Al principio no le gustaba mucho su papel, sin embargo no tenía más remedio que aceptarlo si pensaba llegar a donde siempre había querido estar. No le fue nada difícil entablar contactos con esos locuaces mediadores que prometían el oro y el moro a cambio de míseras cantidades o económicas, o vaya a usted a saber.. Era la única pequeña parte de la gran estructura jerárquica que se movía por interés personal, o mejor dicho, o por un interés personal tan ínfimo. Pero lo que era de momento, eso a él no le importaba, no es que no se diera cuenta, es que había soñado demasiado con eso como para echarse atrás ahora.
Nada más llegar al lugar de reunión denotó un aura de violencia acumulada, fue tratado con exquisita atención, pero nunca hubiese cedido nada que le importase a ese grupo de oscuros individuos. Sabía que un cierto hilo de conveniencia rodeaba esos tumultuosos halagos. Lo que vino a posteriori no desencadenó en nuestra protagonista ninguna sorpresa, intuía que en esas primeras fases de acoplamiento al grupo se trataría de incentivar el convencimiento moral de la causa, la defensa legítima y lícita de las actuaciones de esas panteras, destinadas y enviadas buscando la libertad de un pueblo anclado en su inferioridad. Y lo peor es que él creía en toda esa mierda, pero sus dudas no radicaban en la dogmática del grupo, sino en los modos usados para su consecución. A él le habían hablado de actuaciones terribles, y sin embargo tomó la decisión de presentarse allí, no sabía si esperando que todo aquello no fuese cierto, o porque cabía la posibilidad de que se convirtiera en uno de ellos, o al menos, hiciese lo mismo que hacían ellos. “El fin justicia los medios” le decía su padre, y éste le recriminaba tal frase. Ahora luchaba contra sus propios principios.
Una mezcla de sensaciones se encontraron en si mismo cuando comenzó a efectuar las órdenes de sus superiores (allí los llamaban hermanos mayores). Fue como un gélido ardor, valga el oxímoron. Un placer que le aderezaba mientras se odiaba profundamente, la adrenalina se disparaba y una especie de disnea tomaba su cuerpo. Cuando tuvo que hacerlo lo hizo, sin paliativos, pulsó el detonador que destrozó el Cadillac del que le dijeron que era su enemigo, apretó el gatillo de su Smith&Wesson modelo 5906 contra el corazón de un cincuentón enchaquetado y empezó a no sentir pena. Su vida se especificó, su familia eran los panteras y su causa la de ellos, un antiguo pacifista convertido en un despiadado soldado. Un hombre que creía destacar por construir en sus ideas unos cimientos sólidos, había echado por tierra todos sus antiguos soportes y se había convertido en una marioneta más, en un proceso veloz, sin fases, todo fue tan directo como lo que le sucedería en el futuro.
Pero él no se consideraba un asesino, es más, seguía creyendo ser aquel pacifista admirador de Luther King.
P.S: Agradecería opiniones sobre el relato, que uno nunca sabe como le queda algo con tan poca experiencia.
viernes, 15 de mayo de 2009
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El texto está de put... muy bien, tío. Me encanta como describes su "doble moral" si se le puede llamar así o quizás sea todo lo contrario a una doble moral. No sé, me encanta esa declaración de principios en contra de las dicotomías.
ResponderEliminarSi quieres (y me permites) que destaque algo negativo del texto es que YO no escribiría oraciones tan largas porque a veces eso hace que el texto sea más denso. Pero claro, eso entra dentro del estilo de cada uno (de ahí que haya remarcado el "YO"). Si esa es tu forma, pues lo es y punto, pero pa mi gusto hacer frases más cortas y directas haría que el texto fuera más "suave".
Lo dicho, gran texto.
Ha gustado, qué de comentarios xD.
ResponderEliminarTendrías que suavizar el vocabulario, sobre todo en la primera mitad del segundo párrafo. Le da demasiada rigidez al texto, a mi gusto. Pero eso es hablando de la rigidez o fluidez de la escritura, porque en realidad lo que has colgado es un relato. Una historia. Y que quieres que te diga, como tal está de puta madre. De hecho, no sé si estás contando algo que sabes (que no te quita mérito) o te lo has inventado tu.
ResponderEliminarLuther King, qué bien hablaba ese negro XD. Sólo una cosa: ¿por qué siempre es un Cadillac el coche? XD. Muy buen texto, tío, me encanta la temática. De la forma, sólo te criticaría dos o tres oraciones que me parecen poco claras. Por lo demás, muy guapo. Y el texto también.
ResponderEliminarLo que a mi me intriga ahora es por qué te ha dado a ti por el Black Power... eres negro por dentro o has descubierto que tuviste algún antepasado africano?
ResponderEliminarPor Dios cultura norteamericana en su máximo esplendor, motown, jazz, Luther King, un movimiento pacifista en sus inicios, con corrientes exaltadas, Malconm X, Chicago, sombreros, gangster. Es el movimiento y su contexto histórico, que preciosidad de época.
ResponderEliminarLa historia es totalmente inventada, y gracias por las opiniones HAMIJOS.
Pues entonces tú eres basto
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