domingo, 30 de agosto de 2009

Es justo todo lo malo que les pase

Y lo que me tocó el otro día la huevada (y provocó esta pataleta) fue que en una cadena abrieron un informativo en horario infantil (la hora de comer) con un coche atropellando a un caballo en Brasil. El corcel se escapó a hurtadillas (¿pero cómo cojones se te escapa un caballo sin que te des cuenta, pedazo de incompetente?) de su cuadra y acabó en una autovía. Allí, un conductor no lo pudo esquivar y lo mató.
Y pusieron las imágenes. Con sonido. El coche frenando in extremis, el caballo volando por los aires, el relincho sorprendido y agónico, la caída, la muerte. Unas imágenes que, de verdad, herían la sensibilidad del más Rambo. Unas imágenes verdaderamente crudas.
Y lo que me parece totalmente inaceptable es que en la misma cadena pongan un "No recomendado para menores de 18" si en la película que van a echar sale una teta.

P.D: Ya está, ya lo he dicho.

"Lo mejor que puede pasar en una tele es que esté apagada."

sábado, 29 de agosto de 2009

Manifestación e interpretación subjetiva del autor a cuenta de la rayuela de Cortázar

Un poeta tartamudo que le cuadre un
Dos adlescentes encendidos, responsables pero sin
Tres ratones hambrientos deseperados oliendo a

Como un pirata amnésico al teso
o un espejo narcisista a un bicepst de buen por
una brújula hipotensa que vomita apuntando al nor
y con ganas asesinas un toro al torero y el torero al to

..........................................................
humillado a su Don, ..........
..........................................................
recién levantado un expresso
..........................................................rogando en vano perdón.

Como un bereber albino soñando con pinguinos y el po
y una goma de borrar al acecho de un lápiz tor
o un bebé llorón de moco y baba alguien que le arro
y la hermana fea de Rosy de Palma queriendo un espo



PD: Los que no hayáis leído Rayuela ni sepáis de su existencia, no me lo tengáis en cuenta. Los que sí, casi que tampoco.

jueves, 27 de agosto de 2009

Eaunologie


“El agua es insípida, incolora e inodora”. Esta frase tan manida nos fue enseñada desde que tenemos uso de razón, casi nos lo aplicaban como axioma, sin embargo parece que cada vez es menos evidente como tal...

Ahora resulta que está de moda por ahí la euanologie, que como buenos entendedores sabrán que no es más que la ciencia del “eua” -o agua-. Expertos sumilleres rellenan anchos vasos -es, según dicen los entendidos, el habitat natural de su toma, para que el líquido bañe la lengua con delizadeza- con un dedo de agua y se dedican a su cata, como con el vino, analizan su olor, su sabor, aplicando sistemáticamente los pasos precedentes -un sorbo, medio sorbo y el profundo regusto que queda al final-. Y por lo visto no sólo basta con aplicar este ritual, como en todo en esta vida -o al menos como todo debería ser- es necesario tener unos conocimientos previos, se requiere conocer el ciclo del agua y sobre las relaciones entre el sabor de ese agua mineral y el minucioso terreno del que pertenece, que ojo al dato, tiene más calificaciones de la que podamos intuir...bicarbonatada, cálcica, sulfatada, ferruginosa, acídula o sódica.

Lo antes impensable. En un restaurante, junto con las habituales cartas de comida y vino, puede que en un arrebato de modernidad y aquiescencia contenida nos entreguen una cartita azul -azul porque me pega a mí- con sesenta tipos de agua mineral, llegadas de todas partes del mundo, recogidas de un manantial del sudeste chino, de un pozo de los Andes venezolanos o de un charco de Tasmania, a inestimables precios. Lugares, supongo, donde pedir tras la comida un whisky con agua está únicamente al alcance de jeques árabes. Justo por otra parte, que allí lo beben con petróleo.

El mundo está loco.

martes, 25 de agosto de 2009

Idealistas de salón

Dejó el Marca doblado sobre la mesa y encendió el televisor. Estaba puesto el telediario, y empezaron a emitir sangrientas imágenes de disparos, niños mutilados, mujeres llorando y explosiones, una tras otra. Siempre igual. Nunca una buena noticia, nada más que desgracias. ¿Tenían que poner aquellas imágenes tan desagradables justo cuando la gente estaba comiendo? Le estaba dando bastante asco y le iba a sentar mal la cena, así que cambió de canal. Por suerte, había fútbol aquella noche.

Tres cervezas semivacías presidían la mesa de siempre en el bar de costumbre. Allí charlaban de cualquier cosa: viajes, mujeres, política, filosofía, literatura… Últimamente le estaban dando muchas vueltas a un tema que repetían bastante en las noticias –no lo suficiente, a opinión de uno de ellos-. Podían hablar de eso como de cualquier otra cosa: eran jóvenes cultos, interesados por el mundo, cosmopolitas y comprometidos. Así se sentían. Estaban atentos a los diarios y la actualidad, sentían curiosidad por lo que les rodeaba y tenían sus bibliotecas llenas de libros en los que apoyarse y autores a los que citar. Y así discutían sobre lo que les diera la gana, sintiéndose arreglando los problemas del mundo a golpe de cerveza. Vaso en mano, emitían juicios, veredictos y soluciones que, por el tono y la obviedad con los que los decían, podrían enderezar por fin el planeta. Hablando con la seguridad y la confianza del que cree tener la verdad y la humanidad sentadas al hombro, como el loro de un pirata.

Raúl se bajó del jeep. Llevaba casi un año trabajando como supervisor de la ONU en Turquía, vigilando y evaluando el cumplimiento de los derechos humanos. De su trabajo y opinión dependía –le habían dicho- en alguna medida la admisión de ese país en la Unión Europea. De momento no estaban siendo suficientemente favorables, aunque era un viaje de placer comparado con lo de la India. Aquello si que fue duro. Se detuvo a mirar a su alrededor, y se acordó de su amigo Guillermo. Llevaba tres meses en Madagascar y había montado un hospital de campaña con un pequeño equipo. Se habían ido allí con apenas material, unas cajas de antibióticos y vacunas, gafas usadas y globos para los niños. De repente agachó la cabeza avergonzado. Se sentía muy, muy inútil.

domingo, 23 de agosto de 2009

Bohemia reunión vista desde un punto más bien imparcial por la propia implicación del narrador

Sonaba en la calle un viejo
maltratando a un pobre acordeón
más terso que su pellejo.
Mezclando copa con canción
y acertando notas a veces
ganaba monedas suficientes
para ser pobre pero borracho.
¿Y no importa eso más, acaso
que las formas o la suciedad?
Al menos ese era el caso
para ser de nuestra sociedad.
Ya sea por falta de previsión,
o por las razones que fuese,
crecía el sentir en la oración
llegado el 20 de todos los meses.
Crecían las bajas por depresión
o se encargaba mesa para trece.

Forman mi corro preferido
un aquelarre de ilustres:
un bravo domador de barras,
un encantador de guitarras
y el cuñado de un sobrino
del boticario de Yuste.

Porque hablando de alcoholes,
todos menos el de curar.
Porque hablando de amores,
todos saben hacer llorar.
Porque hablando de los años,
menos que los que llegarán,
y hablando de su trabajo
¿la familia qué tal está?


Aún recuerdo mi naufragio.
Con mis bolsillos republicanos
y una etiqueta de Larios
iba por las calles preguntando
si habían visto a mi hermano
haciendo pompas junto a un iceberg,
e hice ver que estaba apenado.
A penas dos horas después
ya estaba por amigos rodeado.
Nunca estuve mejor acompañado
que con aquel que el beber
me había procurado.
Al lado de curas folladores
cajeras de un puti-club
y un ex-torero-rompe-corazones.

Forman mi corro preferido
un aquelarre de lo mejor:
un perchero para señoras,
un reloj ladrón de horas
y el cuñado de un sobrino
del psicólogo de San Job.

Porque hablando de alcoholes
todos menos el de curar
Porque hablando de amores
todos saben hacer llorar
Porque hablando de los años
menos que los que llegarán
y hablando de su trabajo
¿la familia qué tal está?


Forman mi corro preferido
un aquelarre sin parangón:
un recolector de colillas,
un pirata de las Antillas
y el cuñado de un sobrino
de un tal Napoleón.


P.D: Seguramente lo continúe. O no.

"Hay canciones que no hablan de alcohol. Cada uno es cada cual."

viernes, 21 de agosto de 2009

Te lo cojo prestado

Hace un tiempo, mi primo me dijo que escogiera un texto (de entre todos los que ha escrito y me ha mandado) para ponerlo en PATOCIENCIA. Me ha costado muchísimo porque entre todos ellos hay ensayos desgarradores, reflexiones que harían palidecer a Kunta Kinte, relatos geniales y, sobre todo, diálogos surrealistas. Y, precisamente por ser éste el género más personal y distintivo de mi queridérrimo pariente, me he decidido por uno de los más geniales que tiene. Allá va:

- Señores, la situación es crítica. El paciente padece un fallo multiorgásmico, diagnóstico asesinat..., digo, diagnóstico diferencial.
- Igual lo de diagnóstico asesinato no iba muy desencaminado, al paciente le transplantaron el hígado, ésa es la respuesta.
- Bien, pues el cirujano a la cárcel y al paciente inyectadle unas dosis de PVF*. Eso nos dará tiempo para descubrir qué lo está matando.
- No tiene sentido usar PVF.
- Lo sé, pero así si se muere tendrá un funeral bastante interesante. Y no sólo eso, tiene más ventajas, detectar su ubicación será bastante más sencillo.
- Eres un cabrón.
- Ten cuidado, no vaya a ser que cumpla contigo el sueño de cualquier afro-americano y te deje blanco nuclear.
- Presentaré mi dimisión de inmediato.
- Eso ya lo he oído antes.

PVF*: proteína verde fluorescente, básicamente colorea células.

P.D: Cuando hice de guionista para House me echaron porque no les gustaban mis ideas.

Perpetrado por Jose Manuel Ortega.



"Detrás de todo gran hombre hay una mierda recién pisada"

jueves, 20 de agosto de 2009

Camino

Me trago el relleno de las botellas
donde luego deslizo mi mensaje.
Mi mente no frena,
y son altos los aranceles a pagar, los peajes.
En mi cuaderno de bitácora continúa el viaje
y, aunque parece que la escena permanece estática,
todo el mundo sigue interpretando su personaje.
La paradoja de que para seguir adelante
a veces es necesario coger mucho más lastre.
La insoportable levedad del ser, como diría aquel,
puede suponer un desastre.
Es personal que hable
de lo que me ayuda cada mañana a levantarme.
Si no fuera por lo que muchos esperan de mí
casi preferiría borrarme,
pedir la baja del censo de vivos
y, por mi parte,
estaría firmado el finiquito
y a enterrarme.
No se trata de una pataleta auto-destructiva,
el daño es mucho más profundo.
Al fin y al cabo, el vértigo del suicida
se curo al cabo de pocos segundos.
El asunto es que la vida
se lleva mal con el mundo
y va seguida
de un séquito de fieles inmundos:
la malicia, la envidia, la mentira...
su hedor es tan nauseabundo
que a veces ni la muerte se apiada
de quienes siguen su mal rumbo.
Por eso a veces vacío una botella,
escribo un mensaje y me tumbo.
Observo como se van mis esperanzas en ella
como se va en el viento el humo.

P.D: No siempre tengo algo que decir en los post-datas.

"Pero yo no"

martes, 18 de agosto de 2009

Perfil: Don Miguel de Unamuno y Jugo (Enfrentamiento con Millán- Astray)

El doce de octubre de 1936, en el engalanado salón magno de la Universidad de Salamanca, se celebra el Día de la Raza. Presiden el acto el rector emérito de la Universidad, Don Miguel de Unamuno y Jugo, en nombre de Franco, junto a la mujer del generalísimo, Carmen Polo, el cardenal Pla y Deniel, y el general Millán-Astray, líder nacional, directo de Franco, máximo de la Legión, mutilado y descarnado en la guerra de Marruecos, tuerto, manco y curtido de cicatrices en el cuerpo y en el rostro. Don Miguel preside el acto con gesto serio. Ahora, aunque jubilado de catedrático, lo han nombrado rector vitalicio (ya había sido rector anteriormente, pero fue cesado en 1914 por sus duras críticas al gobierno, su posición a favor de los aliados en la Primera Guerra Mundial, su posición enfrentada a la germanofilia monárquica, y desterrado por opositor por la dictadura de Primo de Rivera, recalando en Fuerteventura, París y Hendaya). Como desapuebra todo lo que está ocurriendo en el país (aunque al principió de mostró a favor de la causa nacional como remedio para rectificar los males de la República, lo que explica su permanencia allí, también firmó un manifiesto de intelectuales en contra de un enfrentamiento militar a la vez que lanzaba graves ataques contra el gobierno del Frente Popular), ha decidido no intervenir en toda la celebración y no formar parte de aquel esperpento más de lo mínimamente necesario cediendo el turno a los oradores previstos. De público asisten, junto al claustro universitario y autoridades mayores y menores y otros interesados, toda una cohorte popular de seguidores y arrimados al levantamiento franquista.

