domingo, 9 de junio de 2013

Reunión de pastores...

Años hacía ya que no se veían las caras, en parte porque las caras del resto del escuadrón les recordaba a cada uno de ellos cosas que no querían tener en mente. No es que fuera algo traumático, como cuentan algunos excombatientes, pero es complicado tirar de anecdotario cuando todas las historias empiezan con "Y la vez que matamos a tres...", "¿Os acordáis el bombardeo sobre...?" o "¿Cómo se llamaba aquél que murió en...?" por muy entrenada que esté la mente (al menos si lo que se pretende es echar un dominguito tranquilo y no hacer una terapia de grupo). El caso es que hacía ya 50 años desde que aplastaron a hijos de otras madres distintas a las suyas, codo con codo tanto ellos como los otros ellos, sin más acritud que la patria y el mando de un superior. Tan señalada fecha merecía ser celebrada, así que, lo que son las nuevas tecnologías, surgió como de la nada la idea de reunirse a comer, a pasar el día juntos, y crearon un grupito de WhatsApp para tal fin.
En realidad daba igual quién fue el que dio el primer paso y creó el grupo, además ninguno de ellos se llevaba tan bien con el móvil como para mirarlo, pero todo fue rodado. Todos estaban de acuerdo en ir al campo del que en otro tiempo fuera el abanderado, todos mostraron su conformidad con la idea de ir vestidos con el traje de gala militar y ninguno de ellos dudó en ningún momento que lo que comerían serían platos tradicionales, comida de la de verdad, de la de toda la vida.
Aquella mañana, uno bromeaba con el tamaño de la butifarra que acababa de comprar, otro hacía alharacas de lo fresco de sus frutas, otro que se decía buen pescador no paraba de decir que llevaría la captura del día aunque fuera menester llevarla en un tráiler, etc. Por eso pasó desapercibido el mensaje del pobre hombre, el más veterano del grupo entero, que parecía estar diciendo que llevaría avíos para hacer una paella, cuando en realidad al decir "SOS" a lo que se refería es a que cuatro descendientes de aquellos hijos de otras madres (con muy mal perder, todo sea dicho de paso), lo tenían acorralado, palos en ristre, en el párking del outlet de un supermercado y a que no le vendrían mal refuerzos.



P.D: Algo como esto es lo que llevaba meses queriendo escribir, sea mejor o peor, esté mejor o peor redactado, pero algo como esto es lo que necesitaba.

"¿A que si fumas de boca no se te sube nada? Pues lo mismo pienso yo de las felaciones."

sábado, 11 de mayo de 2013

Tan azul

Ten en cuenta que, aunque penda
de esas manos tan suaves y blancas
como el blanco traje de una novia
la felicidad como una ofrenda,
mi boca calcula palabras exactas
para no asustar a mi ginofobia.
Así, tan estúpido, tan resentido,
tan y tan mal hecho,
tan caduco y tan vil,
tan feliz por haberte dicho,
amiga, que por muy hiperrealistas
que sean tus llamaradas rojas
y las negras puñaladas de tu luz,
mi alma vive de las conquistas
de noches frías y rotas...
tan redonda, tan opaca,
tan trasparente y tan azul.

Ten en cuenta que, aunque nunca
el tiempo se pierde del todo
aun en la más vacua formalidad,
es de tontos aguantar la disputa
que mantienen mis atávicos fondos
con mi empecinamiento asexual.
Así, tan imbécil, tan destruido
tan y tan mal hecho,
tan podrido y tan ruin,
tan feliz por haberte dicho,
amiga, que por muy hiperrealistas
que sean tus llamaradas rojas
y las negras puñaladas de tu luz,
mi alma vive de las conquistas
de noches frías y rotas...
tan redonda, tan opaca,
tan trasparente y tan azul.

Ten en cuenta que, aunque dicen
que hay un paso entre ambas orillas
y que hay pocas aguas que las dimidian,
Eros y Eris juegan al despiste.
Déjame que viva con mi hipocresía,
que odiaría que odiaras mi misoginia.
Así, tan capullo, tan malnacido
tan y tan mal hecho,
tan mísero y tan hostil,
tan feliz por haberte dicho,
amiga, que por muy hiperrealistas
que sean tus llamaradas rojas
y las negras puñaladas de tu luz,
mi alma vive de las conquistas
de noches frías y rotas...
tan redonda, tan opaca,
tan trasparente y tan azul.

Tan y tan perdida,
tan y tan abollada,
tan falta
de juventud.
Tan y tan dolida,
tan y tan resabiada,
tan harta
de ser azul.


P.D: Hacía tiempo que no ponía nada por aquí y tenía unas ganas terribles de poner algo de Krahe. Cualquier excusa es buena.

"Me faltan un par de filas de dientes para sonreír un poco más si cabe y para morderme un poquito más la lengua."



lunes, 29 de abril de 2013

El Diluvio de Deucalión y otros plagios

Últimamente me ha dado por la Historia y mitología griega. No sé si por puro pedanterío o porque supongo que porque ya no hay mitos como los de antes. El caso es que leyendo "Los mitos griegos", de Robert Graves, me he topado con éste que por lo curioso del asunto me ha parecido interesante compartir. Allá va.

