno y porque no creo en las ideologías, que lo que pretender es englobar la individualidad que me parece algo detestable pero tremendamente útil y eficaz con motivos electorales.
De todas formas, tengo la convicción de que esta situación viene propiciada por nosotros mismos. Tenemos la culpa de no cuidar la Democracia, por desidia. Hemos permitido que se acomoden al sillón y que se creen multitudes de estómagos agradecidos. Somos los culpables, por comodidad. Y claro, un día nos damos cuenta de que esto es una mierda y de que hay que hacer algo para arreglarlo. Po weno, po fale.
Yo estoy a favor de la protesta, pero mucho más a la autocrítica. Porque lo fácil es echarle la culpa a los demás, ya sea el sistema electoral, la corrupción, la crisis... Pero hay que tener un par de huevos para decir: "No, perdonen. Es que yo tengo la culpa".
Lo dejo ya que me emociono, me vengo arriba y luego me pego el castañazo.
Un abrazo fuerte, Pedro.
Mufasa.
Para empezar, en ningún momento le he llamado facha. El que está suponiendo que soy un marxista radical eres tú, Antonio. No, no lo soy. Lo único que digo es que es lícito hablar de cualquier tema. Y que si fue masivo no lo fue por los que sólo pedían el cambio de la ley electoral, sino por los que piensas que polarizan el debate. Yo también me conformaría con los "mínimos", pero sigo diciendo que es muy ingenuo pensar que el poder va a ceder si sólo se pide eso. Esa es la política, nos guste o no. Es necesario pedirle todo para que el poder te conceda el mínimo. Si no ¿Qué hacemos? ¿Recoger firmas e iniciar una ley por iniciativa popular? Se ha hecho decenas de veces y han tirado las firmas ala basura. ¿Crear un partido político sin ideología? Creo que nadie está de acuerdo con eso. Además, decir lo que se piensa no es polarizar nada. Cádiz es muy pequeño y sé quién es comunista, ecologista y anarquista. Y hasta ahora nadie ha pedido que se cree un sistema a su gusto. Expone su teoría sobre un tema, se debate y punto. Las reivindicaciones que finalmente salgan serán consensuadas por todos, por eso veo importante que los más moderados no abandonéis la Asamblea, porque si dejáis solos a los de una tendencia sólo porque dicen lo que piensan, sin imponer nada, las reivindicaciones no serían representativas. Yo hasta ahora he visto muy poquitas banderas (si acaso una pegatina o una camiseta más o menos explícita). Si ser comunista es una bandera, también lo es ser socialdemócrata. No podemos exigir una democracia real y quitarle la palabra al que no piense como nosotros.
ResponderEliminarEs mi opinión, estoy dialogando y no he insultado a nadie. Antonio, creo que estás haciendo lo que criticas. Porque respeto todas las tendencias piensa que soy un antisistema radical o que llamo facha a Pedro porque no pensamos lo mismo. ¿Quién está dividiendo? Estamos en un proceso de educación política: he visto a anti-sistemas como les llamas predicando micrófono en mano la no-violencia. ¿No te gusta eso? La grandeza de este movimiento es que está desprestigiando los viejos métodos violentos revolucionarios. A partir de ahí, creo que no tenemos que tener miedo de nada. Habrá que consensuarlo todo, porque tampoco creo que tú quieras imponer a los demás qué hay que reivindicar y que no.
Una última cosa. Anónimo y Jose soy yo. El mismo. Lo que ocurre es que he preferido particionar el mensaje a soltar una parrafada. Perdonad las molestias y la confusión.
¡Hola buenas tardes!
ResponderEliminarOpino que tienes razón en una cosa: lo que se pedía al inicio de este movimiento era Democracia Real, sobretodo el cambio de la ley electoral. Eso debe seguir adelante y creo que es un punto importante de todas las acampadas. Sin embargo ha pasado algo que nos acerca más aún a la democracia: de repente, hay un pueblo dispuesto a reclamar, a escuchar las reclamaciones de sus vecinos y a luchar no sólo por los intereses propios sino también por los de los demás.
No es que se quiera cambiar el mundo al hablar de feminismo, de ecología, de energía sostenibles... Y hacerlo todo a la vez. Es que por primera vez hay un foro abierto donde se puede debatir sobre los temas que nos preocupan y sobretodo para exponer los problemas que conocemos de nuestra sociedad.
Si queremos formar parte de una democracia participativa, tenemos que:
1. Ser conscientes de que somos un pueblo. Sentirnos ligados a los demás, estar unidos. Y para ello no es que haya que olvidar que tenemos diferencias políticas, sino simplemente ser capaces de guardárnoslas mientras escuchamos lo que le preocupa a los otros.
2. Ser conscientes de la realidad en la que vivimos. Como cada uno aprecia una fracción de la realidad diferente y la analiza de uno u otro modo. Exponer problemas de toda índole en la asamblea supone, que escuchando a los demás podemos enterarnos de qué les preocupa y así además acercarnos a realidades desconocidas para nosotros. Es decir, si yo soy estudiante puedo plantear muchas cosas que me parecen injustas del sistema educativo pero a lo mejor no sabía nada sobre injusticias que se cometen todos los días de tipo inmobiliario, financiero, ecológico...
3. Con ese conocimiento, uno empieza a preocuparse también sobre las injusticias a las que se están viendo sometidos los demás. Entonces uno se hace consciente de que sus acciones conjuntas pueden cambiar las cosas, lentamente. Las acciones no tienen que ser para ya, para forjar desde hoy un mundo nuevo. Sin embargo las alianzas que se están creando están haciendo que los diferentes grupos sociales que reivindican cosas ya no tengan que hacerlo en solitario.
Sólo se puede hacer una democracia participativa cuando las personas estén dispuestas a interesarse por toda la sociedad y no sólo por lo que las atañe directamente.
No creo que la reforma de la ley electoral haya caído en saco roto. Es una de las primeras reivindicaciones que se han hecho y está en boca de todos. Probablemente, si conseguimos algo, sea eso.
Pero ya se ha abierto la posibilidad de sentarnos y compartir nuestras inquietudes. Se han roto las barreras del individualismo y eso ha hecho que todos nos sintamos con derecho a expresarnos y con el deber de escuchar. Así se fundamentan las bases de la democracia y no con las disputas e insultos que los políticos nos muestran en las Cámaras.
Entiendo tu sentimiento, a veces en la asamblea uno no para de preguntarse ¿hacia dónde va esto?. Pero no creo que nos estemos distrayendo de las cosas fundamentales, al contrario. Creo que se están sentando las bases de una verdadera democracia, donde la gente plantea las cosas que le preocupan más allá del ámbito político; asentándonos en las bases del diálogo y el consenso.
Me hago repetitiva, pero me parece que es tan importante hacernos una visión global de a dónde estamos...para poder saber hacia dónde dirigirnos...
En fin, que espero que se consigan muchas cositas a largo plazo y esto pueda asentarse, que no se quede en palabras ni en intentos. Que al menos acabe acercándonos los unos a los otros...
Primo, en la acampada se reivindicaba el voto a algún partido que no fueran los dos grandes. Eso es cambiar el sistema desde el propio sistema, no desde fuera. En lo demás estoy de acuerdo.
ResponderEliminarAnónimo/Jose (a partir de ahora te diré solamente Jose :P), creía que había dos personas distintas, disculpa mi torpeza.
Y, por cierto, el que ha llamado facha a Pedro soy yo y no tú, no te equivoques. Deliberadamente lo he insultado sin ningún tipo de pudor simplemente porque comparto con él un enorme taco de almanaques que me dan derecho para ello.
Y a ti no te he llamado marxista en ningún momento que yo sepa. Si has creído que te lo he llamado, disculpa, no era mi intención halagarte de esa forma. Yo sí que soy comunista (fíjate lo dije en el anterior mensjae y lo repito), no creo en una democracia instaurada alrededor de un pueblo sumergido en la incultura y me parece inviable la organización de estados a la escala que conocemos ahora. Lo digo por si todavía te cabe alguna duda sobre mis posibles críticas a la extrema izquierda.
Por si acaso repito: YO he insultado a Pedro, NO te he insultado a ti, NO te he llamado comunista, NO te he llamado anti-sistema, TE PIDO que sigas participando porque la participación le da sentido al blog y TE IMPLORO que leas mi anterior mensaje. Si de verdad lo has leído, vuélvelo a leer lentamente, por favor. No creo que pases de la tercera lectura sin comprender lo que he dicho. Por si acaso matizo un poco más:
Me parece magnífico que cada cual tenga su opinión y que la exprese libremente. Ahora bien: me parece que se le hace un flaco favor al movimiento de las acampadas al polarizarlo hacia CUALQUIER ideología política que se salga de esos "mínimos" que habláis, que fueron los que convocaron y movilizaron a miles de personas a lo largo y ancho del mundo. Sacando a colación nuevos temas y haciendo que las acampadas se encaminen hacia posturas políticas más concretas y abanderadas, se conseguirá que desaparezcan de la escena todas aquellas personas de la ideología opuesta, de centro y apolíticas que se estaban movilizando. Es tan simple y tan fácil como eso. Cuanto más se quiera abarcar más disgregación habrá en el movimiendo y más cerca estará el fracaso del mismo.