Uno de los oradores, el profesor Francisco Maldonado, pronuncia un discurso en el que ataca duramente a vascos y catalanes acusándolos, junto con Madrid, de ser los principales vértices de la llamada anti-España. Unamuno, por su parte, crece porgresivamente en indignación mientras va tomando notas en un sobre que saca del bolsillo.

- ¡No aguanto más! – Se escucha rumiar a Unamuno-. ¡No quiero aguantar más! ¡Esto es una vergüenza!

Al final de la intervención de Maldonado de Guevara, Don Miguel se levanta. Sin sentarse en ningún momento, bate sus gafas y su perfil afilado por todo el auditorio mientras habla.

- Dije que no quería hablar porque me conozco –comienza el rector-. Pero se me ha tirado de la lengua y debo intervenir. Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. Nací arrullado por una guerra civil y sé lo que digo. Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar a la compasión; el odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora, inquisitiva, mas no de inquisición.

Se ha hablado también de catalanes y vascos llamándolos la anti-España; pues bien, por la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí está el señor cardenal, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda la vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis. Ése sí es un Imperio, el de la lengua española, y no...

El general Millán-Astray suelta un bufido interrumpiéndole, da un puñetazo sobre la mesa y se levanta también gritando:

- ¡¿Puedo hablar?! ¡¿Puedo hablar?!

Un legionario, escolta del general, se presenta con el fusil firmemente sujeto en las manos. Cunde el nerviosismo y el temor entre el público, que junto con Unamuno, enmudece.

- ¡Cataluña y el País Vasco - grita Millán-Astray- , ¡el País Vasco y Cataluña son dos cánceres en el cuerpo de la nación! El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en carne viva y sana como un frío bisturí. La carne sana es la tierra; la enferma, su gente. ¡El fascismo y el ejército arrancarán a la gente para restaurar en la tierra el sagrado reino nacional!

Cada socialista –dice inquisitivamente, pues Unamuno perteneció por tres años al Partido Socialista, a finales del siglo XIX-, cada republicano y cada uno de ellos sin excepción y, huelga añadirlo, cada comunista es un rebelde contra el gobierno nacional, que será pronto reconocido por los estados totalitarios que nos auxilian, a pesar de Francia, democrática Francia, y la pérfida Inglaterra.

Y entonces, o incluso antes, cuando Franco lo quiera y con la ayuda de mis valiente moros, que si bien ayer me destrozaron el cuerpo, hoy merecen la gratitud de mi alma por combatir a los malos españoles, porque dan la vida por la sagrada religión de España, escoltan al caudillo, prenden medallas y Sagrados Corazones en sus albornoces...


Coronando la intervención, desde el paraninfo surge un tremendo grito, el lema de la Legión: "¡Viva la muerte!". Parte del público se une al espontáneo y jalean a Millán- Astray, junto al que acaban gritando la consigna franquista: “España, Una, Grande y Libre”.

Unamuno, que en ningún momento se ha sentado, levanta la mano en solemne gesto pidiendo silencio. Cesa el guirigay del auditorio y retoma su discurso.

- A veces callar significa mentir; porque el silencio puede interpretarse como aquiescencia.

Quisiera comentar el discurso, por llamarlo de algún modo, de Millán-Astray. Dejemos a parte el insulto personal que supone la repentina explosión de ofensas contra vascos y catalanes. Yo nací en Bilbao, en medio de los bombardeos de la segunda guerra carlista. –Época en la que perdió a su padre, con seis años de edad-. Más adelante me casé con esta ciudad de Salamanca, tan querida, pero sin olvidar jamás mi ciudad natal. El obispo quiéralo o no, es catalán nacido en Barcelona.

Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de "¡Viva la Muerte!". Esto me suena lo mismo que ¡Muera la Vida! Esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador entiendo que fue dirigida a él, si bien él mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y no otra cosa! El general Millán-Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono mas bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu, suele sentirse aliviado viendo como aumenta el número de mutilados alrededor de él.

El general Millán-Astray no es uno de los espíritus selectos aunque sea impopular o, quizá por esta misma razón porque es impopular. El general Millán-Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía ver a España mutilada, como inconscientemente lo dio a entender.

Millán-Astray, que tampoco se ha sentado, clava la crispada mirada sobre Unamuno y brama:

- ¡Muera la inteligencia!

José Maria Pemán, manifiestamente afín al bando nacional, presente en el acto, se levanta y acude a templar la discusión.

- ¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!

El murmullo iniciado con la intervención de Millán-Astray ha ido subiendo durante la del poeta gaditano. Sin embargo, Unamuno, furioso, consigue imponer su voz sobre el auditorio:

- ¡Éste es el templo de la inteligencia y yo soy su sumo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. ¡Venceréis, pero no convenceréis! Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: Razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España. -Y tras un breve silencio, concluye-. He dicho.


Del salón surge un gran alboroto. La gente se levanta y clama contra Unamuno. Le llueven los insultos, las amenazas, y los puños se levantan inquisidores contra él. Esteban Madruga agarra a Unamuno del brazo y le indica a Carmen Polo que le ayude, asiéndolo del otro. Lo escoltan hasta la salida acompañados por el cardenal, más obligado que convencido. Al salir a la calle, Don Miguel tropieza y Carmen Polo lo sostiene.

- ¡Dele usted el brazo a la señora!- le grita Millán-Astray.

En el pasillo, Carmen Polo suelta el brazo de Unamuno y se aparta disimuladamente del tumulto.

