martes, 24 de marzo de 2009

Banalidad VS Experiencia

Fue un encuentro curioso, casual, de los que uno puede ser capaz de notar que existe una clara diferencia entre los caracteres de ambos y en la consecutiva emoción al toparse con el alterno. Yo no lo sabía, aunque algo podía denotarse, eran compatriotas. Lo que antaño fue una gran patria unía a estas dos individuas, sin embargo las perspectivas de ambas al respecto parecían ser totalmente antagónicas.

Una de ellas parecía ser algo más viva, dominaba el castellano con algo más de fluidez que su compañera pero se expresaba con un nerviosismo algo característico, bien por ser una característica anexa a su persona o bien por la emoción de encontrarse a una compatriota con la que poder compartir, aunque sólo fuese por ínfimos diez minutos, su interesante experiencia. Supongo que debe ser algo especial ese patriótico encuentro, motivador personalmente, una válvula de escape para aquellos que tienen la imperiosa necesidad de seguir cohesionado a su entorno.

Y era totalmente lógico. Le preguntaban a Punset qué era lo más inteligente que se podía hacer en esta vida, y no meditaba éste la respuesta (raro en un alma tan inquieta). Compartir la alegría con los demás decía. He aquí la imperiosa necesidad de alternar sucesivamente la solitaria reflexión con el conocimiento participativo, lo supremo de la exposición y la opinión ajena, solos no somos nadie.

Pero yo que me declaro fiel seguidor de audiciones de extrañas (pueden llamarme cotilla si lo prefieren), y que en consecuencia me erigía como espectador de primera línea de tan curioso encuentro denotaba que la última en llegar no parecía demasiado interesada en su nueva compañera de trayecto. Desenfundó rápidamente su catálogo categoría primavera-verano estilo chill-out proveniente de las pieles sintéticas exportadas del ñu oriental extinto ceilanés. Enseguida se escondió en su preciado tesoro como alejándose sucintamente de la presencia de su soñadora amiga, sin embargo parecía que ésta última no era capaz de ver tal evasión, o quizá no quería. Hablaba con pasión de las diferencias étnicas existentes entre su raza y la nuestra, con respeto y tolerancia, y con deseos de seguir en contacto con su país por diversas vías, aludía concretamente a lo raro que le resultaba no haber visto a ninguna persona rubia y diferente que se sentía por lo mismo, pero su “amiga” dedicaba peyorativos asensos, duros asentimientos que alejaban la temática de golpe y cortaban secamente tan curiosa conversación, y no podía evitar molestarme.

Aún así seguía insistiendo nuestra persistente amiga, no le hacían mucha falta que le respondiera extensamente aunque se veía que iba reduciendo progresivamente su optimista énfasis. “Cada vez que veo los campos verdes recuerdo mi pequeño pueblo”. No podía entender como comentarios así no podía interesar nada, lamenté no ser yo su conocido, para poder preguntarle por su remoto país, para mostrarle que no todos preferimos tales bagatelas a escuchar curiosos relatos y que puede que la curiosidad no esté tan extinguida como el ñu ceilanés del catálogo de su amiga.

6 comentarios:

  1. Perdón por la puta mierda de título.

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  2. Pedazo de texto, tío.
    Me gusta esa forma de abstraerte a un nivel más. Mola.

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  3. "Desenfundó rápidamente su catálogo categoría primavera-verano estilo chill-out proveniente de las pieles sintéticas exportadas del ñu oriental extinto ceilanés"

    Ejem...

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  4. Ejem de jajaja?
    Ejem de vaya puta mierda?
    Ejem de se te va el molondro?

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  5. Ejem de "de qué texto leido por tí recientemente me suena ese fragmento".

    Cuando digo "por tí" me refiero a Curro, no a Pedro. Que últitamente estamos fatal con eso.

    Quitando esto, me mola mucho. Excepto el título.

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  6. A qué texto coño?, te juro que no caigo en nada.

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