El diluvio de Deucalión fue causado por la ira de Zeus contra los impíos hijos de Licaón, antiguo rey de Arcadia, y los habitantes de Licosura, famosos por su maldad, su insolencia y su impiedad. Las noticias de sus crímenes llegaron al Olimpo y el propio Zeus los visitó, disfrazado de viajero pobre, para alojarse en su palacio y conocer su hospitalidad. Ciertos augurios hicieron sospechar a los licaonidas de la divinidad de huesped, así que decidieron ponerlo a prueba.  Tuvieron la desverguenza de ofrecerle sopa de menudos, asesinando antes a su hermano menor Níctimo para mezclar sus vísceras con los menudos de oveja y cabra. Zeus no se dejó engañar, y apartando la mesa de un golpe, los convirtió a todos en lobos, excepto a Níctimo, a quien devolvió la vida.
A su regreso al Olimpo, Zeus, asqueado, soltó un gran diluvio sobre la tierra, con la intención de acabar con toda la raza humana y dar por finalizada la Edad de Bronce del hombre; pero Deucalión, rey de Ptía, advertido por su padre, el titán Prometeo, construyó un arca, la avitualló, y disponiendo en ella de todo lo necesario, subió a bordo junto a su mujer, Pirra. Entonces sopló el Viento del Sur, cayó la lluvia, y los ríos corrieron con estruendo hacia el mar que creció a una velocidad asombrosa y se llevó todas las ciudades de las costas, de las riberas y de los llanos, hasta que por fin el mundo entero quedó sumergido, con excepción de unas cuantas cimas de montañas, y parecía que todas las criaturas mortales hubieran perecido salvo Deucalión y Pirra. El arca estuvo flotando durante unos nueve días, hasta que por fin las aguas se calmaron, y se detuvo en el monte Párnaso.
Al desembarcar, ofrecieron un sacrificio al padre Zeus, y bajaron a rezar al altar de Temis, junto al río Cefiso. Suplicaron humildemente que se renovara la humanidad, y Zeus, que oía sus voces en la distancia, conmovido por su bondad y generosidad envió a Hermes a asegurarles que cualquier petición que hicieran se les otorgaría sin tardanza. Tras esto, para responder a sus plegarias, Temis se les apareció en persona, diciendo:
- ¡Cubrid vuestras cabezas y arrojad hacia atrás los huesos de vuestra madre!
Puesto que Deucalión y Pirra tenían distintas madres, ambas muertas ya, decidieron que la titánide se estaba refiriendo a la Madre Tierra, cuyos huesos eran las rocas que yacían en la orilla del río. Así pues, agachándose con las cabezas cubiertas, recogieron las rocas y las tiraron por encima del hombro. Estas se convirtieron en hombres o en mujeres, según si estas las hubieran recogido Deucalión o Pirra.
Sin embargo, Deucalión y Pirra resultaron no ser los únicos supervivientes del Diluvio, pues Megaro, un hijo de Zeus, se había levantado de su lecho al oír unas grullas que le ordenaban subir a la cima del monte Gerania, lugar que se salvó de las aguas. Del mismo modo, los habitantes de Parnaso se despertaron al oír los aullidos de unos lobos y los siguieron hasta la cumbre de una montaña. A la nueva ciudad le pusieron por nombre Licorea, en recuerdo de los lobos. Así pues, el Diluvio no sirvió de mucho, pues algunos de los parnasianos emigraron con el tiempo a Arcadia, y revivieron las abominaciones de Licaón.
Este Deucalión se convirtió así en padre de Oresteo, rey de los locrios de Ozolia (...). Otro de sus hijos fue Anfictión, que hospedó a Dionisio y fue el primero en mezclar el vino con agua. Pero su hijo mayor y el más famoso fue Hélen, padre de todos los griegos.

martes, 16 de abril de 2013

Os presento a Malaluna

Por hablar, hablemos mal de alguien:
Malaluna era el suspiro de los suspiros,
el remordimiento de un verdugo mal pagado,
un hígado malcriado y falto de cariño.
Todos los miedos conocían a Malaluna,
el estallido de una bala era su apellido
y un folio arrugado, su foto de familia.
Malaluna era una lengua besando un filo.

Malaluna pescaba nubes con la napia
y por las entretelas se las remetía
igualito que si fuera un puto peluche.
El viento deseaba sentir su canina fría
y el deseo quería que Malaluna abandonara.
Malaluna siempre fue pura hipocresía
porque nunca estuvo de buena mañana
y a to cristo le daba los buenos días.

Los escupitajos que tiraba eran versos
con significado y color de brea pura,
Malaluna jamás rimó entre sí dos palabras
ni relacionó una imagen con una figura.
Nunca se le cayó la sonrisa ácida
porque el cabrón cínico de Malaluna
sabía que todas las vidas son iguales
pero la suya era más fea que ninguna.


P.D: Malaluna, el blog fantasma. Blog fantasma, Malaluna.


"... y me caigo (yo es que soy mucho de caer) como se caen los alfileres a los patinillos."



lunes, 8 de abril de 2013

Esparto y banqueta

Días de esparto,
besos de banqueta.
La sonrisa de un balanceo
vive una pena
morena y sola como la una,
morena como la luna,
fría,
frígida,
destruida
y segura,
como una muerte segura.
Días de banqueta,
besos de esparto.
El silencio de una caída
protesta a un cuello
que llora una respuesta
sorprendente, muda,
fría,
ambigua,
indiferente
y segura,
como una muerte segura.
Dias sin besos...
esparto y banqueta.


P.D: Es evidente que esto no va aquí, pero me parece de pura coherencia reflejar en ANSARLOGÍA, aunque sólo sea un poco, mi estado. Pa la posteridad y eso.

"Que no estoy muerto, que estoy de cuerda floja."

viernes, 5 de abril de 2013

Escarches y lo miserable que es uno

Voy a hacer una confesión de esas que relatan las partes más oscuras del alma de uno que reservaba para cuando publicara mis memorias, o mi carrera editorial necesitara de un artículo polémico que me diera popularidad. Al hilo de una escena relatada por Enric González dándole vueltas al tema de los escarches y su relación con el terrorismo nacionalista vascomusulmán he caído yo también en el asunto. Él la nombra de refilón, para ilustrar el tema principal, pero a mí me ha recordado bastantes reflexiones y sombras morales mías previas. La primera vez que la vi fue ficcionada en la ultra-mega-magistral-must serie Hermanos de Sangre (Band of brothers), que narra el frente europeo de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Ya avanzada la temporada, cuando allá por Holanda y tal, el ejército estadounidense va liberando pueblos de la ocupación nazi (¿SPOILER?). Posteriormente la he vuelto a ver en artículos, libros, y mucho más explícitamente, en documentales. Y al final, siempre acabo pensando lo mismo. En el fondo (o más bien superficialmente), me acabo dando bastante asquito a mí mismo. Pero qué se le va a hacer.

No, la cosa no va de judíos. Es el rapado y exhibición pública subidas a un camión de las vecinas que habían estado congraciando y follando con los nazis en la ocupación belga, holandesa y francesa. Éstas, en su mayoría jóvenes y agraciadas, bien por amor o por puro instinto de supervivencia, y como ya he comentado elegantemente, se follaban al enemigo. Voluntariamente, no forzadas. Que eso es otra historia. Al enemigo que en la misma ocupación de su ciudad (no un enemigo abstracto, propagandístico), saqueaba, explotaba, humillaba y asesinaba a sus vecinos y destrozaba sus edificios y sus calles. Cuando los Aliados llegaban y liberaban las ciudades, los supervivientes, resabiaos ellos, les daban el mencionado paseillo. Y ya en la calle los hombres les pegaban, los niños les escupían y las amas de casa les tiraban fruta podrida. Les perseguían, les gritaban, atacaban sus casas, les insultaban, las marcaban. Esta moda se inició en los Países Bajos y fue avanzando con la línea del frente hasta Francia. Y paradojas de la Historia, era una situación análoga a la que realizaban de forma espontánea los vecinos rusos, bielorrusos e ucranianos en sus respectivas liberaciones con sus respectivas concubinas germanófilas. Cosas de la condición humana, me imagino. 

Eso está mal, y es un mal absoluto. Lo veo y lo sé. Reconozco en las imágenes el rencor, el odio, la venganza, la humillación. Todo muy desmedido. Son almas humanas vomitando una bilis negra y ponzoñosa que sólo empeora la injusticia que pretende arreglar. Y sin embargo, no me dan ninguna pena esas zorras. Lo siento en el alma, pero no. Lástima sí, claro. Pero no me sale un yo muy digno de mis adentros que les gritara a la plebe enfurecida no tíos no, no hagáis eso, que también son seres humanos y merecen sus dignidad. Será empatía. Por la plebe, digo, no por las muchachas. Pero no. Y lo escribo ahora, lo releo y me encojo de hombros. Lo único que estoy haciendo es confesarme sin un ápice de propósito de enmienda. Como comentario sociológico, nada más. Así que ahorraos la moralina, porque es que no puedo asegurar, por mucho que yo sepa que está mal, que de vivir yo allí no disfrutaría rapando y escupiendo yo mismo a cualquiera de esas putas. Será que no tengo yo una moralidad a prueba de bombas (quizá ni acaso de petardos), que la propaganda me ha calado hasta los huesos, que tengo una visión muy depurada de lo que es una guerra y la humanidad o que de esta última no tengo ninguna. Y quiero creer, seguramente porque me veo obligado a ello, que de haber ostentado algún tipo de cargo de autoridad en tal situación habría hecho algo por detenerlo. General, comandante, alcalde o algo así. Más por defender unos principios universales en los que se supone que creo que por sincera piedad. Pero como no, como hubiera sido un manolo más, hubiera disfrutado dándole yo mismo el primer guantazo. Igual aquí la pregunta definitiva es si hay odios legítimos, porque que el odio habla es una evidencia. Yo para ciertas preguntas no tengo respuestas. Pero tengo intuiciones, y a falta de algo mejor son las que dejo que me guíen.  Así que hoy vuelvo a ver una nueva versión de dichas imágenes, que al final es una historia más vieja que las piedras, y me quedo igual. Lo dicho. No me dan ninguna pena esas zorras.


miércoles, 20 de marzo de 2013

"La sonrisa de un muerto."

En la mente de un mecanicista no cabe la idea del azar (tampoco la del libre albedrío, pero eso es porque los mecanicistas no creen en la existencia de arbitrariedades en un Universo apasionante y apasionado ni en casi ninguna idea de las que dan gustito) pero si no fue por eso, a saber por qué razón peregrina decidió aquel niño borrar con sus manos la sonrisa de la cara de aquel cadáver. En cualquier caso sus motivaciones no son lo que nos ocupa. Tampoco la razón por la que murió el finado, ni en qué condiciones, ni por qué tenía el niño acceso al cuerpo. Lo reseñable del asunto es que ese señor había tenido la gloriosa suerte de acabar sus días con una expresión de felicidad en su rostro, que no es que el día de la muerte de uno o lo que haga justo antes de fenecer sea más importante que el resto de la vida, pero por el simple hecho de ser un momento único y el último ya cobra cierta notoriedad dentro de la propia historia de un individuo.
Entonces estamos en que quizás por azar, quizás por una razón estúpida o quizás por ninguna razón, aquel difunto que antes estaba alegre nunca más volvería a estarlo. Su sonrisa había desaparecido para siempre en el tiempo, era imposible recomponerla, irrecuperable de entre las garras del olvido. De hecho, frente a la eternidad de muerte que le esperaba al buen hombre (que no se sabe si era bueno, pero existe y es comprensible la tendencia a presuponer que la gente, así en general, lo es), es como si su sonrisa nunca hubiera existido, como si jamás él hubiera sonreído ni hubiera sabido descifrar en toda su vida el significado de una sonrisa.
Pues, bien, yo soy ese muerto.