Tras el incidente, Juan Crespo, del partido monárquico, acompaña al rector a su casa. Desde ese momento Unamuno es condenado tácitamente a arresto domiciliario, y un policía de paisano lo vigilará en las escasas salidas que le queden antes de su muerte, acontecida a finales de ese mismo año. En el tiempo que le queda, además de leer, escribir, reflexionar y sobrevivir, aún recibe visitas en su casa. En uno de uno de esos encuentros con su amigo, el escritor y filósofo griego Nikos Kazantzakis, le dirá:

“Se instauró el terror por todas partes y España se halla textualmente despavorida de sí misma. Creí que el Movimiento salvaría la civilización, al suponerlo fundado en una base cristina, pero terminé por percatarme de que sólo significaría el triunfo de un militarismo al que me opongo total y absolutamente. A esta gente les une el odio a la inteligencia y por eso fusilan a intelectuales. Si triunfan, España se transformará en un país de imbéciles. Sólo queda un terror cruel, sádico y cínico, aún más espantoso porque no proviene de excesos individuales, sino de la metódica organización de los dirigentes”.

“A las partidas de criminales, locos de atar y salvajes extrahombres de ambos bandos, sólo les mueve el resentimiento nacional, la lepra de la envidia, que señaló a fuego Quevedo, y además el rencor contra la inteligencia. Esto es un infierno. Y el que se adhiere a uno u otro bando ha de ser sin condiciones y sin piedad”


El 11 de diciembre del 36, pocos días antes de su muerte, Miguel de Unamuno escribe esta indignada carta al director del diario ABC de Sevilla, Juan Carretero Luca de Tena, en respuesta a una información publicada por el mismo el día anterior:

“Aunque conozco de antaño, señor mío, su característica mala fe, esta vez quiero decírselo. En el número de ese ABC sevillano de ayer, día 10, leo un suelto que dice: "Carta de Miguel de Unamuno a todos los centros docentes extranjeros." Pues bien, eso es mentira y usted lo sabe. Primero, hace tiempo que no soy rector de la Universidad de Salamanca desde que esta gente me sustituyó.

Esta carta, acordada en el claustro, no es mía sino de la universidad. No la redacté yo. Luego la puso en latín macarrónico un cura cerril.

Y ahora debo decirle que por muchas que hayan sido las atrocidades de los mandos rojos, los hunos, son mayores las de los blancos, los hotros. Asesinatos sin justificación. A dos catedráticos, a uno en Valladolid y a otro en Granada por si eran… masones. Y a García Lorca.

Da asco ser ahora español desterrado en España.

Y todo esto lo dirige esa mala bestia ponzoñosa y rencorosa que es el general Mola.

Yo dije que lo que había que salvar en España era la civilización occidental cristiana, pero los métodos no son civilizados sino militarizados, no occidentales sino africanos, ni cristianos, sino católicos a la española tradicionalista, es decir anticristianos.

Esto procede de una enfermedad mental colectiva, de una verdadera parálisis general progresiva espiritual, no sin base de la otra, de la corporal. Sobre todo ahí, en esa corrompida Andalucía –de una parte y de otra- este estallido de repugnantes pasiones, resentimientos, envidias. Odio a la inteligencia, se manifiesta en invertidos, sifilíticos, y eunucos masturbadores.

No es este el Movimiento al que yo, cándido de mí, me adherí creyendo que el pobre general Franco era otra cosa de lo que es. Se engañó y nos engañó. [...]

Entre los hunos –los rojos- y los hotros –blancos (color del pus)- están desangrando, ensangrentando, arruinando, envenenando y –lo que para mí es peor- entonteciendo a España. En la España que proclama como caudillo a Franco–personalmente un buen hombre víctima y juguete de la jauría de hienas- cabrá todo menos franqueza. Ni amor a la verdad. Pero ustedes, los de ABC, podrán seguir envenenando con mentiras, insidias, calumnias…

Les escribo esta carta desde mi casa donde estoy hace días encarcelado disfrazadamente. Me retienen en rehén no sé de qué ni para qué. Pero si me han de asesinar, como a los otros, será aquí, en mi casa.

Y no quiero seguir. Aún me queda por decir.”


Don Miguel de Unamuno y Jugo murió en dicho domicilio salmantino el 31 de diciembre de 1936, a los 68 años. A pesar de su virtual reclusión, en su funeral fue exaltado como un héroe falangista. Tras su muerte, Antonio Machado escribió "Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente, como el que muere en la guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo".



(Unamuno saliendo del Paraninfo de la Universidad de Salamanca, tras su enfrentamiento con MIllán- Astray)


lunes, 17 de agosto de 2009

Casi como un paraíso

Casi como un paraíso para ellos.

Tienen toboganes gigantes que hacen que se deslicen a velocidades impensables. Hay todo tipo de pelotas -de rugby, de fútbol, de baloncesto-, hay raquetas de tenis de todas las marcas, incluso bicis que en su día fueron punteras. Un día, con incredulidad, hasta vislumbraron una canasta. A los que les gusta la lectura -que son pocos- no tienen más que buscar en los subterfugios de lo habido para encontrar Hamlet o El Buscón. Dar con una televisión o un dvd tampoco es tan extraño allí, hay veces que hasta encuentran películas de Charles Bronson o Bud Spencer -ya otra cosa es que las vean-. Miles de relojes de pulsera, y algún que otro de pared -aunque allí la hora tampoco importaba tanto-. También hay animales de compañía -porque compañía hacen-, aunque son algo menos habituales que un perro. El ambiente puede llegar a considerarse pintoresco, miles de colores escenifican la imagen de su paraíso, bien es verdad que predomina el gris, pero no es nada raro apreciar tonalidades verde lima, magenta intenso o cian. Ese abierto hospicio tiene armarios, sillas giratorias, mesas redondas e incluso puertas -aunque no en vertical-. Todos los habitantes pueden descansar cada noche en una cama diferente, y si lo que realmente quieren es disfrutar de la amplitud de un buen catre no tienen más que pernoctar solitariamente en una de matrimonio. Las paredes no son tan necesarias como pueden intuirse, en invierno tienen chimenea y allí podían encontrar todo tipo de mantas -a veces incluso noruegas- y en verano una agradable brisa acompaña las andanzas de sus poseedores. Un hobbie muy característico de los mismos es la pintura -o el dibujo-, con suerte pueden verse algún que otro bloc que les resulte útil, y si ya rizaban el rizo eran capaces de dar con acuarelas, y con rotuladores, y con pinceles, y con lapices. Los más pequeños del lugar son, sin duda, los que más disfrutan. Es imposible contabilizar la cantidad de juguetes que tienen a su alcance. Los hay fantásticos -que son aquellos que hacen vibrar a los que se adelantan raudos con una espada en mano, soñando ser un valeroso caballero-, los hay femeninos -miles de niñas visten a sus muñecas con parsimoniosa dedicación, soñando que podrán ser las princesas de los caballeros-, y también los hay violentos -mediante los cuales tácticas criaturitas plantean una eficaz estrategia de combate con su temible ejército-. En lo que respecta a la comida, tienen un buffet libre abierto durante 24 horas, pueden encontrar pescado, fruta, carne, verduras y hasta postres aderezan la carta ficticia del sitio -el estado de los mismos ya no les preocupa lo más mínimo-.