En resumen: si se dedice por consenso que la nueva línea a seguir por el movimiento es la que se está viendo estos últimos días, lo respeto pero va en contra de los intereses que parecía perseguir el propio movimiento y creo que acaba con las aspiraciones del movimiento a medio-largo plazo.
Me refería a que las reivindicaciones entrasen en el sistema, no al voto.
ResponderEliminarY supongo que ciertamente ese era mensaje del movimiento, pero con tanta gente hablando uno se confunde, porque hay quienes llamaban a la abstención, otros que no...
Pero lo que digo es que me parece contraproducente llamar al voto a cualquier partido no mayoritario si estos no van a tener en cuenta lo que estás exponiendo. No sé si me explico, no me refiero al voto, a la elección, sino a ver representadas tus quejas. Porque si lo que vas es a fomentar un cambio incierto, para eso apaga y vámonos.
En todo lo demás coincidimos, pues de verdad que me alegro, jajaja.
Un abrazo, primo.
Primo, pero por ejemplo (y que no se entienda esto como una campaña electoral ni mucho menos) Rosa Díez respalda, y respaldó desde la fundación de UPyD, los preceptos antes descritos. El caso es, de todas formas, darle un tirón de orejas a los dos partidos mayoritarios, principales beneficiarios del actual sistema electoral.
ResponderEliminarUn abrazo, buen hombre.
Antonio, soy Jose-Anónimo, Rosa Díez acaba de expulsar del partido a un miembro que pedía listas abiertas (no encuentro ahora el enlace, pero lo leí antes en prensa). Tú tampoco me has entendido (por mi parte simplemente creí que estabas siendo irónico por eso no te entendí. Las cosas de no hablar cara a cara). Yo también soy comunista, pero dejé atrás el dogmatismo y no pretendo imponer un sistema totalitario como en la URSS. Lo que dije es que no era un marxista-radical, pero no que no fuera marxista. Si me ha vuelto a ilusionar todo esto es porque paradójicamente, no se trata de un movimiento comunista minoritario, sino de sentido común. A donde yo voy desde el principio, compartiendo el miedo a que se partidice, es a que hasta ahora no he visto que nadie imponga nada, más bien veo lo que dice Ina, mucho más serenamente que yo. Mucha gente que nunca ha estado en movimientos sociales empieza a asustarse porque ve a gente que sí lo ha estado y parece pensar que están conspirando en la sombra o algo así. Para intentar que comprendan que no es así "pierdo el tiempo" en escribir en este blog, porque creo que es necesario mantener la unidad y debatir en la calle, cada uno lo que piense, porque es un ejrercicio precioso que de por sí está regenerando la ilusión por una democracia en la que absolutamente nadie empezaba a creer realmente. Un abrazo, y perdón por la confusión.
ResponderEliminarJose
Sí, lo de Rosa lo había leído. Para nada quería hacerle campaña ni defenderla, solamente decir que en su programa hay mucho de lo que se decía en las acampadas.
ResponderEliminarAjolá no se disgregue el movimiento, como digo.
Un abrazo, buen hombre.
Sabes lo que opina, podría firmar ese artículo yo también
ResponderEliminarPD: De hecho no estaría mal citarme por la frase del juego xD
Yo no abandono DRY, abandono la asamblea de Acampadacadiz.
ResponderEliminarOye, y la fotógrafa audaz quee!?? Que ahí estaba yo para inmortalizar el momento!
Nuria
Por no extenderme mucho: totalmente de acuerdo con Pedro. Y ya no entro siquiera en idiologías sí o no, sino en algo mucho más básico y, creo, asimilable: Quien mucho abarca poco aprieta. Si toda la fuerza de este genial movimiento se concentra en 3 o 4 puntos claros, se conseguirán. Llamadle fe, pero lo creo firmemente. Y una vez conseguidos esos primeros 3 o 4 principios básicos, hay que perseguir otros tantos... y así sucesivamente. Es ir poco a poco, con objetivos claros y concretos.
ResponderEliminarDisgregar o repartir fuerzas (debatiendo, discutiendo, lanzando mensajes) entre 20 o 30 frentes es perder la guerra, al no poder acudir a todo como se debe.
Un saludo.
Soy Jose (Anónimo para los amigos). Creo que no pensáis en lo contrario. Si esto se limita a 4 puntos básicos, la desbandada sería mayor. De hecho, yo sigo yendo a la Asamblea y es cierto que hay gente que antes veía y ahora no, pero también que se mantiene una media de asistencia a veces incluso más alta que la primera semana.