P.D: Ya está.

"Pienso decirte que te quiero como el que se arranca un botón."



sábado, 16 de marzo de 2013

Con la gracia en paro

El escritor que no escribe es o porque no tiene nada que decir, o porque es demasiado flojo como para decirlo. Ese es el Primer Axioma. El Segundo Axioma es que el buen practicante debe ejercitarse con una media de 500 palabras al día, y el Tercer Axioma es que de lo que se come se cría. Partiendo de la base de que en cuanto ejercicio llevo atrasado aproximadamente el equivalente a dos o tres producciones completas de Proust, que mi bloqueo creativo no es sólo expresivo, sino que también presento una incapacidad receptiva equivalente al Ministerio de Finanzas griego, y que hace mucho tiempo que sospecho que en el remoto caso que yo tenga nada que aportar al negro mundo de la opinología esto muy bien podría no importarle un nabo a nadie, debo reconocer que no estoy nada contento con esta situación.

En realidad yo diría que el problema radica en mi ordenador nuevo. Me da a mí que yo le tenía el punto cogido al teclado antiguo y con este no me termino de sentir cómodo. Yo creo que está relacionado con la postura de los brazos o de la espalda, que me queda muy rígido, y claro, así no se puede crear. También es cierto que la llama que lame mi mano más que llama va tirando a agua tibia, y que la patrulla de búsqueda que envié a las últimas esquinas de mi sangre en búsqueda de un duende me reporta no sólo una severa duendopenia sino un estado de degeneración física y lipídica que debería mirarme antes de que la panza que estoy criando me impida la visión de mi mismo pito. Lo mismo es que el fuego interior que uno creía tener se apagó, quizá definitivamente, igual hasta víctima de mi exilio asturiano. Es curioso, porque allí, creativamente encadenado y sujeto a una condena de opositor creí sentirlo varias veces. O puede que fuera fiebre. A ver si tengo suerte y conservo algún ascua o alguna brasa, y a base de avivarlo y prenderlo con magia de la de Cortázar y otros dioses quemo algo de imaginación o alguna experiencia pasada y me sale algún textillo. Mientras tanto protesto, que es lo único que se me ha dado bien en mi puta vida y con eso, de paso, practico un poco.

Plano. Planísimo. Como un rollo de cinta adhesiva al que se le ha perdido el extremo y vas recorriendo deseserado con la yema de los dedos en busca de algún doblez o algún escaloncito para sacarlo de nuevo. Y lo intentas y nada y pasas a rapiñar con la uña otra vez el rollo entero a ver si sacas ese apéndice útil de su fusión. Más o menos así me siento yo ahora mismo. Y nada. Que no me encuentro yo el extremo. O por poner otro ejemplo, como una manga pastelera rellena hasta arriba en la que te lías a apretar y apretar pero resulta que no sale nada porque del desuso se le ha taponado el boquete de chocolate así como reseco. En fin, supongo que lo único que me queda es apretar como un loco, a base de motivación y fé (a ver si las encuentro), hasta que una de dos, descongestione el boquete o me reviente  la manga pastelera en las manos. Claro que nadie me asegura que lo que haya dentro esta vez en lugar de chocolate no sea mierda.

Pues eso, que al menos me quejo. Y con esto me marco una publicación más en el blog, refresco a base de destrozarlas las lecciones más básicas de la gramática y la ortografía y quieras que no, por primera vez en año y pico, cumplo uno de los Tres Axiomas. Torbellino. Lluvia. Caballo. Pollino.


PD: Hola y tal.

lunes, 11 de marzo de 2013

Yunou uoramín

Si de todas formas era complejo
muchísimo antes de ser viejo
encontrar una que te soportara,
ahora la que no esté cogida,
si no a flor de piel, escondida,
segurísimo que tiene una tara.

Y poner cara de que me lo creo:
"No quiero perderte", "hacerte daño".
Es glorioso que pa no decirme feo
alguien cree los Eufemismos del Año.
Illa, que la cola que me ponía
pa los rituales de apareamiento
siempre ha estado desplumada,
hace mucho que despierto cada día
pringoso de mi humor infecto
y en un callejón sin entrada.

Si de todas formas a entenderse
sólo le da importancia la gente
que tiene fe en los sentimientos,
en la trascendencia y esas mierdas,
y yo básicamente lo que quiero
es una oportunidad de meterla.


P.D: Oye, perdonadme si pensabais publicar hoy...

