Hay por ahí cuatro pelagatos que se empeñan en hacer de jueces donde no les llaman. Bajo la bandera del progreso arremeten contra todo, salga el sol por Antequera, negando a su madre si se pone por medio. Valoran con su dudosa valía los aspectos morales de cuanto se cruza en el camino de su mente y su ego. Son capaces de tachar de vergonzosas las costumbres y usanzas que emocionan a los demás. Chupatintas y canallas, le buscan tres pies al gato para decir que cojea desde pequeño.
Y yo entiendo que quizás se abusa un poquito de las criaturas, que se les maltrata de forma algo irrespetuosa (cruel, dicen ellos) y que supone un degradante espectáculo, pero así está el mundo, así nos lo encontramos. El orden de la naturaleza era ese y no podemos hacer nada por cambiarlo.
Ahora viene mi queja: lo que yo entiendo como intolerable es que se hable de sufrimiento, de tortura y de cosas por el estilo, cuando toda esa terminología se refiere a otra especie. A la especie inteligente, a la superior, a la dominante. No podemos afirmar tan alegremente que esas criaturas sufran. Sabemos que sienten dolor, pero eso no es lo mismo que sufrir. El sufrimiento es tener constancia de ese dolor, ser consciente del mismo. Por consiguiente, torturar es provocar un sufrimiento a conciencia, cosa que tampoco podemos hacerles a los seres que nos ocupan.
Por si fuera poco, hasta puede considerarse como un atractivo turístico que forma parte del acervo cultural y el folclore. No hay muchos países donde se puedan ver este tipo de tradiciones. Eso es explotable como imagen de un país, pienso yo.
Además, que no merece tanto revuelo un simple burka. Joder, ni que les estuvieran clavando pinchos en el lomo.
martes, 16 de noviembre de 2010
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Si lo que pretendéis es que os mande al carajo es probable que lo haga pronto...
ResponderEliminarYo es que a Fresnedoso no le entiendo.
ResponderEliminarSólo quiero que reconozcas lo tremendamente divertido para ti que es ponerte en el papel de Jesús María!
ResponderEliminarCada vez que le mando una carta al personajillo éste me contesta que es un placer. Será verdad...
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