jueves, 30 de abril de 2009

Y un mojón pa mí

Hoy durante un sueño me enteré
de que se ha declarado la paz mundial,
que el cáncer solo es un signo astral,
que ha terminado con el sufrimiento,
que han descubierto un tratamiento para el SIDA
que lo ha dejado a la altura de un resfriado,
que los ricos han repartido,
que los pobres han cenado,
que las bombas se han desactivado,
que se acabó en África el hambre,
que la energía solar es la más rentable,
que la de combustión es inviable,
que el petróleo no es oro negro,
que el oro no es valioso,
que el dinero es sólo un recuerdo,
que una cartera vale solo
para llevar una foto de tu novia,
que no se intentan cruzar mares en zodiac,
que no explotan a niños en China,
que no explotan hombres en Palestina,
que no son rojos los ríos en Oriente Medio,
y que la última pistola fabricada
era una pieza de museo.
Pero cuando el despertador
convirtió la noche en día
recobré la cordura y vi
que mi sueño desaparecía
y que nunca volvería
mientras el hombre
tenga el destino del mundo en una mano
y en la otra mano una pistola,
mientras no se firmen los derechos humanos
e importen más los dólares que las personas.

Hoy durante un sueño me dijeron
que ya no existen los hombres de color
y que ahora se llaman negros,
que hay vacunas contra la depresión,
que los acentos y las raices
no son motivos de burlas,
que terminaron las dictaduras,
que ya no hay ovejas frente a los curas.
Que se usan para el frío los pasamontañas,
que no hay fanatismo ni incultura,
que perdió la fuerza contra la maña,
que las generaciones venideras
no tendrán que amar a España
porque ya no hay fronteras,
que los cuchillos solo cortan pan,
que todo el mundo tiene un pan que cortar,
que no hay deuda externa,
que hay una epidemia de sinceridad,
que los Polos se han vuelto a enfriar,
que chutar es disparar a puerta,
que hay una plaga de libertad,
que todas las puertas están abiertas,
que se acabó por fin el terrorismo,
que el sexto sentido del hombre
es el respeto por sí mismo.
Pero cuando el despertador
convirtió la noche en día
recobré la cordura y vi
que mi sueño desaparecía
y que nunca volvería
mientras el hombre
tenga el destino del mundo en una mano
y en la otra mano una pistola,
mientras no se firmen los derechos humanos
e importen más los dólares que las personas.

"Justo cuando estés a punto de alcanzar la más absoluta y plena felicidad, sonará el despertador."

miércoles, 22 de abril de 2009

La llama que lame la mano

Expresarse, por más burdo e íntimo que se haga, no deja de ser una forma más de comunicación. Y esta no existe si no es bidireccional. Una emisión que no encuentra receptor ni es comunicación ni es nada. Un mensaje arrojado al mar en una botella por un náufrago que nunca es recogido está condenado a vivir en el limbo que conjuga la existencia y el olvido. Las palabras que no generan ningún tipo de respuesta, desde el agrado hasta el asco, son estériles y vanas. Un antiguo proverbio dice que si lo que hemos de contar no dice más que el silencio, es mejor no abrir la boca. Que alguien nos escuche o nos lea hace que nuestras tonterías vibren, al menos, más que la nada. Lo que único que justifica el ancestral juego de la creación, por encima del mismo divertimento de erigirla, es que alguien puede contemplarla y disfrutarla. Legarla. Nadie crea para nada, ni siquiera para uno mismo. Todo lo contrario, cualquier mirada de soslayo que recibe una obra es recibida por su autor como el más valioso de los piropos, como la más suave de las caricias. Desde las primeras pinturas rupestres hasta los garabatos de un niño. Hasta el más triste que escribe anhela ser leído, del mismo modo que el científico desea que todo el mundo conozca la verdad que ha descubierto. Todos quieren ser juzgados si han creado, más que ser premiados. Si no, todos romperíamos nuestros papeles como hacemos cuando de verdad queremos que no sean vistos, todos quemaríamos nuestros cuadros. Si no, todos los pescadores devolverían sus presas al mar. El que escribe habla, pero no con ninguno, sino con todos. Cuenta algo, o se cuenta a si mismo a los demás. Unos son capaces de crear belleza sólo con significantes y significados. Otros, deben conformarse con poder relatar, compartir algo interesante. Por eso, cualquier palabra grabada en esta Tierra, desde la primera que se hizo hasta la última que se pierda, tiene dos misiones vitales, si no son destruidas ipso facto, que le dan sentido a su existencia. La primera es decir algo. La segunda, es ser leída. ¿Las palabras las lleva el viento? Que va. Sólo las que no están escritas. Y para escribir sólo hace falta una cosa: tener algo que contar.

Todo ser humano, por el mismo motivo de existir, de estar aquí, necesita dejarse escrito alguna vez en algún sitio. A todo el que albergue algo de fuego de vida en su interior le han quemado alguna vez los dedos. El alma pica. Ese es el espíritu humano, la llama que lame la mano.

martes, 21 de abril de 2009

¡Que llueva, que llueva...!

Su hijo le había obligado a ir aquel día al campo. Quería conocer los árboles de hojaldre y las montañas de mazapán. Bueno, realmente no lo obligaba porque era su hijo y mantenían el respeto lógico. Lo que sucede es que no se le podía negar nada a aquel muchachuelo de dulce mirada.
Los árboles no siempre fueron de hojaldre ni las montañas de mazapán. Hubo un tiempo en que las personas de carne y hueso iban a campos de verdes praderas y robustos árboles que sudaban resina. Lástima de Guerra Porcachona que acabó con los ecosistemas mundiales dando volteretas y cambiando de forma de ser para poder sobrevivir. Decían los gobernantes que la Tierra debería cambiar de hábitos para poder seguir adelante, como un humano cambia de hábitos cuando se le detecta colesterol.
El caso es que aquellos gobernantes murieron hace siglos y los humanos dejaron de existir hace mucho.
Lo que jamás desapareció de la Tierra (a parte de las cucarachas y los funcionarios) fue el olor a odio. Eso y la avaricia.
Se restauró el orden mundial de forma improvisada y poco eficiente. Se colocaron nuevos líderes ambiciosos y avaros. Y esos nuevos líderes volvían a conducir al planeta entero hacia inciertos estadios de miseria.
Sin ir más lejos acababan de declarar la guerra contra el planeta Marte, donde al fin habían salido del sub-suelo los acuosos habitantes del planeta rojo (y hago bien en decir acuosos en lugar de acuáticos).
Miles de platillos volantes perfectamente identificables (OVSI) tapaban la tímida luz solar que traspasaba la capa de contaminación que los humanos nos dejaron en herencia.
Vaya casualidad que él, un pobre hombre de azúcar, estuviera en mitad del campo cuando los líquidos marcianos lanzaron contra la Tierra aquel ataque kamikaze.

"Quizás es más feliz el ignorante, pero no sabe porqué."

domingo, 19 de abril de 2009

Luz en el bosque

A veces tendemos a basar demasiado nuestras opiniones en las expectativas que se nos ofrecen, el producto es anunciado de una manera y sus posteriores prestaciones no nos resultan válidas salvo que se rijan por los criterios anteriores. Desaprovechamos conceptos más noveles por falta de originalidad.

Y obviamente cuando el producto del que se habla se basa tanto en el contenido puro estas evidencias se multiplican, somos influenciables por naturaleza y la opinión ajena y el comentario a desdén nos afecta en demasía.

A lo que voy a groso modo, es a dar primeramente un consejo (si se me permite) introduciéndonos en una vertiente concreta a la hora de evaluar tal concepción, el cine, no informaros mucho de una película antes de verla, y ni mucho menos fiar la idea de un film por un trailer de dos minutos.

Y es que ésto ocurre principalmente con un largometraje tremendamente infravalorado, El Bosque (The Village), una obra que no deja indiferente, que aprecia el que disfruta de su visión sin tener en cuenta su forma de exposición, y que no gusta al que declara que esperaba “una inteligente película de terror”, a pesar de que no falte suspense en cualquier escena rodado por el gran Shyamalan.

Y es que la grandiosidad de El Bosque no radica en nada de eso, estamos disfrutando mientras la visionamos de una historia que no está relacionado con el miedo físico, con el terror puramente dicho, sino con el poder del miedo, con el sentimiento que ha movido a miles de civilizaciones a lo largo de la historia a tener siempre un mecanismo activo para evadir la realidad, no afrontar los hechos y esconderse en una capa de diversas excusas que nos marcan de siempre. The Village es un viaje histórico contenido, una parábola que nos mostrará nuestro temor más antiguo, el temor al futuro, y la cobardía, y la protección, y el liderazgo. Valores del ser humano reflejados a la perfección en una fábula, un cuento que podría haber quedado para la historia del cine y que derrocha lirismo y poesía por los cuatro costados.

Además, no hay que olvidar el ambiente que rodea la película, y su magnífica obra sonora, obra del gran James Newton Howard. Disfrutadla aquellos que no la conozcais, la primera visión del film es impactante.

viernes, 17 de abril de 2009

Culpa mía

A veces me pregunto si yo estoy muy equivocado, bueno yo y los que concuerdan conmigo (que dicho sea de paso, no suelen ser gran número). Me pregunto si tiene sentido lo que pienso, si la gran mayoría de la población (y es que a mí me enseñaron que el pueblo es soberano) adoctrinados sin ningún tipo de dogma predeterminado poseerán la opinión más cercana a la verdad absoluta, y es que si ellos declaran unánimemente, o casi, un criterio será porque les resulta extraordinariamente clarividente. ¿Por qué tendrían ellos que errar?, si partiésemos de un criterio lógico debería valer más la opinión múltiple que la individual.

Por este motivo tan pragmático suelo dudar a menudo de mi opinión, no es por la base de ésta en sí (que, de hecho, puede ser tantas veces relativizado), no es por pura tozudez ni por disfrute personal, no me gusta llevar la contraria por sistema, ni lo hago voluntariamente, siempre he sido acérrimo defensor de la discusión y del intercambio de opiniones, pero lo que no puede ser bueno es llevar sistemáticamente la contraria al resto del mundo (y es que el problema es que no pretendo hacerlo un sistema).

Pero no puedo entenderlo, el mundo tiene que estar poniéndose de acuerdo, no es posible que vayamos decreciendo nuestro interés por la vida, no es posible que la estructura jerárquica de las prioridades esté tan jodidamente mal hecha, no es justo que haya ideas tan necesarias infravaloradass y estimemos, y añoremos lo que no deberíamos ni estimar ni añorar. La vida pasa y la gente perece, pero no sabemos aprovechar que, por ende, hemos vivido más (y no sólo en tiempo) y mejor que nuestros antiguos, hemos conocido más y a más gente, y sin embargo nuestra progresión es prácticamente inexistente.

Vivimos en una sociedad anomia y tremendamente egoísta, no queremos saber nada de lo que pasa y actuamos como las tortugas, estamos paralizados ante las circunstancias y únicamente cuando una situación se convierte en irrefutablemente perniciosa y personal salimos formando una tremenda algarabía, y pidiendo justicia, paradójicamente, de forma tan injusta. No sé si el mundo está peor, lo que sí sé es que no avanza como debería.

Pero como ya digo, es sólo una opinión, y a lo mejor como tantas otras veces, contraria a la del resto (o a lo mejor ésta no tanta...).




Y pongo un cuadro de Caravaggio para mejorar un poco en conjunto el post, aunque no tenga nada que ver, ni lo haya pintado yo.