"Hablando de tumores y de pesimismos, hay quien ve el bazo medio lleno y quien lo ve medio vacío."


miércoles, 6 de marzo de 2013

Y tanto

Tanto es de la vida el suspiro
como la risa y como el bostezo,
tanto como unos vellos de punta,
como el miedo,
como el tedio,
tanto como la idea del suicidio,
como la suavidad de unos pechos
o dos lenguas que se preguntan
cuán amargas son las despedidas.
Y son de la vida como el rojo
de una cara que se avergüenza,
como el celo,
como el cielo,
tanto como la mano que incita
y el ralo ámbar de unos ojos
que relucen y que reniegan.


P.D: Qué bien me lo paso peleándome con los poemas.

"Pues vaya gracia tener que mirar dos horóscopos a partir de ahora: sagitario y cáncer. "



jueves, 28 de febrero de 2013

Andaaa

En una silla de mimbre
con un timbre de buena maera,
se ahogan los augurios
y los agudos aullidos
de una vieja que se mea.
De la paleta bicroma
más automedicada al sur
del sur más labriego
salen abanicos color broma
para que un primo
de Hitler los admire
a la salida de un museo.

Y al final todo da igual
porque son iguales todos los días,
que la derrota se adorna de vida
igual con babuchas y delantal
que con alberos y bombillas.


P.D: Para falsos días autonómicos, falsas puñaladas de cariño.

"Mas acostumbra a traer cola la soberbia en la bata, cabalga un mundo de broma y el mundo es una cabalgata."



lunes, 25 de febrero de 2013

Tempus fugitivo

Allí estaba el alumno en prácticas, ante su primer juicio. No estaba nervioso, su responsabilidad en el mismo era inexistente y la posibilidad de que tuviese que intervenir otro tanto. Sí que le movía cierta inquietud derivada de la curiosidad, cierto sentimiento de captación de la importancia del momento. Porque allí se decidía su futuro, no en esa causa, sino desde esa causa.

Entraron en primer lugar jueces, abogados y procuradores. Como manda el protocolo. Posteriormente los testigos que debían ofrecer su versión, quienes se adaptaron al primer banco de la Sala. Y luego, con un amplio intervalo de medio minuto entró el alumno, situándose en la última esfera de esa habitación donde iba a dar comienzo el juicio. Todo se movía por el terreno de la teóricamente conocida rutina. El juez abría el procedimiento, los abogados proponían los medios a prueba y uno lanzaba su acusación mientras el otro eximía a su cliente de toda responsabilidad. Todo muy jurídico, todo muy mecanizado. Todo muy.

Y en ese círculo de normalidad se produjo un hecho que marcaría una rara estampa en el proceso. A la presentación de una prueba por medio de la parte actora, el juez aclaró que el demandado debía tener tiempo para contestar a la misma, por lo que abrió un período de reflexión en aquel mismo momento, recordando a la parte demandante que debía avisar cuando estuviese lista para contestar y que entonces el juicio podría seguir desarrollándose con normalidad. Esto no parecía sorprender en principio a nuestro alumno en prácticas, que personalmente tomó la decisión como algo beneficioso ya que así podía hacer un resumen mental de lo acontecido hasta aquel momento.

La sala se ahogó en el silencio. El abogado pasaba hojas con una tranquilidad inusual, el juez miraba al infinito sin parecer que en él se hallase un gesto de espera, el procurador consultaba su Iphone mientras los testigos se miraban buscando complicidad.

El alumno, que había terminado de repasar mentalmente lo allí sucedido, empezaba a inquietarse ante tan larga espera. Nadie abría la boca, y el tiempo pasaba y pasaba sin mostrarse públicamente. Desesperado, echó mano del móvil convencido de que, mínimo, habían pasado dos horas desde el momento de la pausa. Pero ya no le quedaba batería. El sol que antes entraba y rebotaba en la pantalla del reproductor había ido cayendo hasta el mueble metálico que la sostenía, provocando el reflejo de éste en los ojos del procurador, que se mantenía absorto ante su Iphone. El viento que antes azotaba el ventanal de la sala había amainado, y el silencio era aún mayor. El color predominante de la sala, donde nadie se había levantado para encender la luz ante la inminente llegada del ocaso, era ya anaranjado e iba tirando hacia el púrpura. La noche llegó y el alumno seguía sin entender nada, desconcertado al no saber la hora exacta, calculaba que debía llevar allí al menos ocho horas, siete y media desde que el juez había parado el juicio. La desesperación se reflejaba en su cara, pero una cosa era estar tremendamente desalentado, y hambriento, y sediento, y cansado, y otra cosa muy diferente era interrumpir un procedimiento civil la primera vez que acudía a juicio. Lo intentó lanzando prolongadas miradas a su procurador, que había cambiado el móvil por un expediente, pero éste respondía con una ligera mueca, como si aquella situación fuera corriente.

Al amanecer del día siguiente, cuando ya se oían a las primeras furgonetas que salían de la ciudad, el abogado respondió a la prueba y el juicio continuó. Se mandó a dictar sentencia treinta minutos después y las partes salieron de la Sala con absoluta normalidad. El procurador le preguntó al alumno qué le había parecido, a lo que éste respondió: "Tal y como me lo habían descrito".

jueves, 21 de febrero de 2013

"Un perro llamado dolor"

Entre las paredes de la carne
mi techo parece ser el consuelo
y la luz, un insulto al descanso.
Si todo se esfumara en el hambre,
respirar sería el miedo
a estar de paso,
como cuando no importaba nada
y me reía
sin miedo a caer
pero la pena me esperaba,
siempre, como un perro
con cara de lucidez.