ResponderEliminarNo entraré en ideologías o no. Los que empezasteis participando en este movimiento planteabais un desafío al sistema (quizás no al capitalismo, pero sí a la democracia actual). La oligarquía que gobierna se va a defender con uñas y dientes y no vamos a conseguir ni 1 sólo punto básico recogiendo firmas o fundando un partido (y mucho menos si os vais porque algo no os gusta). Ahora pensaréis: "Yo no defiendo eso, defiendo seguir manifestándose, tomando las calles... Da igual lo que penseis, los medios de comunicación seguirán diciendo que sois antisistema, que hay inflitrados de extrema izquierda, y terminaréis pensándolo, ya lo pensais, y os desarticularán, y volvereis a discutir en los blogs, no contra los que nos oprimen, sino contra mí, que estoy de acuerdo en esos puntos básicos, pero también en lo demás.
He leído esos puntos básicos. Dos son muy muy ambiguos y dos están claros: separación de poderes y ley electoral. Todos estamos de acuerdo, pero también lo estamos en que es un paso intermedio hacia una transformación de la forma de ver las cosas. Y esa transformación es un proceso muy lento y de educación social, que o se empieza ahora que la gente está en la calle, o no llegará nunca, y sin concienciación, tampoco apoyará nadie ni los puntos básicos. Ya lo estais demostrando diciendo "No participo en la Asamblea de Cádiz".
Teneis que comprender que otros tenemos otra visión de las cosas, si no, ni creemos en la democracia ni creemos en nada. Si yo creyera sólo en los puntos básicos me iría a mi casa. Firmaría por una reforma de le ley que fuese y a esperar a que la tiren a la basura. Tenemos que presentar una alternativa, entre todos, al mismo tiempo que luchamos por esos puntos, o no servirá de nada. La alternativa ha empezado en las calles y las asambleas. A lo mejor no sirven de nada y teneis razón, pero no olvideis que la crisis no es fruto de la ley de partidos o la separación de poderes o el control de los bancos. El otro día castigaron a España por el alto salario de los banqueros y lo hizo la misma Unión Europea del Euro y el BCE que nos han empobrecido. Existe control de la banca, existe separación de poderes y existe la Ley d'Hont y son las mismas ideas capitalistas desde el siglo XIX. Si no entendemos que lo que está en cuestión es el sistema capitalista incluso si aceptamos esos 4 puntos básicos, no hemos entendido la crisis y volveremos a perder el tiempo en el Facebook. Podemos separar los poderes de otra forma, darle un par de diputados más a un partido minoritario y hacer que la banca robe menos, pero si no nos organizamos los ciudadanos (NO ABANDONANDO) los jueces independientes seguirán teniendo su ideología los eliga el PPOE o no, la banca seguirá robando porque las leyes capitalistas lo permiten y si no lo permitieran irían como siempre dicen "Contra la libertad de .... o el Estado de Derecho"; y los partidos mayoritarios los seguirán siendo aunque pierdan 15 o 20 diputados, y seguirán beneficiando a los de siempre con un poco más de cuidado o con un poco más de miedo.
Hola, Jose.
ResponderEliminarLo siento pero la acampada de Cádiz me ha perdido para siempre. Iba a hacer un texto como el que ha hecho Pedrociencia pero ni me merece la pena. Lo siento pero no quiero tener nada que ver con esa acampada. Estoy de acuerdo 100% con tu último mensaje, pero la acampada del Palillero no tiene nada que ver con tu mensaje. Ojalá.
Hola Antonio, yo también estoy de acuerdo en eso, pero por lo que escucho en el Palillero (al margen de la acampada) la concentración permanente como la entendemos hoy tiene los días contados. A mí la acampada me perdió hace tiempo, por eso hablo siempre del movimiento y las asambleas, que para mí no tienen nada que ver. Creo que los acampados han terminado viendo el Palillero como su casa y cualquier intento de hacer algo al margen lo ven como un intento no ya de desalojo, sino de verdadero "desahucio". Pero yo, que me paso muy a menudo por allí porque vivo cerca, puedo afirmar que este núcleo duro de la acampada son 10-15 y por el Palillero hemos pasado entre asamblea y asamblea miles de personas. Si gente como tú Antonio, pasa de la acampada, lo entiendo perfectamente, pero por favor, mantengámonos, expectantes, para cuando éstas terminen (espero que el domingo, o yo también me cansaré de ellos) poder trabajar de verdad en los cambios y la expansión del movimiento.
ResponderEliminarJose
No, si yo apoyo al movimiento. Y, de hecho, llevo mucho diciendo que las acampadas deberían acabar y empezar a pensar en un nuevo plan de acción. A ver por dónde sale todo.
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