Pero lo que diferencia aquel lugar de un paraíso es que en los vertederos no hay forma de encontrar agua.

viernes, 14 de agosto de 2009

"La ley y el método", de Rosa Díez

LA LEY Y EL MÉTODO

Rosa Díez, Portavoz de UPyD, 10 de agosto de 2009

Hemos dicho muchas veces que el principal problema de nuestro país es la Justicia; es decir, la ausencia de una Justicia independiente. De hecho, la reforma de la Justicia es uno de los grandes objetivos de Unión Progreso y Democracia, una de las razones de nuestro nacimiento. Sin justicia independiente no hay democracia. ¿Hay alguien que pueda afirmar, si no es para justificar su última fechoría política, que la Justicia es independiente en España? Un país en el que los vocales del Consejo General del Poder Judicial son nombrados por cuotas acordadas entre los partidos políticos; un país en el que el Fiscal General del Estado es, de facto, un Fiscal General que actúa a las órdenes del Gobierno de turno; un país en el Tribunal Constitucional está sometido, por mor de su sistema de nombramientos, al poder político de turno, es un país en el que no existe separación de poderes. Todo eso (y más) es lo que ocurre en España. Por eso se puede afirmar (con vergüenza pero con total fidelidad a la verdad) que en España no existe una Justicia independiente. Y si no hay Justicia independiente, no hay democracia.
Hagamos un somerísimo repaso:

Determinados jueces y fiscales hacen adaptaciones de la ley a conveniencia del poder; recuerden la bochornosa actuación de algunos de ellos durante el período en el que Rodríguez Zapatero decidió negociar políticamente con ETA; el Fiscal General del estado argumentaba que los jueces deben mancharse la togas con el polvo del camino:; o sea, embarrarse y chapucear la ley, doblegarla, para darle la razón al Gobierno Zapatero, empeñado en tratar a ETA como si fuera una organización política; el mismo Juez que había argumentado jurídicamente ( y había conseguido que los más altos tribunales lo dieran por probado) que la izquierda abertzale y ETA eran la misma cosa argumentó lo contrario para permitir al Gobierno sentarse con la banda y a ésta celebrar mítines, asambleas, congresos, ruedas de prensa, etc... Las manifestaciones que determinados jueces declaraban legales hace un año, hoy son declaradas ilegales por los mismos magistrados. Los carteles con fotos de terroristas que hace un año no se podían retirar, hoy se destruyen sin ningún tipo de problema y siguiendo las instrucciones judiciales otrora imposibles de obtener. El terrorista trasladado hace un par de años a un balneario de San Sebastián para poder recuperarse de su estrés carcelario, ese al que acompañaba la novia a paseos fuera del hospital protegido por dos agentes de la policía autonómica, hoy ha vivir en Irlanda para no ir a la cárcel en España. Los mismos jueces y fiscales que argumentaban el derecho del criminal convicto y confeso a pasear por las calles vascas le meterían hoy a la cárcel si volviera.

Todo esto ocurre en el mismo país, con los mismos jueces, con los mismos fiscales, con el mismo gobierno... con las mismas leyes. Lo cual demuestra hasta qué punto en este país no hay separación de poderes. Insisto: sin separación de poderes, no hay justicia independiente. Y sin justicia independiente, no hay democracia.

Lo dramático de nuestra sociedad, tan joven y tan imberbe, con tan poco cuajo democrático, es que existe una tendencia a minimizar la importancia de estos hechos, porque siempre hay una mitad política que está de acuerdo con el comportamiento mediatizado de los poderes de la justicia. Como entre ellos se lo guisan y entre ellos se lo comen (entre el PP y el PSOE, con algún añadido nacionalista) ninguno de ellos está dispuesto a promover que las cosas cambien. No quieren renunciar a la parte grande de la tarta que les tocará cuando, inevitablemente, llegue la alternancia. O sea, cuando pierda el que ahora manda y le toque mandar al que ahora está en la oposición. Por eso esto es tan difícil de arreglar: porque requiere un cambio radical en las leyes que obligue a un cambio radical en los comportamientos. Y eso, amigos míos, sería revolucionario.

Ni el PSOE ni el PP están dispuestos a modificar las leyes que les garantizan el manejo del poder; esas que les garantizan que podrán ralentizar una sentencia durante años para no perjudicar sus intereses electorales en un territorio de España, y por ende, en todo el país. O esas que les aseguran que según a qué imputados políticos les llevarán a los calabozos esposados como vulgares y peligrosos delincuentes que podrían huir en otras circunstancias; o esas leyes ( y esos jueces o fiscales designados en aplicación de las mismas) que les permiten garantizar a determinados partidos minoritarios que no se iniciará contra ellos ningún procedimiento mientras sus votos sean necesarios para hacer gobiernos autonómicos; piensen en Baleares y no se equivocarán: miren cómo llegó a declarar el imputado del partido nacionalista que le ha hecho Presidente a Antich y comparen esa imagen con la de los con los imputados del PP.

