Entre las paredes de la carne
mi techo parece ser el consuelo
y la luz, un insulto al descanso.
Si todo se esfumara en el hambre,
respirar sería el miedo
a estar de paso,
como cuando no importaba nada
y me reía
sin miedo a caer
pero la pena me esperaba,
siempre, como un perro
con cara de lucidez.
Fuera de todo, todo era nada,
como cuando los palomos dormían
y las farolas esquivaban envites,
como cuando andar no molestaba.
El brillo de nuestra elegía
solía reírse,
se exhibían las madrugadas
como un crío
con lágrimas nuevas
y la lucidez me esperaba,
siempre, como un perro
con carita de pena.
P.D: Ahí voy.
"¿Si alguien piensa que muerto estaría mejor demuestra optimismo?"
jueves, 21 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario