jueves, 28 de febrero de 2013

Andaaa

En una silla de mimbre
con un timbre de buena maera,
se ahogan los augurios
y los agudos aullidos
de una vieja que se mea.
De la paleta bicroma
más automedicada al sur
del sur más labriego
salen abanicos color broma
para que un primo
de Hitler los admire
a la salida de un museo.

Y al final todo da igual
porque son iguales todos los días,
que la derrota se adorna de vida
igual con babuchas y delantal
que con alberos y bombillas.


P.D: Para falsos días autonómicos, falsas puñaladas de cariño.

"Mas acostumbra a traer cola la soberbia en la bata, cabalga un mundo de broma y el mundo es una cabalgata."



lunes, 25 de febrero de 2013

Tempus fugitivo

Allí estaba el alumno en prácticas, ante su primer juicio. No estaba nervioso, su responsabilidad en el mismo era inexistente y la posibilidad de que tuviese que intervenir otro tanto. Sí que le movía cierta inquietud derivada de la curiosidad, cierto sentimiento de captación de la importancia del momento. Porque allí se decidía su futuro, no en esa causa, sino desde esa causa.

Entraron en primer lugar jueces, abogados y procuradores. Como manda el protocolo. Posteriormente los testigos que debían ofrecer su versión, quienes se adaptaron al primer banco de la Sala. Y luego, con un amplio intervalo de medio minuto entró el alumno, situándose en la última esfera de esa habitación donde iba a dar comienzo el juicio. Todo se movía por el terreno de la teóricamente conocida rutina. El juez abría el procedimiento, los abogados proponían los medios a prueba y uno lanzaba su acusación mientras el otro eximía a su cliente de toda responsabilidad. Todo muy jurídico, todo muy mecanizado. Todo muy.

Y en ese círculo de normalidad se produjo un hecho que marcaría una rara estampa en el proceso. A la presentación de una prueba por medio de la parte actora, el juez aclaró que el demandado debía tener tiempo para contestar a la misma, por lo que abrió un período de reflexión en aquel mismo momento, recordando a la parte demandante que debía avisar cuando estuviese lista para contestar y que entonces el juicio podría seguir desarrollándose con normalidad. Esto no parecía sorprender en principio a nuestro alumno en prácticas, que personalmente tomó la decisión como algo beneficioso ya que así podía hacer un resumen mental de lo acontecido hasta aquel momento.

La sala se ahogó en el silencio. El abogado pasaba hojas con una tranquilidad inusual, el juez miraba al infinito sin parecer que en él se hallase un gesto de espera, el procurador consultaba su Iphone mientras los testigos se miraban buscando complicidad.

El alumno, que había terminado de repasar mentalmente lo allí sucedido, empezaba a inquietarse ante tan larga espera. Nadie abría la boca, y el tiempo pasaba y pasaba sin mostrarse públicamente. Desesperado, echó mano del móvil convencido de que, mínimo, habían pasado dos horas desde el momento de la pausa. Pero ya no le quedaba batería. El sol que antes entraba y rebotaba en la pantalla del reproductor había ido cayendo hasta el mueble metálico que la sostenía, provocando el reflejo de éste en los ojos del procurador, que se mantenía absorto ante su Iphone. El viento que antes azotaba el ventanal de la sala había amainado, y el silencio era aún mayor. El color predominante de la sala, donde nadie se había levantado para encender la luz ante la inminente llegada del ocaso, era ya anaranjado e iba tirando hacia el púrpura. La noche llegó y el alumno seguía sin entender nada, desconcertado al no saber la hora exacta, calculaba que debía llevar allí al menos ocho horas, siete y media desde que el juez había parado el juicio. La desesperación se reflejaba en su cara, pero una cosa era estar tremendamente desalentado, y hambriento, y sediento, y cansado, y otra cosa muy diferente era interrumpir un procedimiento civil la primera vez que acudía a juicio. Lo intentó lanzando prolongadas miradas a su procurador, que había cambiado el móvil por un expediente, pero éste respondía con una ligera mueca, como si aquella situación fuera corriente.

Al amanecer del día siguiente, cuando ya se oían a las primeras furgonetas que salían de la ciudad, el abogado respondió a la prueba y el juicio continuó. Se mandó a dictar sentencia treinta minutos después y las partes salieron de la Sala con absoluta normalidad. El procurador le preguntó al alumno qué le había parecido, a lo que éste respondió: "Tal y como me lo habían descrito".

jueves, 21 de febrero de 2013

"Un perro llamado dolor"

Entre las paredes de la carne
mi techo parece ser el consuelo
y la luz, un insulto al descanso.
Si todo se esfumara en el hambre,
respirar sería el miedo
a estar de paso,
como cuando no importaba nada
y me reía
sin miedo a caer
pero la pena me esperaba,
siempre, como un perro
con cara de lucidez.

Fuera de todo, todo era nada,
como cuando los palomos dormían
y las farolas esquivaban envites,
como cuando andar no molestaba.
El brillo de nuestra elegía
solía reírse,
se exhibían las madrugadas
como un crío
con lágrimas nuevas
y la lucidez me esperaba,
siempre, como un perro
con carita de pena.


P.D: Ahí voy.

"¿Si alguien piensa que muerto estaría mejor demuestra optimismo?"



viernes, 15 de febrero de 2013

La transformación

Podría decir que todo empezó cuando me rodearon, pero en realidad fue ahí donde todo acabó. Aquél fue el principio de un interminable fin. No sé cómo pude escapar, pero desde luego no lo hice indemne. Sé que corrí más de lo que mis piernas aguantaban, mucho más lejos de lo que mis pulmones resistían, corrí como si se me escapara el alma por la boca. Cuando estuve a salvo, no me sentí así, estaba nervioso y el corazón me latía extrañamente fuerte, a pesar del esfuerzo físico realizado aquellos latidos eran excesivos, jamás me había sentido así. Creo que sudaba aunque no estaba seguro. Creo que apretaba las mandíbulas y creo que me temblaban tanto los dientes, en un bruxismo tan violento, que creo que me rompí un colmillo y que el sabor metálico que notaba en la boca no era fruto de mi imaginación. Creo que tropecé y creo que tenía algo roto, pero ya sólo sentía la sangre fluir torpemente por mis venas, como si se estuviera espesando y el histrionismo de mis sístoles y diástoles apenas dieran abasto para mantenerme vivo. No estaba bien, eso desde luego, la realidad había retrocedido dos pasos y se alejaba de mí, por ello escuchaba todo como en la distancia y veía el mundo con retardo y con los contornos de todo lo visible e invisible dejando estelas a su paso, nublando mi percepción. En algún momento caí al suelo y no pude levantarme, todo se volvió oscuridad y silencio.
Igual pasé 5 minutos allí tirado o igual fue un día entero, pero al fin y al cabo podemos confirmar que me levanté. No era capaz de articular palabra, todo lo que alcanzaba a vocear eran gruñidos. Y alaridos. Y aullidos. Gritaba porque me dolía todo. Y todo no es sólo lo que me debía doler, las heridas del día anterior y todas las lesiones que acumulé en mi huida. No. Todo es todo. El silencio y la calma que el frenesí de mi corazón dejó había sido sustituido por una lucidez insólita a la hora de reconocer y sentir nuevos dolores. Me dolía la piel, cada roce del viento, las articulaciones, las mucosas, la sequedad de los ojos, las uñas, incluso cada idea que mi abotagado cerebro era capaz de traer al primer plano de la consciencia. Me dolía el hambre que tenía, un hambre indescriptible, de extrema necesidad, un hambre animal. En la garganta se me acumulaba una ruidosa manifestación de preguntas y quejas que escapan de cuando en cuando desordenadamente hacia el exterior en forma de berridos ininteligibles.
Era uno de ellos, al fin, la infección se había propagado por todo mi organismo y me había convertido en uno de ellos. Ya sólo podría votar al PP.

P.D: Maburro.

"Me vuelvo vulgar cuando me empalmo".

miércoles, 13 de febrero de 2013

Y mitologías

No me queda cera
para hacerte unas alas,
no me quedan soles
ni dioses que los fabriquen
para derretirlas,
para que seas libre
de caer o de no,
de besar el mar,
de obedecer las leyes,
de pagar lo injusto y caro.

No me quedan ganas
de acampar ante la puerta
de la casa del deseo
ni de inventar engaños
que me procuren
oportunidades,
que me acerquen
a las victorias más sonadas,
que cubran mis defectos.
No me quedan motivos,
aquí les dejo una herida.

No me quedan cadenas
porque las que tenía puestas
hace mucho que las tiré
y a nadie le deseo
mis águilas ni mis hígados,
ni mis fuegos,
ni mis misiones.
Quede como despedida
que sólo quería libertad,
ahora mentíos
y prometeos felicidades.


P.D: Pa comerme entera.

"Y que el primer paso hacia el amor sea ahorrar".


jueves, 7 de febrero de 2013

No pondré

No le pondré ganas a mis penas
ni más penas a la vida
que las que se merezca.
No pondré peguitas,
ni acentos a tus faltas,
ni asteriscos a tus pies de página.
Procuraré no ponerle pestillos
a los secretos que no compartimos,
procuraré no poner en la alcancía
más de lo que quepa.
No pondré un puchero sin comprobar quién viene
ni palos que traben con la horquilla los radios de la rueda delantera de tu blanca bicicleta de paseo.

No pondré el ojo en la llaga
ni el dedo en el parche,
no pondré cara de que no va conmigo,
no pondré una sílaba de más ni de menos
ni pondré los dedos por delante del genio,
ni pondré mi vida al servicio
de fueros que no sirvan a mi vida.
Jamás pondré una mano
sobre tus palabras,
no pondré banderas en ninguna parte,
no pondré etiquetas, no pondré un poner
ni posavasos que se ahoguen con el chaparrón que suda el vaso que se bebió tu whisky,

Ni tactos que quemen las cicatrices que los cuarzos fueron dejando en la blancura de tu cal,
ni huellas que influyan en el desarrollo natural del itinerario de tu errático y azaroso camino,
ni proyectos de algoritmos que ayuden a crear metodologías pragmáticas para organizar proyectos que mejoren el
[nivel de vida de los proyectistas,
ni piececitas de silicio que gobiernen nuestra distancia con el autoritario reclamo del desagrado,
ni formas creativas a las nubes que vuelen por encima de nuestras cabezas con forma de vapor,
ni un nombre secreto que nos convierta en presuntos cómplices a los ojos del mundo y a las espaldas de la gente,
ni respuestas estimadas para rellenar el hueco insoportable y leve que dejan en el aire las preguntas relativas
e intentaré no poner jamás nada que no sienta en el retablo que nos inmortaliza.


P.D: Pongo esa imagen porque me parece como extraño eso de que adjuntando una foto a cada entrada nunca haya puesto a una mozalbeta desnuda. Ya con esto me desquito.

"Yo por una tía siento amistad, ganas de follar o las mariconadas que dice Bryan Adams, y ambos sabemos cuál es meme y cuáles son genes."


miércoles, 6 de febrero de 2013

Corgao

Se te escapan un par de mechones del gorro de lana y de ahí cuelga todo. Y todo son las paredes, las aceras, los coches y las ventanas con todas las vidas que en la pantalla de sus cristales se dejan espiar. Todo es el mundo que entero y pleno cuelga de tu pelo y a veces se balancea un poco. Es por eso que a veces me mareo con el vaivén y me quedo paralizado por lo incierto que se presenta el camino que pende de tus labios. Yo, que nunca me he quedado sin palabras y que las derrocho a diario como si no costaran dinero, pierdo el hilo de mis pensamientos cuando veo al Universo arreguindarse de tu pelo, y más cuando no lo veo, y más aún cuando lo tengo delante, y más aún cuando no lo tengo.
Reconozco que estoy muerto de miedo porque temo que cualquier día te vas a ir y te vas a llevar los dichosos mechones y vas a dejar caer el mundo al suelo y se van a romper los edificios y las carreteras y las puertas y las escaleras bajarán por fin en un estrepitoso descanso y yo no podré evitarlo de ninguna forma porque estoy mareado y paralizado y nunca supe escribirle bien a este tipo de sentimientos. Dime tú qué hago.