Fuera de todo, todo era nada,
como cuando los palomos dormían
y las farolas esquivaban envites,
como cuando andar no molestaba.
El brillo de nuestra elegía
solía reírse,
se exhibían las madrugadas
como un crío
con lágrimas nuevas
y la lucidez me esperaba,
siempre, como un perro
con carita de pena.


P.D: Ahí voy.

"¿Si alguien piensa que muerto estaría mejor demuestra optimismo?"



viernes, 15 de febrero de 2013

La transformación

Podría decir que todo empezó cuando me rodearon, pero en realidad fue ahí donde todo acabó. Aquél fue el principio de un interminable fin. No sé cómo pude escapar, pero desde luego no lo hice indemne. Sé que corrí más de lo que mis piernas aguantaban, mucho más lejos de lo que mis pulmones resistían, corrí como si se me escapara el alma por la boca. Cuando estuve a salvo, no me sentí así, estaba nervioso y el corazón me latía extrañamente fuerte, a pesar del esfuerzo físico realizado aquellos latidos eran excesivos, jamás me había sentido así. Creo que sudaba aunque no estaba seguro. Creo que apretaba las mandíbulas y creo que me temblaban tanto los dientes, en un bruxismo tan violento, que creo que me rompí un colmillo y que el sabor metálico que notaba en la boca no era fruto de mi imaginación. Creo que tropecé y creo que tenía algo roto, pero ya sólo sentía la sangre fluir torpemente por mis venas, como si se estuviera espesando y el histrionismo de mis sístoles y diástoles apenas dieran abasto para mantenerme vivo. No estaba bien, eso desde luego, la realidad había retrocedido dos pasos y se alejaba de mí, por ello escuchaba todo como en la distancia y veía el mundo con retardo y con los contornos de todo lo visible e invisible dejando estelas a su paso, nublando mi percepción. En algún momento caí al suelo y no pude levantarme, todo se volvió oscuridad y silencio.
Igual pasé 5 minutos allí tirado o igual fue un día entero, pero al fin y al cabo podemos confirmar que me levanté. No era capaz de articular palabra, todo lo que alcanzaba a vocear eran gruñidos. Y alaridos. Y aullidos. Gritaba porque me dolía todo. Y todo no es sólo lo que me debía doler, las heridas del día anterior y todas las lesiones que acumulé en mi huida. No. Todo es todo. El silencio y la calma que el frenesí de mi corazón dejó había sido sustituido por una lucidez insólita a la hora de reconocer y sentir nuevos dolores. Me dolía la piel, cada roce del viento, las articulaciones, las mucosas, la sequedad de los ojos, las uñas, incluso cada idea que mi abotagado cerebro era capaz de traer al primer plano de la consciencia. Me dolía el hambre que tenía, un hambre indescriptible, de extrema necesidad, un hambre animal. En la garganta se me acumulaba una ruidosa manifestación de preguntas y quejas que escapan de cuando en cuando desordenadamente hacia el exterior en forma de berridos ininteligibles.
Era uno de ellos, al fin, la infección se había propagado por todo mi organismo y me había convertido en uno de ellos. Ya sólo podría votar al PP.

P.D: Maburro.

"Me vuelvo vulgar cuando me empalmo".

miércoles, 13 de febrero de 2013

Y mitologías

No me queda cera
para hacerte unas alas,
no me quedan soles
ni dioses que los fabriquen
para derretirlas,
para que seas libre
de caer o de no,
de besar el mar,
de obedecer las leyes,
de pagar lo injusto y caro.

No me quedan ganas
de acampar ante la puerta
de la casa del deseo
ni de inventar engaños
que me procuren
oportunidades,
que me acerquen
a las victorias más sonadas,
que cubran mis defectos.
No me quedan motivos,
aquí les dejo una herida.

No me quedan cadenas
porque las que tenía puestas
hace mucho que las tiré
y a nadie le deseo
mis águilas ni mis hígados,
ni mis fuegos,
ni mis misiones.
Quede como despedida
que sólo quería libertad,
ahora mentíos
y prometeos felicidades.


P.D: Pa comerme entera.

"Y que el primer paso hacia el amor sea ahorrar".


jueves, 7 de febrero de 2013

No pondré

No le pondré ganas a mis penas
ni más penas a la vida
que las que se merezca.
No pondré peguitas,
ni acentos a tus faltas,
ni asteriscos a tus pies de página.
Procuraré no ponerle pestillos
a los secretos que no compartimos,
procuraré no poner en la alcancía
más de lo que quepa.
No pondré un puchero sin comprobar quién viene
ni palos que traben con la horquilla los radios de la rueda delantera de tu blanca bicicleta de paseo.

No pondré el ojo en la llaga
ni el dedo en el parche,
no pondré cara de que no va conmigo,
no pondré una sílaba de más ni de menos
ni pondré los dedos por delante del genio,
ni pondré mi vida al servicio
de fueros que no sirvan a mi vida.
Jamás pondré una mano
sobre tus palabras,
no pondré banderas en ninguna parte,
no pondré etiquetas, no pondré un poner
ni posavasos que se ahoguen con el chaparrón que suda el vaso que se bebió tu whisky,

Ni tactos que quemen las cicatrices que los cuarzos fueron dejando en la blancura de tu cal,
ni huellas que influyan en el desarrollo natural del itinerario de tu errático y azaroso camino,
ni proyectos de algoritmos que ayuden a crear metodologías pragmáticas para organizar proyectos que mejoren el
[nivel de vida de los proyectistas,
ni piececitas de silicio que gobiernen nuestra distancia con el autoritario reclamo del desagrado,
ni formas creativas a las nubes que vuelen por encima de nuestras cabezas con forma de vapor,
ni un nombre secreto que nos convierta en presuntos cómplices a los ojos del mundo y a las espaldas de la gente,
ni respuestas estimadas para rellenar el hueco insoportable y leve que dejan en el aire las preguntas relativas
e intentaré no poner jamás nada que no sienta en el retablo que nos inmortaliza.


