Se vanaglorian allá desde sus púlpitos, enfrente de tribunas donde se
vanaglorian. Como cucarachas corretean por el mundo, unos sobre otros,
chocándose, se dan palmaditas con sus antenas repugnantes, se felan cada
vez que pueden y cubren de falsa modestia cada pasito que dan. No puedo
distinguirlos, todos son igual de insignificantes y todos representan
para mí el mismo trámite tedioso dentro de mi cometido divino. Creen que
ellos son responsables y libres, creen que son totalmente
autosuficientes y creen que van ampliando su autarquía manteniéndome a
raya, creen que los protege la sombra de su aparentemente vasto reinado.
Hace siglos creían que se salvaban por un dios o por otro, que me
esquivaban por la providencia y que la fe era capaz de detener la caída
de cada grano en mi reloj de arena. Con el tiempo cambiaron la dirección
de sus rezos, pero con la misma ceguera y el mismo tesón seguían
encomendándose a algo que la mayoría no entendía y que los que
entendían, sobrevaloraban. Oh, con la madre Ciencia hemos topado. Están
convencidos de que con una sutura, una inyección, un antibiótico o
cualquiera de esas alquímicas soluciones estúpidas están escapando de
mis manos una y otra vez. Miserables máquinas orgánicas, ciegas y
complacientes, todavía se creen que sobreviven cada día porque gracias a
su astucia consiguen una y otra vez una victoria épica contra lo
inevitable. Ay, si no me hubiera precipitado. Ay, si mi guadaña pudiera funcionar todavía como antaño. Ay, si no hubiera matado al afilador.
P.D: Y permítanme mis lectores (xD) que en lugar de una imagen, ponga un bello vídeo...
"Cuéntale a otro lo del mérito, que pocas cosas más destructivas ha creado el ser humano"
Si quieres que la gente escuche no puedes limitarte a darles una palmadita en el hombro, hay que usar un mazo de hierro, entonces se consigue una atención absoluta.
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