Por eso, porque esperan su turno para manejar la Justicia, ambos dos grandes partidos parecen preferir pasar por estas cosas que renunciar al control de los jueces y de los fiscales cuando les toque a ellos mandar. Ambos dos partidos se conforman con insultarse y echarse los trastos a la cabeza; el "tú más", sustituye la acción regeneradora de la democracia, que les llevaría a cambiar las leyes para que ni uno ni otro pudieran ejercer mando alguno sobre un poder llamado a ser independiente en cualquier democracia que se precie de serlo. Ambos parecen haber asumido que les compensa padecer en propias carnes esos métodos antidemocráticos , que cuando se validan siempre terminan aplicándose contra uno mismo. Por eso hemos de ser conscientes de que la tarea es titánica. Remover tanta miseria acumulada, tanto conformismo, tanto egoísmo partidario, tan escaso nivel político, va a ser largo y complicado. Pero es imprescindible. Tenemos a nuestro favor que cada vez hay más ciudadanos plenamente conscientes de que todo esto es un escándalo; y que lo que hasta hace poco sólo era hartazgo empieza a tener visos de reacción. Nos corresponde liderar esa respuesta. Porque defender hoy la democracia es no renunciar a promover una justicia independiente.

Del blog de Rosa Díez, recogido en la página oficial de UPyD.

jueves, 13 de agosto de 2009

Optimismo capitalista



"La felicidad es tanto mayor cuanto menos la advertimos". Alberto Moravia

PD: Es curioso como un mensaje de una de las empresas mas potente del mundo y seguramente de las que mas explotación tenga puede ser tan positivo...Las curiosidades de la vida...

lunes, 10 de agosto de 2009

Noche de guerra en el Caúcaso

Tristes llantos, miradas tristes.
Noche cerrada sobre Tsjinvali.
Y sobre Tiflis.
Truenos que surgen de la tierra
y no del cielo.
Oscuras bombas vomitadas desde el aire
rasgando la negrura y el silencio.
Después, imponiéndose al estrépito.
Edificios, casas y almas ardiendo.
Muerte desperdigada por el suelo.
Proyectiles y balas sesgando vidas,
mientras pastan libres tanques, blindados,
y no sabemos aún si bombas de racimo.
En Pekín, Bush y Putin sonríen y se dan la mano
y brindan por sus triunfos con una copa de vino.
Deportistas de Georgia y del mundo, ningún oseto,
luchan por el más lejos, más fuerte, más alto.
Olvidando, o no recordando, junto al resto de la gente
que la que sangra es su casa y el que sufre su hermano.
El resto del planeta se divierte,
a las ovejas le dan otro pasto.
El Mundo, de momento, acaba en el Caúcaso.
Fogonazos de explosiones iluminan la escena,
intermitentes y cobardes, como el Sol y la vela,
del Guernica de Picasso.
Los hospitales se esconden en sótanos,
alimentan a viejos con lo que no comen sus hijos,
mientras las ancianas huyen de sus sitios.
Las víctimas que pueden escapan del suplicio,
las que no, las retienen como burros en establos.
Gemidos lastimeros de nuevos huérfanos,
gritos de expadres, aullidos de espanto
son los últimos trazos de este nuevo viejo cuadro.
Niños muertos, adultos muertos,
civiles muertos, militares muertos.
Personas muertas. Humanos muertos.


PD: Como conmemoración del año que se cumple de esta barbarie. Estos versos tendrán ahora, justamente un año (día arriba, día abajo). Ruego excusen su falta de calidad, pero bien saben que ni el verso es lo mío ni por eso lo cultivo mucho.

PPD: Para los interesados, circulan algunos reportajes sobre el estado actual del conflicto y la zona de interesante lectura:

sábado, 8 de agosto de 2009

Por eso nunca es tarde

Hay rivales duros, enemigos acérrimos que plantan sus armas y parecen ser infranqueables, y su imbatibilidad crece progresivamente. No podemos hacerlo, la mayoría nos rendimos ante ellos, se alzan de forma tiránica y nos embisten sin compasión, dándonos a creer que no es posible. Y sin embargo, ellos (mejor, llamemosle él) sabe que simplemente es cuestión de voluntad y de amor, que cualquiera puede levantarse de esa especie de estado alpha en el que se encuentre y mover un dedo, un simple dedo, para vencer al temible oponente.

Ese es el tiempo, nuestro peor enemigo cuando queremos y un mero trámite cuando no. Puede que ahí resida el optimismo, o al menos una parte.

Por eso Alvin Straight decide emprender ese viaje sin compañía y en ese cortacesped del 66, por eso no importa por qué se ha peleado con su hermano ni desde cuando. Por eso es capaz de recorrer esos 600 kilómetros a pesar de sus damnificadas caderas y su poca visión. Por eso a Alvin no le importa tener 73 años. Porque no le teme al tiempo, le teme a la guerra, le teme al alcohol, pero no al tiempo. Por eso Alvin sólo odia temporalmente a la vejez, sólo en aquellas veces en las que recuerda que fue joven.

Y por eso Carl Fredricksen decide no largarse a aquella residencia, por eso sufre esa transformación y empieza a comprender que nunca es tarde, que los sueños siempre pueden ser cumplidos y que siempre hay una aventura más. Por eso Carl sigue queriendo a Earl, y aún así termina renunciando a lo que tiene que renunciar. Por eso Carl, aún teniendo también 60, 70 u 80 años, un bastón como Alvin, y la cadera destrozada, como Alvin, es capaz de “despegar” de la monotonía y de arrastrar una casa en un montañoso terreno venezolano.

Por eso Alvin y Carl hacen esos líricos e inverosímiles viajes, porque son dos tíos con orgullo y sobre todo sin miedo. Bueno, por eso, y por amor, porque no importa que el destinatario de sus profundos sentimientos sean o su hermano o la mujer de su vida, lo que importa es la demostración de que el amor sí existe.

Por eso “Up” y “The Straight Story” son más que dos películas o que dos historias, porque hablan de la soledad, el cariño, el amor, la amistad, la verdad y todo lo que de verdad deberíamos abarcar en este puto mundo.