P.D: ^_^’


"Si enfocan a un futbolista lo cogen escupiendo, si enfocan a un chirigotero lo cogen mascando letra."


lunes, 4 de febrero de 2013

Crónicas dublinesas (III)

Y que el punto y coma no tenga nada que ver
con una sucesión, con una enumeración,
con una lista, con varios ejemplos
ni con nada parecido.
Y que las ideas no le deban nada
a las palabras que descaradamente
se adueñen de su esencia, sin permiso
y sin precisión suficiente.
Y que las palabras formen regueros que tengan
muy claro dónde terminar su marcha,
cuándo es buen momento para parar
y cómo puntuarlo.

P.D: Esto es lo último que tengo inédito de esos días.


"Tan de la vida es el suspiro como la risa."



domingo, 3 de febrero de 2013

Crónicas dublinesas (II)

Un dios existiendo,
el mensaje secreto
de tus pezones
leídos en Braille,
la llamarada canela de las sogas
que ahorcan una erección
y que tristes
sonríen,
leen,
recorren Baggot,
dicen adiós
sin ganas,
callan a viva voz
y asesinan,
asesinan lo que más,
cada intención.


P.D: Yo a lo mío.

"No tienes carne para tanto morbo."



sábado, 2 de febrero de 2013

Crónicas dublinesas (I)

P.D: Uso el pre-data para comentar que me he encontrado tres poemillas que escribí en Dublin y que no habían visto la luz, así que los voy a colgar. Ea.


Total, el juego no nos divertía
porque cuando iba a terminar
decidiste enseñar las cartas.
Total, si el resultado no importaba.

Total, hacía frío en la calle
y no había aliento en el que
resguardarse de los tréboles.
Total, si de algo hay que morirse.

Total, si tus osos y mis mojarras
no se conocen, ni yo iba a hacer
una caña de madroño. Total, que
toque el arpa el que tenga dedos.


"La vida es una serie de despedidas y ácidos empates con pinta de victora."




"Que son de piedra y no se nota"...

Ah, de piedra...
Ah, esa esfinge gitana
fría como un mar de acero
consumiéndome a caladas,
calados alma y huesos.

No se nota...
No se inmutaba nunca
al clavar en estacas
cabelleras sin peluca
y pelucas arrancadas.

Y peor es quedarse fuera
viendo que todo explota
tras unos ojos que son
de piedra
y aún dicen que no se nota.

Todas las plumas de gaviota
se metían intravenosa
la tinta que no iban a escribir,
y a Dios se le iba el santo al cielo
formando charcos en el suelo
por la reina mora de los Gipsy Kings.


Ah, de piedra...
Ah, de esas puñaladas
que regalan motivos
pa sangrar a carcajadas
humores y sentidos.

No se nota...
No se merece promesas
ni falsas esperanza
el pobre que espere la buena:
las hay muertas o malas.

Y peor es quedarse fuera
viendo que todo explota
tras unos ojos que son
de piedra
y aún dicen que no se nota.

Me quitaba más que las drogas,
muriéndome hora tras hora
sin más palabras para describir
cómo la vida se me vuela
por mi cruz, sueña que te sueña
con la reina mora de los Gipsy Kings.

Que son de piedra
y no se nota...

Y que corra el que se preste
y se le marchite la frente,
que ya hay bastante con existir
como pa morirse de celos
por los velos y los desvelos
de la reina mora de los Gipsy Kings.


P.D: Por poner un algo.

"No te cabe tanto morbo en tan poca carne".