lunes, 13 de abril de 2009

A ver, hijo, a ver

Me parece encomiable la labor de los misioneros cristianos católicos y evangelizadores en África ("Ya está el Ortega dando por saco con la Iglesia").
Realmente es una estupenda ayuda a unos pueblos que en algunos casos viven con tecnología y costumbres casi propias de la Edad Media.
Su trabajo es tremendamente útil ya que los ayudan a ganar en efectividad, calidad de vida y salud.
Recuerda a las "evangelizaciones" de 1492 en América, pero más amistosa. Sin tanta sangre y tantas palabrotas.
Es una especie de civilización y modernización por medio de la palabra de su dios y de la institución que dirige su religión. Vamos, que mola.
Sustituyen sus primitivas creencias por unas mucho más constructivas (sin sacrificar vírgenes, ni hacer hogueras, ni analfabetismo) y mucho más formadas.
[Hago un parón: de verdad que no me parece mal, coñe, no os creáis que hablo con ironía]
Hay ocasiones en que los propios cultos tribales dificultan el trabajo del grupo, así como la convivencia, por lo que abrazar unas nuevas costumbres más ordenadas los puede ayudar a avanzar hacia un bien común. Esas prácticas medievales (en el mejor de los casos) hacían perder tiempo y, por ende, dinero, comida y confort.
Gran trabajo el de esos cristianos.
A ver si de una puñetera vez vienen los misioneros a España y quitan la Semana Santa.

"Dios es un genio incomprendido... o gilipollas"

jueves, 9 de abril de 2009

Llamazares se jubila

Aunque la noticia no es de actualidad precisamente, me ha venido a la cabeza de nuevo. Y es que resulta que el señor Gaspar Llamazares, coordinador general de IU y diputado en el Parlamento, se jubila y abandona el timón de mando de la coalición izquierdista. Esto, tan celebrado por unos e ignorado por otros, a mí me llena de pesar, pues deja vacante uno de los puestos estrella del elenco político español: el payaso mayor del reino. Y es que este señor (al que por otras facetas de su biografía tanto respeto, en honor a la verdad) es más propenso a las patosadas públicas y declaraciones a destiempo que a los golpes de efecto y aciertos. Los que lo hemos seguido atento echaremos de menos sus apariciones estelares en ese gran circo que es la política en este país, pero el pobre hombre, después de ocho años de intensa dedicación claramente vocacional, bien se merece un descanso. Va siendo hora de buscarle un sustituto.


El primer candidato que se nos viene a la cabeza, por supuesto, es su sucesor como cabeza departido, el señor Cayo Lara. No obstante, este hombre que parece tan simpático en la calle y serio en su trabajo no es muy dado, al menos de momento, al autoescarde público. Así que busquemos otro. Lo natural sería que echase el anzuelo entre los diputados más conservadores del PP, pero tristemente algunos de estos ya no hacen ni gracia. Podríamos buscar entonces entre las filas de los nacionalismos más excéntricos o los camerinos del PSOE, pero no estamos hablando de mimos de medio pelo. No señor, el título honorífico de payaso mayor del reino es una cosa muy grande y muy seria. Cualquiera puede parecer tonto, pero sólo uno puede parecer el más tonto.


Desgraciadamente, creo que el señor Llamazares tiene un sucesor muy claro en este título, por mucho que temamos reconocerlo. Parece que hay por ahí un señor más preocupado en echarse fotos con Obama que en afrontar una crisis, o en colocar a amigotes o jarrones chinos de ministros que en solucionar problemas. Y como estas, a diario. Así que amigos, tiemblen, que a mi ya no me hace ninguna gracia. Porque resulta que el título de payaso mayor del reino pasa heredarlo, por derecho propio, el presidente del gobierno.



miércoles, 8 de abril de 2009

"900 Euros al mes": Arturo Pérez- Reverte

El otro día escuché a la ministra de Educación. Me parece que era ella. Y si no, da igual. Sería otra pava que hablaba como la ministra de Educación. Títulos, por cierto, el de ministra y el de Educación, que en España parecen sarcasmos. O que lo son. La oí satisfecha de esto y aquello, goteando agua de limón, encantada de que, gracias a ella y sus colegas, el nivel cultural y educativo de los españoles de España vaya a estar a la cabeza de Europa de aquí a nada, e incluso antes, merced a su buen pulso y a sus previsiones astutas, que tienen rima. Con rutas y con virutas. Después, en el mismo telediario, creo, escuché a un ministro de Economía –por llamarlo de alguna forma– que anda camuflado y con gafas de sol, pese a lo arrogante que era en otro tiempo, después de pasar una larga temporada justificando lo injustificable. Y me dije: hay que ver, Arturete, qué poco trecho va, en esta perra vida, de fulano respetable a ministro, y de ahí a marioneta o sicario. Pero lo que me tocó el trigémino fue que ambos, ministra y ministro, mencionaran a los jóvenes y el futuro, en sus respectivos largues, sin despeinarse. Esos jóvenes llenos de futuro por los que tanto curran. Y se desvelan.