Por eso el cine no es que pueda ser literatura (como hablábamos un amigo mío y yo), es que el cine puede ser la vida.


viernes, 7 de agosto de 2009

Controversia

Oliverio Toscanini

miércoles, 5 de agosto de 2009

"Etarras Logse", de Florencio Dominguez

04.08.2009 -
FLORENCIO DOMÍNGUEZ

Los atentados recientes de Burgos y Mallorca revelan la existencia en el seno de ETA de terroristas hábiles en la fabricación de artefactos explosivos. La capacidad de algunos de sus miembros en preparar bombas y la disposición de otros a colocarlas con intención de matar es lo que hace a la banda temible.
Aunque es cierto que no todos los etarras tienen el mismo nivel, como aclaró una sentencia de la Audiencia Nacional en la que condenaba a un miembro de la banda, apodado 'Ganorabako' para más inri, y en la que se aseguraba que «su aprendizaje (...) no fue muy provechoso». «A pesar de los ingentes medios materiales y personales de que dispuso (el etarra), éste no solamente no realizó labor fructífera alguna, sino que como consecuencia de su actuación fue desarticulado un comando que disponía de un importante número de personas de apoyo», afirmó el tribunal.
Las habilidades en manualidades y pretecnología de explosivos van acompañadas de unas deficiencias en formación general que se manifiestan de forma chirriante en algunos documentos intervenidos a dirigentes de ETA. Debe ser que ha llegado a la cúpula de la banda una generación de líderes etarras surgida de la LOGSE.
La mejor muestra de las carencias formativas es un documento de estrategia ocupado a un miembro del aparato político de ETA hace unos meses. «En 1964 ETA dibujó el primer esbozo de choque con el que por aquel entonces era el presidente del Gobierno vasco, José Antonio Aguirre, defensor del más rancio y convencionalista de los nacionalismos», afirma el papel etarra ignorando que el lehendakari Aguirre había fallecido cuatro años antes, el 22 de marzo de 1960. Que las fechas no son su fuerte lo evidencia también la afirmación de que «con la muerte de Franco en 1974...». Pues tampoco: Franco murió en 1975.
Más adelante el análisis etarra asegura que «la primera crisis del autonomismo se produjo con la fractura del PNV en 1980» en la que «se creó EA». Casi aciertan porque la aparición de Eusko Alkartasuna y la fractura consiguiente del PNV no ocurrió hasta 1986. Hablan también de que el PNV «arrinconó el espíritu del Arriaga promovido en su momento por Ardanza», pero seguro que querían decir Xabier Arzalluz que fue quien, realmente, pronunció el 'discurso del Arriaga'.
Si no conocen los datos de la historia más cercana, es evidente que no se les puede pedir que conozcan las leyendas lejanas. Eso explica que el «aparato político» de ETA asegure que el Tren de Alta Velocidad «es como la serpiente troyana introducida por los capitalistas de Europa en Euskal Herria». Pase que en la LOGSE no se estudie literatura ni historia clásicas, pero confundir el caballo de Troya con una serpiente... Es que ni siquiera han ido al cine a ver la película 'Troya', de Brad Pitt y Orlando Bloom.
Después de eso casi se entiende que afirmen sin rubor que «el PNV fue el que impulsó el nacimiento de ETA» o que «bajo los auspicios franquistas, el PNV del lehendakari Aguirre proyectaba una imagen oficial del abertzalismo más burgués y clásico». Y encima matan por estas cosas.

Publicado en El Correo Digital el 4/8/09. Aquí el original en su edición digital.

domingo, 2 de agosto de 2009

El arte contra el arte

Ya tuvimos en este blog una discusión acerca de la intención intrínseca del arte, de su utilidad, planteándonos qué era necesario para que a algo se le pudiese considerar las características necesarias de lo artístico. Y hablamos de la difusión de las ideas por medio de las obras, de la legitimidad del autor para poder basar su ejercicio en determinados principios y no en el goce visual espontáneo (permitanme decirlo así). Hablamos de los mensajes crípticos que escondían cada pintura, cada escultura, cada página. Y desde luego, la disparidad de opiniones (afortunadamente) se mantuvo firme. Pero hoy vamos a hablar de algo diferente, de una intrusión legendaria firmada por un artista, un boicot al arte firmado por el arte, una embestida a la hipocresía de la sociedad y la política, directa y sin tapujos. El cómo dañar para sanar. El cómo solidarizarse con una obra destrozándola. La historia de Tony Shafrazi.

El Gernika de Picasso tiene una historia casi más extensa que su longitud, fue creado para su exposición en el pabellón español de la Exposición Internacional de París. Un encargo promovido por el director general de Bellas Artes español completado con la venia de arquitectos y escritores influyentes como Juan Larrea y Max Aub. Tras su paso por la ciudad de la luz, el Gernika inició su largo periplo mundial, fue estrella de una exposición itinerante en los países escandinavos junto a obras de Matisse y Branque. Y con la necesidad de ayudar en la causa republicana viajó hasta Inglaterra para ser expuesto en varias localidades, levantando gran furor. Sin embargo, con el triunfo nacional, Picasso comenzó a ver peligrada su pintura, y decidió mandarla a Nueva York, donde tras su corta estancia en la Exposición Internacional, el malagueño establecer su base, en el Museo de Arte Moderno (MOMA). A pesar de la consabida ideología comunista de Picasso, y no sin dificultades, el Gernika se mantuvo durante años en el MOMA, de donde sólo salió para ser expuesto en varias muestras antibélicas picassianas en países como Italia, Francia y Suecia. La victoria aliada supuso un auge de popularidad para el cuadro y su autor, y el Gernika pasó a ser considerado de una influyente obra a un símbolo mundial de la paz. Y precisamente de ésto se jactaban los americanos, de difundir aquel manifiesto pacifista ante las férreas políticas de bloques. La hipocresía de un país sumido en la Guerra Fría, en plena lucha contra el estado vietnamita y cuya futura tiranía mundial comenzaba a vislumbrarse en las décadas de los 60 y 70.

En 1974, pasada la Guerra Vietnamita, una polémica decisión estatal sacudió a America. El perdón oficial a William Calley, responsable principal de la terrible matanza de civiles acontecida en My Lai, revolvían los estómagos pacifistas de la nación y mostraban una contradicción tremenda entre la filosofía que parecía querer ser la impuesta por los Estados Unidos y lo que realmente sucedía internamente. Y Tony Shafrazi, por aquel entonces un graffitero anónimo, decidió tomar medidas directas en contra de este comportamiento, y para ello tomó como víctima al objeto que mejor representaba esa falsa mentalidad pacifista norteamericana. Irrumpió en el MOMA a plena luz del día, y con un rotulador rojo escribió en la esquina inferior derecha del cuadro “KILL LIES ALL" (“Matad a todas las mentiras”). El cuadro, gracias a la calidad del barniz, no recibió daño irreversible. Una alegoría a la paz, una muestra de vandalismo en pos de la sociedad. O un atentado a una obra de arte. Curiosamente hoy Shafrazi es un prestigioso artista, y ante cualquier pregunta sobre aquel hecho, prefiere no comentar nada.

sábado, 1 de agosto de 2009

Cómo me gustaría tener un Zippo

A veces lo pienso: me encantaría fumar. Es un vicio nocivo y asqueroso. Mata, destroza órganos, vidas y familias. Y no lo hago precisamente porque sé todo esto y lo conozco perfectamente. Pero a veces no puedo evitarlo. Lo pienso y lo confieso. Me encantaría hacerlo.

