Hay dos cosas inherentes al ser humano: la violencia y la estupidez, que como especie inteligente y superior debemos luchar por superar. O eso, claro está, si nos dejan. En este mundo actual en el que vivimos, inmersos en la era de la comunicación, a lo más que puedes aspirar si pretendes saber lo que pasa en el planeta es elegir la forma de manipulación que más te agrade y mejor te haga sentir contigo mismo. En este presente asqueroso, en que cada medio engaña a su modo y manera, uno se las ve putas para informarse objetivamente. Es más fácil saber que piensan los expertos y periodistas sobre lo que está pasando que lo que está pasando.
Para juzgar hay que conocer, y sólo podemos conocer aquello que nos enseñan. No podemos aprender una verdad sin una fuente. Y si nos dicen mentiras, pensamos mentiras. Siempre fue así, y siempre del mismo modo. Manipulando la información que digiere la gente. Lo hizo Stalin para enseñar a su pueblo que Trosky intentó exterminar el comunismo, y lo hizo Hitler para enseñar a su pueblo que ciertos individuos peligrosos deben ser reeducados para el beneficio de la comunidad. Lo hizo Nixon para decir que en Vietnam iban ganado y no pasaba nada, y se hizo en China para colgar en el Tibet el cartel de “coto privado de caza”. Y hoy, se sigue haciendo. Cada vez informan más y es más difícil ocultar la verdad. Lo que se estila ahora es modelarla, o modelar las mentes que la procesan. Si quieres odiar a los curas, lee El País. Si quieres que te guste la tauromaquia, lee El Mundo. Diarios gratuitos se reparten por las ciudades para informar a sus habitantes subvencionados por los partidos de gobierno, o por los de la oposición. Periódicos editados por instituciones, como universidades, para airear las virtudes de gestión de sus rectores mientras algunas facultades se caen de viejas y en lo hospitales no hay profesores que enseñen. Así de frágiles somos. Hace años que eliminamos la censura, y ahora un puñado de oligarcas directores controlan la información que se difumina por el mundo. Y si el que sabe calla… nadie escucha nada.
George Orwell dijo una vez que en tiempos de mentira universal, decir la verdad sería un gesto revolucionario. Fíjense que sólo han pasado cincuenta años y ya nos han vuelto tan borregos y tan idiotas que va siendo así de fácil parecerse a Gandhi o al Che Guevara. Así de jodidos estamos. Y lo que nos queda.
PD: Para que veas que sé escribir en corto
Me parece, de largo, el pedazo de mierda más grande y pestilente que he publicado en PATOCIENCIA en sus dos meses de existencia. Pero en fin... para estas cosas creamos también la página...
ResponderEliminarAdemás, cojones, para que veáis que si que puedo escribir corto. Mal, pero corto.
Bueno como dice por ahí un libro al que considero que tiene buena parte de contenido si lo interpretamos bien. "la verdad nos hara libre"...Joder significa que no somos libre!!! Bueno siempre nos queda criticar, que eso se nos da bien.
ResponderEliminarMe ha gustado pedrin sobre todo lo ultimo aunque sabes que no me gusta que comparen a Gandhi con el Che jajaja
Borreguismo, el peor de los pecados.
ResponderEliminarMuy buen texto (sé que lo has hecho corto por mí, pillín). Me ha gustado la forma de escribirlo, porra mía.
ResponderEliminarEstoy totalmente deacuerdo con lo que dice el texto.
ResponderEliminarMe gusta mucho vuestro blog y desde que Antonio me lo enseñó, no dejo de visitarlo diariamente.
Como sabréis he empezado hace poquito y vuestro apoyo me hace coger más fuerzas, porque en este mundo de la "interné" es dificil que alguien te lea.
Un saludo! y Gracias