lunes, 9 de mayo de 2011

Hasta Mafalda pudo

Algún publicista ingenioso ha reinventado una palabra que define a la perfección mi estado del último mes: infoxicado. Condenado a ir a la zaga de la noticia, y no a la par, como se empeñan los directores de periódico que exigen a sus becarios sesudos análisis de la actualidad instantáneos, el análisis y la comprensión necesitan de un tiempo que los eventos de los últimos treinta días no nos han dado. Una guerra enquistada, un presidente yemení que se va, un nuevo amanecer palestino con un ansiado pacto entre Fatah y Hamas, un presidente yemení que dice que ahora no, que fue un error, un contador del paro aproximándose peligrosamente a los cinco millones, un dictador sirio asesinando en las calles a más gente que el pollo aquél del Gadafi del que nadie se acuerda, un presidente del Gobierno diciendo que ya la cosa está tan mal que sólo puede estar tocando techo, mientras el líder (¿líder?) de la oposición calla cual mujer de mala vida, y sus secuaces se encargan de ir desencajando las placas de pladur, una Batasuna que es ETA que no se presenta a las elecciones, un voto mío más indeciso que un cura en un Imaginarium, un yemení que dice que no sabe, una Europa en la que tanto creí y que tanto se muere, un sirio que sigue asesiando, unos libios que siguen muriendo, unos batasunos que ya no son ETA que resulta que al final sí, una Edad Media que nos reinvade a pasos agigantados con sus reliquias de santos y sus bodas de postín y principesco y sus peleas por qué Dios es más verdadero, su...

"Hoy la vida parece demasiado hermosa como para estropearla con la realidad", dice Mafalda en una de sus viñetas, justo antes de apagar la radio y disfrutar de una naciente primavera. Una lección más del maestro Quino. Y si ella puede, que es de ficción, yo también. Así que, a lo que es a mí, este último mes apagué el wifi y me he dedicado al hockey, viajar y al arte. Con el más profundo convencimiento de que, si algún día me preguntaran, votaría sin pensarlo por la opción de que el mundo explote y la raza humana se vaya al mismísimo carajo. Y si podemos, mejor nos matamos entre nosotros. Dejamos así un planeta hermoso, con sus glaciares, sus mares, sus animalitos y sus plantas todas ellas. Sin el maldito cáncer que somos nosotros.

Sin embargo, no he podido evitarlo. Habrán notado los aviesos lectores un importante acontecimiento ausente en la lista de arriba. Efectivamente, parece que despues de una guerra empezada hace diez años por un chimpacé infraevolucionado, al presidente negro se le ha ocurrido dejar de tirar bombas a las montañas e ir a preguntar si cierto talibán está en su casa. Pim pam pum, tirito en el pecho (dicen que fue en la frente). ¿Y saben en qué se diferencian ahora Bin Laden de Bob Esponja? Pues absolutamente en nada. El líder de Al Quaeda eliminado ("suprimido", creo que es en argot militar), excursión militar a Pakistán sin aviso previo, y gente que sale a la calle a celebrarlo cual final de la Super Bowl, pero sin pecho de la Jackson incluído.

Juro por todo lo jurable que me había mentalizado mucho esta noche. Que tenía en mente un artículo serio sobre lo del tío del turbante. Y que no son pocas las reflexiones que me angustian sobre lo que he visto la última semana. Ayer tuve una genial conversación con un grandísimo amigo que me ayudó bastante a aclarar mis ideas sobre ese antes, durante y después de lo que ha sido la muerte más celebrada desde Hitler. Es el momento de hablar sobre eso, me he dicho esta mañana, ahora que tengo las ideas más o menos claras y he reposado suficiente la información.

Pero qué quieren que les diga... Hacía un día de putísima madre, la primavera está en plena efervescencia, la Calle Real estaba pidiendo a gritos que alguien pasara una bici por encima, encima Alonso ha hecho podio, y este año la feria del libro de Cádiz está dedicada al maestro Borges ("siempre soñé que el paraiso debía ser alguna especie de biblioteca", con las casamatas del Baluarte de la Calendaria plagadas de libros mirando al mar). En serio, háganme caso: si Mafalda pudo, nosotros podemos. Si tienen alguna duda, yo se la aclaro ahora mismo: no. No tenemos remedio. Y no se lo planteen más: muy probablemente, voten a quien voten dentro de dos semanas, al final los mismos de siempre les van a robar lo mismo. Así que apaguemos la radio. A veces la vida parece demasiado hermosa como para estropearla con la realidad.




