lunes, 17 de agosto de 2009

Casi como un paraíso

Casi como un paraíso para ellos.

Tienen toboganes gigantes que hacen que se deslicen a velocidades impensables. Hay todo tipo de pelotas -de rugby, de fútbol, de baloncesto-, hay raquetas de tenis de todas las marcas, incluso bicis que en su día fueron punteras. Un día, con incredulidad, hasta vislumbraron una canasta. A los que les gusta la lectura -que son pocos- no tienen más que buscar en los subterfugios de lo habido para encontrar Hamlet o El Buscón. Dar con una televisión o un dvd tampoco es tan extraño allí, hay veces que hasta encuentran películas de Charles Bronson o Bud Spencer -ya otra cosa es que las vean-. Miles de relojes de pulsera, y algún que otro de pared -aunque allí la hora tampoco importaba tanto-. También hay animales de compañía -porque compañía hacen-, aunque son algo menos habituales que un perro. El ambiente puede llegar a considerarse pintoresco, miles de colores escenifican la imagen de su paraíso, bien es verdad que predomina el gris, pero no es nada raro apreciar tonalidades verde lima, magenta intenso o cian. Ese abierto hospicio tiene armarios, sillas giratorias, mesas redondas e incluso puertas -aunque no en vertical-. Todos los habitantes pueden descansar cada noche en una cama diferente, y si lo que realmente quieren es disfrutar de la amplitud de un buen catre no tienen más que pernoctar solitariamente en una de matrimonio. Las paredes no son tan necesarias como pueden intuirse, en invierno tienen chimenea y allí podían encontrar todo tipo de mantas -a veces incluso noruegas- y en verano una agradable brisa acompaña las andanzas de sus poseedores. Un hobbie muy característico de los mismos es la pintura -o el dibujo-, con suerte pueden verse algún que otro bloc que les resulte útil, y si ya rizaban el rizo eran capaces de dar con acuarelas, y con rotuladores, y con pinceles, y con lapices. Los más pequeños del lugar son, sin duda, los que más disfrutan. Es imposible contabilizar la cantidad de juguetes que tienen a su alcance. Los hay fantásticos -que son aquellos que hacen vibrar a los que se adelantan raudos con una espada en mano, soñando ser un valeroso caballero-, los hay femeninos -miles de niñas visten a sus muñecas con parsimoniosa dedicación, soñando que podrán ser las princesas de los caballeros-, y también los hay violentos -mediante los cuales tácticas criaturitas plantean una eficaz estrategia de combate con su temible ejército-. En lo que respecta a la comida, tienen un buffet libre abierto durante 24 horas, pueden encontrar pescado, fruta, carne, verduras y hasta postres aderezan la carta ficticia del sitio -el estado de los mismos ya no les preocupa lo más mínimo-.

Pero lo que diferencia aquel lugar de un paraíso es que en los vertederos no hay forma de encontrar agua.

5 comentarios:

  1. Muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy bueno. Me ha "encantado" (dentro de lo que puede encantar darse de cara con una realidad así). Yo creo que este ahora mismo es lo mejor que hay aquí tuyo con diferencia. Y lo mismo no solo tuyo... Chapó.

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  2. :$ :$, ¡qué exagerado! (modo falsa modestia ON xD xD). No en serio, gracias por el comentario hijo de puta, alegra saber que el texto ha llegado al interlocutor, eso lo sabes tú bien.

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  3. Leído.

    Coincido con Pedro, de lo mejor que has escrito nunca. Enhorabuena.

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  4. La verdad es que a mi también me ha gustado. Cuando lo comencé a leer no sabia muy bien de que lugar estabas hablando y se me ocurrieron muchas cosas mientras leia y cuando vi el final dije...Ostias! Asi que conseguiste impresionarme chulo

    Muy buena Hamijo

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  5. Para que no se te suba el ego con tanta felación te pongo un pero: me ha costado llegar al final entre tanto pasteleo. Y cuando estaba llegando ya estaba esperando que me dieras un palo en la nuca.
    Pero el palo que me has dado ha sido totalmente sorpresivo. Me has cogido muy desprevenido y has conseguido con ello redondear un texto estupendo.
    De verdad, muy bueno.

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