Así que voy a proporcionarles hoy, para facilitar un poquito el desvelo, el retrato robot de uno de esos jóvenes por los que cada día, en los ministerios correspondientes, se rompen abnegadamente los cuernos. Puede valer como ejemplo una de las cartas que me llegaron esta semana: la de una chica de 28 años que trabaja en una tienda de Reus cobrando 900 euros al mes. Con novio desde hace dos años. Un chaval noblote y atento, pero con quien no puede irse a vivir, como quisiera, entre otras razones porque él lleva ya seis meses en el paro; y ella, por su parte, carga en su casa con todo el peso de la economía familiar.

Porque esa es otra. Con la chica viven su padre y su madre. Ésta, enferma de epilepsia, después de trabajar quince años sin que la dieran de alta en la Seguridad Social, no tiene trabajo, ni ayuda, ni pensión; y los setenta euros que se gasta cada mes en medicinas –un hachazo para la mermada economía familiar– tiene que dárselos su hija. Había en casa una cuarta persona, segunda hija, estudiante, que trabajaba cuando podía hasta que también se quedó sin empleo, y tuvo que irse a vivir a casa de su novio, con la familia de éste, porque en su casa una estudiante era una boca más y no había modo de mantenerla.

En cuanto al padre, nos vale también para retrato robot del español medio. Echado a la calle de la empresa donde estuvo veinticinco años trabajando, perdió el juicio, como cada vez, o casi, que un trabajador se enfrenta en solitario a una multinacional. Después tuvo que pagar las costas procesales y la minuta del abogado, y ni siquiera pudo cobrar el finiquito. Ruina total. Tuvo que dejar el piso que ya estaba casi pagado, malvender el camión con el que trabajaba, liquidar letras e irse a vivir a un sitio más modesto, pagando 900 euros mensuales de hipoteca más gastos de comunidad. Al cabo de un tiempo de estar en el paro consiguió, temporalmente, un trabajo de seis días a la semana llevando un tráiler al extranjero, por 1.600 euros mensuales que, descontados seguros, hipoteca, comida, teléfono e impuestos, no alcanzaban a pagar la luz, el agua y el gas. Pero ese dinero lo dejó de cobrar al quedarse de nuevo en paro por la crisis –ésa que no iba a existir, y que ahora sólo durará, afirman, un par de telediarios–. Y resulta, para resumir, que un hombre que ha trabajado toda su vida, desde los catorce años, se encuentra a los cincuenta y tres con que el mes que viene no puede pagar la hipoteca de la humilde vivienda donde se refugió tras perder el primer trabajo y la otra. Porque no tiene los cochinos 900 euros cada mes. Porque resulta que el único dinero que entra en casa, justo esa cantidad, es el que gana su hija: la joven cuyo futuro maravilloso planean con tanto esmero y eficacia la ministra de Educación, el de Economía y el resto de la peña. Y esa chica, con el sueldo miserable que percibe por trabajar ocho horas diarias seis días a la semana, con la casa familiar puesta a su nombre –el padre, comido de embargos, no pudo ponerla al suyo–, tiene ahora la angustia añadida de que, con los tiempos que vienen, o están aquí, en la tienda entra menos gente, y cualquier día pueden cerrarla y ponerla a ella en la calle. Y mientras, mantiene a su padre y a su madre, paga la luz, el agua, el gas y el teléfono, compra comida y lleva un año sin permitirse un libro o un revista, ni ir a un museo –los cobran– ni al cine, ni salir con su novio un sábado por la noche. Porque no puede. Porque no tiene con qué pagarse, a los veintiocho años y con una carrera hecha, trabajando desde hace cuatro, una puta cerveza.