En ocasiones desearía fumar sólo por tener una excusa para evadirme de todo. Anhelo escaparme de la biblioteca cinco minutos para echar un cigarrito y que eso suponga un alivio. Me encantaría, después de una tarde de interminable estudio, salir a dar una vuelta con un cigarro en la boca y relajarme. Quizá apoyarme contra la pared a esperar a alguien con la mirada perdida en la lumbre. Mantener una conversación profunda con mi padre, tal vez sólo un paseo en silencio, cada uno con su pitillo –porque él sí que fuma-. Y sobre todo, me gustaría fumar para poder disfrutar del mayor placer que te puede proporcionar el tabaco: encenderlo con un Zippo.

Ojalá tuviera un Zippo y pudiera usarlo en esas situaciones. Me encantaría. Escuchar el silbido metálico al abrirlo, el rasguido de su bisagra. El chasquido de su piedra, casi un susurro, precediendo la sólida llama que prendiera mi cigarro. La primera calada sujetándolo firmemente mientras protejo el fuego -innecesariamente y por puro vicio, porque es un Zippo y no hace falta-. Sorber los primeros miligramos de nicotina que inundasen mi cuerpo y notarlos llegar a todos los rincones de mis pulmones y de mi cuerpo. Y cerrarlo de golpe con el pitillo ya encendido. Escuchar ese sonoro latido metálico de nuevo. Su fuerte chasquido de triunfo, sabedor de haber dejado la misión cumplida. Un Zippo cerrándose. El orgasmo nicotínico. El éxtasis tabáquico. Después juguetear con su cuerpecillo plateado entre mis manos. Notar su frío tacto de acero. Observar el reflejo de la luz sobre sus cantos. Abrirlo y cerrarlo sucesivamente, tal vez. Clic- clac. Clic- clac. Hablo de un Zippo de verdad, un Zippo clásico: ancho, delgado y chato. Plateado y liso. No de esos grabados que se venden ahora. No, no. Un Zippo auténtico. Purista. De los de toda la vida. Y por fin, admirarlo un momento, con el profundo respeto y la infinita dulzura que sólo se puede profesar a un Zippo, agradecerle silenciosamente su presencia y su labor y guardarlo en el bolsillo orgulloso de él. Hasta la próxima, compañero.

Sólo entonces pasaría a abordar el cigarro y entregarme a él con toda mi alma. Sorbiéndolo lentamente, con ritmo indefinido. Apoyado en una esquina, sentado, paseando, o acompañando la conversación. Dejar que el humo vaya enroscándoseme por los dedos, trepando por ellos como una fugaz enredadera gris y etérea. Envolverme en su niebla y respirar tranquilidad con vetas de alquitrán asesino. Y chuparlo con más ansia, casi con venganza, en los momentos que más hasta los cojones estoy de todo lo presente en el mundo y del mundo presente. Conjurarlo todo así en esos momentos de profunda ira y asco, de hastío, impotencia y aburrimiento. Y tras gozar de mi Zippo un rato, fumármelo encima con una sonrisa atravesada y labios irónicos, mientras me digo para mi mismo “A mi me vais a obligar a tragar y me vais a dar por culo lo que queráis, pero este cachito de vida me lo quito yo sólo por mis cojones, cabrones”. Y pensar que a lo mejor así gasto un cartucho de mi ruleta rusa particular y cada vez queda menos para que un palito de nicotina se decida a llevárseme por delante y a alejarme de este mundo, pero por mi propia culpa y porque yo quiero. Y saber que a cada calada que doy queda menos para mandar a tomar por culo a lo radical e irreversible tanta mierda y tanto asco.

Pero no sólo dejarlo aquí y gozarlo en los momentos en que se añora más alquitrán que tabaco. Todo lo contrario. Desearía en todo momento rizar el rizo y elevar el placer de fumar enciendo con un Zippo una vez más, y llevarlo al cubo. Y es que a lo máximo que pueden aspirar hombre, Zippo y cigarrillo en esta vida es a conjugarse sobre un barco. No hay absolutamente nada por encima de eso. Es una imagen idílica que tengo grabada a fuego en la memoria desde niño. Porque para mi recordar el mar, recordarlo profundamente, es salir del puerto al amanecer, entre niebla y aún gris, esperando que el día claree. Con las velas ya izadas y el foque cazado pasando junto a pescadores apostados en la bocana en sus garitas de quita y pon custodiando el paso de las embarcaciones. Es salir a la Bahía con martilleos metálicos resonando entre grúas, música de puerto de fondo, un chorrillo de humo de gasoil en la nariz y alguna sirena esporádica de buques mugiendo atracados a escasos metros. Y mientras mi padre va evaluándome las velas y decidiendo rumbo, ver a Teodoro, su amigo y timonel, encendiéndose cigarro de tabaco negro, antes de darle abrir su petaca de coñac y darle un trago –petaca que, por cierto, si que tengo. Regalo de mi padre-. Para mí el mar es eso: ese fondo, ese puerto, el frío Atlántico, salitre y trazos espontáneos de tabaco negro. Y pienso en eso, y me imagino a mi mismo representando esa escena, fumando, con un Zippo entre mis manos, velas henchidas, saliendo a la Bahía de Cádiz o entrando en el puerto de Cartagena, o en cualquier otro del mundo, o en alta mar, y estoy seguro de que no puede haber placer ni satisfacción mayor en el mundo.

Pero no. No fumo y nunca lo he hecho, pero es en estas situaciones, mientras las vivo o me las imagino, cuando más lo hecho de menos. Y lo pienso irremediablemente. Y lo confieso y no me arrepiento. Sí, sé que soy víctima de la publicidad. Tan débil y sugestionable como los demás. Un producto del marketing. Pero madre mía. Cómo me gustaría tener un Zippo.