Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha sentido la necesidad de honrar y agasajar aquello que venera. Prácticamente desde que nació como especie, y en cuanto descubrió la belleza y el arte, se vio impulsado a crear para alguien distinto a ellos mismos. Seres, entes o ideas superiores, mitificadas o sagradas. Y como si fuera un rasgo distintivo de la raza humana, ha sido mantenido individuo tras individuo, siglo tras siglo, milenio tras milenio.
Stonehenge para comulgar con las estrellas y necrópolis desde los albores de nuestra existencia, zigurats en Babilonia, pirámides en Egipto y América y templos a dioses griegos. El Partenón de Atenas, Panteón de Roma, el Altar de Pérgamo y el Busto de Nefertiti. Al principio erigían sus monumentos subordinándose a los superiores, a los dominadores: dioses, faraones y reyes. Después se dieron cuenta de su propia grandeza, y empezaron a construir también para ellos mismos y lo que más les importaba. Los jardines colgantes de Babilonia y sus puertas de Istar. La Academia de Platón. El mercado de Mileto. El faro más hermoso del mundo en Alejandría, el Senado Romano como templo de la política y la sabiduría y madrazas en Persia. Y desde entonces, alternándose en ídolos y agasajados a lo largo de la historia, se han sucedido las maravillas de la mano humana. La biblioteca de Alejandría, la Mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada. El Castillo de Praga, la universidad de Salamanca, la basílica de San Pedro, templos zen dedicados a la naturaleza, los jardines de Versalles, Potsdam, el castillo de Neuschwanstein, Santa Croce en Florencia o San Francisco de Asís. El Prado, el Arco del Triunfo, la ópera de París o el Palau de la Música de Barcelona. Estatuas a Kart Marx y el Memorial del Holocausto en Berlín. El Parlamento Europeo, la Casa Blanca y el Campidoglio. La Piedad de Miguel Angel, el Cristo Redentor y la Estatua de la Libertad.
Edificios sagrados a aquello que adoramos e idolatramos. Monumentos superlativos. Templos a Dios, pero también a la razón, a la educación, a los libros, al conocimiento, a la libertad, a la naturaleza, al mundo, a la seguridad, a la igualdad, a la justicia, al perdón, a la reconciliación, a la belleza, al mar, al arte, a la música, a reyes y a ciudadanos. A aquello que nos hace más humanos y que gravita constantemente en nuestra existencia. Porque lo divinizamos. Así ha sido, desde que existimos, a lo largo de la historia.
En 1863 la familia Grimaldi encargó al arquitecto Charles Garnier un monumental edificio. Este plasmó su diseño rodeado por jardines, armonizado con influencias renacentistas, barrocas y rococós, y enormes fuentes adornando su entrada, convirtiéndose así en el más bello de la ciudad y uno de los más caros del mundo en el momento de su construcción. Este edificio fue creado para un solo objetivo en concreto, y mantiene tal función desde el mismo momento que abrió sus puertas. Se encuentra ubicado en el distrito de Monte Carlo, y en su interior alberga el Casino de Mónaco. El templo del dinero.
En 1863 la familia Grimaldi encargó al arquitecto Charles Garnier un monumental edificio. Este plasmó su diseño rodeado por jardines, armonizado con influencias renacentistas, barrocas y rococós, y enormes fuentes adornando su entrada, convirtiéndose así en el más bello de la ciudad y uno de los más caros del mundo en el momento de su construcción. Este edificio fue creado para un solo objetivo en concreto, y mantiene tal función desde el mismo momento que abrió sus puertas. Se encuentra ubicado en el distrito de Monte Carlo, y en su interior alberga el Casino de Mónaco. El templo del dinero.
Curioso, no sé si es cuestión de modernidad o no, pero desde luego hay una evolución en nuestras prioridades. De todas formas entre dedicarle un templo a los Dioses o dedicárselo al dinero tampoco...
ResponderEliminarVeo que ha gustado este texto xD
ResponderEliminarGran texto, porra.
ResponderEliminarYa sabes lo que opino sobre la claridad y los enreliamientos, pero también sabes que opino que eso entra dentro del estilo de cada cual. Por ello me parece que has hecho muy bien tu trabajo ;).
Besines