Así que ya ven. Barrunto que la ministra de Educación, y el de Economía, y la ilustre madre que los parió, no hablan de los mismos jóvenes. Ni de la misma España.

......................................................................................................Arturo Pérez-Reverte

martes, 7 de abril de 2009

Su enfermedad




No creo que sea necesario hacer comentarios al respecto, el video merece ser visto para que tengamos en cuenta la clase de sandeces que puede llegar a decir una profesora de Universidad, en aspecto de rigurosidad y fundamentalmente en el mensaje que se extrae de su ridículo pensamiento.

¿Niños de la llave?...

Esta mujer también tiene en su curriculum otras perlitas dignas de ser mentadas, por ejemplo, iba diciendo con suma tranquilidad en una de estas conferencias de la Universidad a la que pertenece (ultracátolica y privada, ¿que siiiiiiii?)que el motivo de la elevada cantidad de niños que se masturbaban era porque los padres de éstos no le proporcionaban una buena merienda...

Y por si fuera poco hay gente que le aplaude.

sábado, 4 de abril de 2009

Homenaje al PequeñoJ.L

Voy a tener que volver a publicar algún pataleo o pedantería de las mías ya, porque tengo el tema un poco abandonado. No obstante, mi entrada de hoy es un pequeño homenaje y tributo a un amigo que ha conseguido, por fin, ser noticia en un periódico nacional. Algo que, me consta, lleva intentando desde hace más de diez años, cuando roció a sus hermanos menores con insecticida anticucarachas.

Pues eso, resulta que nuestro blog amigo y enlazado, "LA VIDA DEL PEQUEÑO J.L", del señor Jose Luis Almenara (yo nuncá lo llamaré así, pero en fin) ha sido noticia en el diario "20 Minutos", destacado como uno de los más visitados y valorados por los lectores del diario gratuito. La noticia, aquí, en su versión digital.

El pobre alma cándida redactor de la noticia describe el blog como "prosa de ficción y humor". Eso quisiera más de uno, que las hilarantes aventuras de este enfermo fuesen ficticias, pero no. El muy cabrón es así de hijo de puta. Así que nada, si queréis descojonaros un rato leyendo las aventuras de este pato, no dejéis de visitar a nuestro amigo, que ha conseguido por derecho propio ser noticia y llevar su blog al escaparate virtual. Mirádlo, él ahí actualizando de tanto en tanto con sus historietas y nosotros aquí destilando prepotencia y pedantería por los cuatros costados, más pesados que el carajo y no salimos ni en la COPE.

¡Enhorabuena y un fuerte abrazo, Piojo! ¡Que esta vez eres tú el que nos arranca la sonrisa! ¡Celosín!

jueves, 2 de abril de 2009

Putos típicos tópicos (I): El Arte

“Yo es que no entiendo como a alguien puede gustarle eso, lo hace mi primo de cuatro años después de beberse cinco gin&tonics con absenta. Ese arte no tiene porqué ni razón”.

Tendemos a desprestigiar con suma facilidad todo lo que pueda resultar sencillo de ejecutar o de realizar, sin embargo existen miles de condicionantes que ignoramos voluntariamente a tenor de la cualidad anteriormente destacada. Nos da igual lo que representa ese monótono cuadro, no nos importa el sentido de aquella escultura, total, no es más que a un amasijo de hierros oxidados. El modernismo (que debería poder llamarse el presentismo) siempre ha tardado en entrar en la normalidad del gusto, el arte se desplaza temporalmente a una parsimoniosa velocidad, a todos nos cuesta asimilar nuevos conceptos, y nuestro mecanismo de defensa es el desprestigio.

Por eso me pregunto si es una tarea tan compleja el hecho de querer conocer los porqués de esas obras, buscar la intención del autor y adentrarnos en sus intenciones, sin tener que dejarnos llevar por el nombre, sólo por las sensaciones y por la información.




¿Qué diríamos viendo un Mondrian?

Pues olvidándonos de que su realización es sencilla, y dejando aparte la nimiedad de que son únicamente lineas rectas hay que saber qué es lo que pretendía Mondrian con su obra.

