O, incluso peor, habrás de mirar a los ojos a la persona que más quieres y negar hasta tu propio nombre, mentir, traicionar tu propia vida y refugiarte, cobarde, en la seguridad de una desgracia silenciosa.
O, incluso peor, habrás de buscar el amor en el cálido abrazo de las patitas de una cucaracha, sintiendo su cuerpo crujir, notando cómo se desprende su exoesqueleto, cómo se derraman sobre tu pecho sus vísceras, habrás de besarla y que sus antenas rocen tus labios para saber que por un momento ella fue tu vida y que todo para ella fuiste tú.
O, incluso peor, habrás de alimentarte por ti mismo, acechar en las sombras tras las pisadas de una rata, abalanzarte sobre ella, inmovilizarla, no perder tiempo en darle muerte por si se escapa, extender su cuello y morderlo sin atender a los crujidos de huesos y a los fluidos vitales que inunden tu boca e impregnen tu cara, ignorar sus chillidos, abandonarte a la más cruel naturaleza, tragar pelos y comer vida.
O, incluso peor, habrás de vivir, miserable, sin motivos para no dejar de hacerlo.
P.D: Hola, muy buenas.
"El placer se había enganchado a una roca en el fondo del orden natural."
miércoles, 12 de septiembre de 2012
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