Se te escapan un par de mechones del gorro de lana y de ahí cuelga
todo. Y todo son las paredes, las aceras, los coches y las ventanas con
todas las vidas que en la pantalla de sus cristales se dejan espiar.
Todo es el mundo que entero y pleno cuelga de tu pelo y a veces se
balancea un poco. Es por eso que a veces me mareo con el vaivén y me
quedo paralizado por lo incierto que se presenta el camino que pende de
tus labios. Yo, que nunca me he quedado sin palabras y que las derrocho a
diario como si no costaran dinero, pierdo el hilo de mis pensamientos
cuando veo al Universo arreguindarse de tu pelo, y más cuando no lo veo,
y más aún cuando lo tengo delante, y más aún cuando no lo tengo.
Reconozco que estoy muerto de miedo porque temo que cualquier día te vas
a ir y te vas a llevar los dichosos mechones y vas a dejar caer el
mundo al suelo y se van a romper los edificios y las carreteras y las
puertas y las escaleras bajarán por fin en un estrepitoso descanso y yo
no podré evitarlo de ninguna forma porque estoy mareado y paralizado y
nunca supe escribirle bien a este tipo de sentimientos. Dime tú qué
hago.
P.D: ^_^’
"Si enfocan a un futbolista lo cogen escupiendo, si enfocan a un chirigotero lo cogen mascando letra."
miércoles, 6 de febrero de 2013
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El condensado te sienta divinamente.
ResponderEliminarPo pa no saberle escribir, no vea'ompare.
Todo torpeza, créeme:
EliminarHay torpezas magníficas.
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