Y no es que precisamente el francés no supiera pintar de otra manera, era considerado ya un fenomenal artista cuando su obra se encaminaba regularmente a los cuadros paisajísticos, un seguidor del impresionismo en sus inicios, siguiendo una línea relativamente clásica. Sin embargo, el autor no se sentía identificado con ello, creía en algo más, quería relacionar su arte con sus principios, sabía que detrás de lo que hacía no existía el trasfondo necesario. Se acercaba poco a poco al movimiento teosófico (como tantas personalidades durante el S.XIX), y en consecuencia, aplicó a sus cuadros su influencia, donde se buscaba el conocimiento esencial, algo más que lo proporcionado por los medios empíricos. Mondrian buscaba simplificar su obra hasta encontrar lo esencial, la estructura básica del universo.

Por eso solamente utilizaba cinco colores, los dos no-colores (blanco y negro), y los tres primarios (amarillo, azul y rojo). Repudia la textura y las superficies, suprime las curvas, simplicidad es la única idea, un arte externo a lo particular. Tendencias filosóficas, Mondrian trabaja para abolir las formas y los colores en pos de que la unidad en el arte crezca.

Donde parece radicar lo simple, subsiste lo complejo.

«Sólo cuando estemos en lo real absoluto el arte no será ya más necesario».

miércoles, 1 de abril de 2009

Problemas diplomáticos entre EEUU y Rusia (¿os suena de algo?)

No es la III Guerra Mundial, ni una guerra fresquita, ni una amenaza nuclear con nosotros a medio camino (¡qué mal estamos colocados!). La razón es un inodoro (de esta denominación ya hablaremos otro día).
Os pongo en situación como si fuera cualquier escritor pedante de este blog:
La Estación Espacial Internacional (ISS en inglés) comenzó sus andadas en el año 1998. Es un proyecto común de cinco agencias del espacio: la NASA (Estados Unidos), la Agencia Espacial Federal Rusa (Rusia), la Agencia Japonesa de Exploración Espacial (Japón), la Agencia Espacial Canadiense (Canadá) y la Agencia Espacial Europea (ESA), aunque en verdad Brasil e Itala también participan asociados a algunas de estas agencias.
Para no daros un tostón muy grande os puedo resumir que Rusia lanzó hace 11 años un cohete con capacidad de propulsión y abastecimiento de energía. A partir de ahí todo ha sido lanzar y acoplar como si fuera una nave de Lego.
En la última expedición promovida por la NASA, sus astronautas llevaron un váter portátil. Nuevo, cómodo y limpio (sin pelos muelle).
La ISS está habitada por astronautas rusos que usaban hasta hoy un w.c. más antiguo.
Las desavenencias han comenzado cuando los gringos les prohibieron usar el servicio a los soviéticos.
Al parecer hubo bronca porque un ruso usó el baño sin que lo vieran los yankis, y se lo echaron en cara. Él lo negó todo, pero había pruebas irrefutables: pelos rubios en el desagüe.
Me indigna que haya problemas diplomáticos entre los cosmonáutas por estos asuntos.
De toda la vida, al llegar se ponen las reglas. Y si se dice que cada uno su váter, pues cada uno su váter, pero si se dice que es compartido se comparte y cada semana le toca limpiar a uno.
Como es un bien duradero y de uso común, se decide también la propiedad del mismo. Hay varias alternativas:
-Es posible que eso ya estuviera allí y fuera del dueño, así que el que lo rompe, lo paga.
-El que lo trae, lo empresta mientras está y cuando se va, se lo lleva.
-El que lo trae, recibe por partes proporcionales el dinero exacto ("Coño, pa darme calderilla, déjalo") para que pase a ser propiedad justa de todos.
-El que lo trae, lo empresta mientras está y cuando se va, recibe el dinero como en el caso anterior, y lo deja para los que se quedan.
Pero en realidad entiendo a los americanos. Si al sentarte en el retrete, te jode no saber de quién es la gotita que acabas de pringar, imagínate lo que debe fastidiar no saber siquiera de qué país es la gota.


"Salvo hoy, el texto que va antes del mío es una mierda y el que lo ha escrito, un gilipollas."