P.D: Pongo esa imagen porque me parece como extraño eso de que adjuntando una foto a cada entrada nunca haya puesto a una mozalbeta desnuda. Ya con esto me desquito.

"Yo por una tía siento amistad, ganas de follar o las mariconadas que dice Bryan Adams, y ambos sabemos cuál es meme y cuáles son genes."


miércoles, 6 de febrero de 2013

Corgao

Se te escapan un par de mechones del gorro de lana y de ahí cuelga todo. Y todo son las paredes, las aceras, los coches y las ventanas con todas las vidas que en la pantalla de sus cristales se dejan espiar. Todo es el mundo que entero y pleno cuelga de tu pelo y a veces se balancea un poco. Es por eso que a veces me mareo con el vaivén y me quedo paralizado por lo incierto que se presenta el camino que pende de tus labios. Yo, que nunca me he quedado sin palabras y que las derrocho a diario como si no costaran dinero, pierdo el hilo de mis pensamientos cuando veo al Universo arreguindarse de tu pelo, y más cuando no lo veo, y más aún cuando lo tengo delante, y más aún cuando no lo tengo.
Reconozco que estoy muerto de miedo porque temo que cualquier día te vas a ir y te vas a llevar los dichosos mechones y vas a dejar caer el mundo al suelo y se van a romper los edificios y las carreteras y las puertas y las escaleras bajarán por fin en un estrepitoso descanso y yo no podré evitarlo de ninguna forma porque estoy mareado y paralizado y nunca supe escribirle bien a este tipo de sentimientos. Dime tú qué hago.


P.D: ^_^’


"Si enfocan a un futbolista lo cogen escupiendo, si enfocan a un chirigotero lo cogen mascando letra."


lunes, 4 de febrero de 2013

Crónicas dublinesas (III)

Y que el punto y coma no tenga nada que ver
con una sucesión, con una enumeración,
con una lista, con varios ejemplos
ni con nada parecido.
Y que las ideas no le deban nada
a las palabras que descaradamente
se adueñen de su esencia, sin permiso
y sin precisión suficiente.
Y que las palabras formen regueros que tengan
muy claro dónde terminar su marcha,
cuándo es buen momento para parar
y cómo puntuarlo.

P.D: Esto es lo último que tengo inédito de esos días.


"Tan de la vida es el suspiro como la risa."



domingo, 3 de febrero de 2013

Crónicas dublinesas (II)

Un dios existiendo,
el mensaje secreto
de tus pezones
leídos en Braille,
la llamarada canela de las sogas
que ahorcan una erección
y que tristes
sonríen,
leen,
recorren Baggot,
dicen adiós
sin ganas,
callan a viva voz
y asesinan,
asesinan lo que más,
cada intención.


P.D: Yo a lo mío.

"No tienes carne para tanto morbo."



sábado, 2 de febrero de 2013

Crónicas dublinesas (I)

P.D: Uso el pre-data para comentar que me he encontrado tres poemillas que escribí en Dublin y que no habían visto la luz, así que los voy a colgar. Ea.


Total, el juego no nos divertía
porque cuando iba a terminar
decidiste enseñar las cartas.
Total, si el resultado no importaba.

Total, hacía frío en la calle
y no había aliento en el que
resguardarse de los tréboles.
Total, si de algo hay que morirse.

Total, si tus osos y mis mojarras
no se conocen, ni yo iba a hacer
una caña de madroño. Total, que
toque el arpa el que tenga dedos.


"La vida es una serie de despedidas y ácidos empates con pinta de victora."




"Que son de piedra y no se nota"...

Ah, de piedra...
Ah, esa esfinge gitana
fría como un mar de acero
consumiéndome a caladas,
calados alma y huesos.

No se nota...
No se inmutaba nunca
al clavar en estacas
cabelleras sin peluca
y pelucas arrancadas.

Y peor es quedarse fuera
viendo que todo explota
tras unos ojos que son
de piedra
y aún dicen que no se nota.

Todas las plumas de gaviota
se metían intravenosa
la tinta que no iban a escribir,
y a Dios se le iba el santo al cielo
formando charcos en el suelo
por la reina mora de los Gipsy Kings.


Ah, de piedra...
Ah, de esas puñaladas
que regalan motivos
pa sangrar a carcajadas
humores y sentidos.

No se nota...
No se merece promesas
ni falsas esperanza
el pobre que espere la buena:
las hay muertas o malas.

Y peor es quedarse fuera
viendo que todo explota
tras unos ojos que son
de piedra
y aún dicen que no se nota.

Me quitaba más que las drogas,
muriéndome hora tras hora
sin más palabras para describir
cómo la vida se me vuela
por mi cruz, sueña que te sueña
con la reina mora de los Gipsy Kings.

Que son de piedra
y no se nota...

Y que corra el que se preste
y se le marchite la frente,
que ya hay bastante con existir
como pa morirse de celos
por los velos y los desvelos
de la reina mora de los Gipsy Kings.


P.D: Por poner un algo.

"No te cabe tanto morbo en tan poca carne".



martes, 29 de enero de 2013

Caligrama (IV)

  


P.D: ¡Y a color!