12 comentarios:

  1. Creo que has sabido captar el sentimiento general de los jóvenes (Por jóvenes, entiéndeme que no me refiero a la generación nini, jóvenes, que se preocupan por su sociedad, por el mundo que le rodea, que tienen interés por la cultura, que leen "Cuanto más leas, menos te manipularan", etc), estamos un poco aburridos de la situación. Políticos nefastos que solo quieren el voto, droga morfínica para el pueblo en forma de futbol y cotilleos que duermen nuestras mentes, la sociedad del egoísmo y la hipocresía. Te recomiendo busques en internet el gran discurso antisistema de Julio Anguita, puede que te interese.
    Al final, a tomar por culo todo, me dedico a rodearme de buenas personas, intento mejorar mi mundo más cercano, el cotidiano e intento ser feliz, disfrutando de la primavera. (Aunque a alguno les cueste una alergia).

    Si todo el mundo estuviera haciendo el amor, no existirían guerras ni conflictos.

    Un beso

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  2. ¿Quien vive en la piña debajo del mar? !!!
    http://www.youtube.com/watch?v=UpMh9H7-odw

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  3. Muy buena entrada con la que recomenzar a seguir patociencia!
    Un saludo pedrín!!;)

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  4. Felipe: "He decidido enfrentar la realidad, así que apenas se ponga linda me avisan".

    Enorme, Perico. Haces tu especialidad a la perfección.

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  5. Madre mía, pero si estáis vivos. ¿Quién lo diría?

    Después del apunte (obligado, por cierto). Me encanta la entrada. Estoy en gran parte de acuerdo con lo que dices.

    Cuando ir a votar se convierte en un acto de hipocresía, apaga y vámonos.

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  6. Buena entrada!! en Mafalda hay que pensar cuando se sale a la calle estos días con tanta propaganda electoral y tanta mentira decorando las calles.

    Nuria

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  7. Muchísimas gracias!! Me alegra mucho de que os haya gustado, y sobre todo de que os alegréis de que no estamos MUERTOS (al menos, no todos y no del todo). Un abrazo a todos y disfrutar del redescubrimiento del blog. Y sí Jose... tienes toda la razón, quién lo diría :P Haced caso a Nuria y pensad en Mafalda!

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  8. Querido Anónimo: Sin que suponga agravio comparativo para con el resto, creo que tu comentario merece una respuesta aparte. Ante todo, muchísimas gracias por pasarte por aquí, más aún por comentar y compartir con nosotros tu opinión.
    Si te digo la verdad, siempre me ha molestado soberanamente esa nueva moda de los ni-nis, y el uso que le dan desde (malos) periodistas hasta (peores) políticos. No dudo que, gracias al avance de la sociedad y todos los medios que ello nos ha dado, el número de jóvenes que viven del cuento y de la sopa boba es superior al de otras épocas. Simplemente, ahora pueden hacerlo porque entra más dinero en casa.

    ¿Porcentaje? ¿De verdad son un porcentaje significativo? Cuando escucho el famoso ni-ni, lo único que se me viene a la mente es el ni estudia ni trabaja... del que ya ha terminado cuantos estudios ha iniciado y con ellos no pueden hacer otra cosa que limpiarse el culo. En fin, como tú, intentemos al menos rodearnos de buenas personas y cambiar lo que está en nuestra mano. Un saludo!!!

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  9. Muy, muy, muy chulo, colega.

    Como ya te he dicho muchísimas veces, compadezco al gilipollas que lee el periódico mientras unta mantequilla. Y lo siento por el que lo haga, pero en ese momento lo considero un grandísimo gilipollas. Asumamos las penas que nos pertenecen a partir de las 11:00 por lo menos, que la vida ya es de por sí una mierda.

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  10. Es tremendamente indignante que se nos asocie a nosotros con la generación Nini. Pero es asi.
    PD: El anonimo era mio, TITAI del alma

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  11. como que no piojo!? NI ferias, NI fiestas en junio XD si que somos la generación NINI!!

    NURIA

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  12. Qué miedo que hoy me ha dado por leer esta entrada y precisamente antes estaba pensando sobre esto. Así son mis días optimistas, pensando en lo que verdaderamente me gusta sin prestar atención a lo que nos envuelve. Hoy una canción, mañana una película, pasado una plaza y la semana que viene un gol. No sé qué seria de mí sin estas cosas.

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