"Tanto es de la vida el suspiro como la risa..."

lunes, 28 de enero de 2013

Arsa

Que te lo digo a ti para darme cuenta yo,
que nunca he sido de seguir la dirección hacia
la que señalan el resto de pares de ojos,
ni de planear expediciones para alunizar en el Sol,
que perder el sentido no está dentro de mi idiosincrasia
y con los juegos me pongo rojo.

Me imagino que tú tienes para contar tu historia
pero no es cuestión de menospreciar mi equipaje.
En fin, yo tengo claro que no te importa y también
que no pretendo hacer de mi vida un culto a la memoria
y que acabar obsesionado no entraba dentro de mis planes.
Un gusto no es un disgusto al revés.

Como la vida acostumbra siempre a dar volteretas
y a correr como el cuerpo decapitado de un pollo,
dejemos que sea ella la que en un recoveco
nos tumbe las ganas de hacer lo que nos apetezca,
que dar mi vida por un capricho ajeno no es mi rollo.
Total, que en la esquina te espero.



P.D: Os juro que creía que era "harsa" con h.

"Ojalá todo se desarrollara bajo la tierna protección del ruido."



martes, 22 de enero de 2013

Intercostal

Quiero resbalar en la pared,
buscar a tientas las llaves
y que alguien me diga lo que
quiero, por el gusto de caer,
dejar de intentar imitarme
y tragarme lo que me toque.

Debo estar atento al resto
de distracciones cruciales
que conforman mi existencia.
Debo disculparme si molesto
pero nadie valora los modales
cuando el apocalipsis arrecia.

Tengo un silbido en los ojos,
una preocupación intercostal
y las ilusiónes en barbecho.
Tengo un almacén de despojos
y una pregunta por formular
clavada en mitad del pecho.


P.D: A mí me gusta...

"La de veces que uno tiene que decirle a otro las cosas para entenderlas..."

lunes, 14 de enero de 2013

Cartas de Jesús María del Valle Fresnedoso: "Ay, in mare veritas"

Y me imagino que los que salen a la calle a gritar "¡¡Hemos ganado!!" cuando su equipo de fútbol obtiene la victoria, hacen lo propio el día que ven una película porno y llaman a sus amigos para decirles "Hemos follao"*. Esos son los mismos que no usan albornoz, que retiran con el tenedor la membrana externa de la yema del huevo, los que beben cerveza sin alcohol, que no llevan bata cuando están por casa y los que siempre tienen encima un paquetito de clínex. Desconfío automáticamente de esas personas. Esa es la sociedad que tenemos hoy en día, una sociedad con calcetines tobilleros y el criterio en la secadora.
Un ámbito, por decir uno, en el que sale a la superficie la verdadera condición de un ser humano es cuando, despojado de todo artificio, entra en contacto con la naturaleza, con la cruda natura, con los orígenes de todo. In mare veritas, se diría en la lengua de Platón. Cuando una persona se pone de pie en la arena y encara la inmensidad del mar con el respeto oportuno, ahí es cuando de verdad se sabe de qué material está hecho y si de verdad merece la pena hablar de él con respeto. Las palas, un cubito, una improvisada pelota de fútbol, una buena tumbona y un sudoku -aunque yo siempre he pensado que los autodefinidos son más nuestros y ejercitan más el lenguaje, caramba, que los números del 1 al 9 ya nos los conocemos de antes- o incluso la mojigatería de volar una cometa, cualquier cosa excepto tirarse encima de una toallita harapienta a que te dé el sol en la epidermis untada en un pringoteo industrial y antihigiénico, por favor. Elegir la inactividad y remedar la falta de vida de los pasivos seres de la creación, inertes y sumisos, es el nihilismo de la propia existencia. Desconfío automáticamente, también, de cualquier persona que en una playa se limite a dejarse cocer por la radiación infrarroja sin interactuar con el medio ni con el resto de sus congéneres. ¿Qué somos, iguanas?






 ______________________

*Nota del editor:** Esos son los mismos que increpan al árbitro por un posible robo e incluso salen a la calle a quemar contenedores y tirar piedras pero se quedan en casa (supongo que viendo el fútbol) cuando el establishment consuma un robo de los de verdad.

**Nota de Jesús María: Disculpe, señor editor, pero no recuerdo cuándo autoricé que se insertaran notas en mis cartas.

sábado, 5 de enero de 2013

Ni quich

Andar descalzo nunca fue una bandera,
la saliva ajena sabe a saliva,
la procesión se lleva por fuera,
tener reservas es procrastinar la vida,

París es un sitio con muchas casas,
las animadoras son muy mal ejemplo,
a nadie le favorecen las gafas de pasta,
mirar al horizonte es perder el tiempo,

la envidia no es un tipo de lechuga,
puedes tener los ojos abiertos al besar,
tu giro transgresor ya estaba escrito,
no es más oscuro el mundo del que fuma,
casi todos los atardeceres acaban igual
y la fealdad sirve de anticonceptivo.


Elvis jamás contempló sus votos,
ni resulta cómodo leer en la ventana,
ni por estar en sepia es mejor foto,
ni liberarse es follarse a una rana,

ni el amor es como el sexo sin ganas,
ni se ponen de moda los que escriben
y se desahogan contra las palabras,
ni todos los feos estamos disponibles,

ni es educado esperar al otro,
ni las personas están pa lo que sirven,
ni fingir respirar es cosa de vivos,
ni la nostalgia es dibujar un mono,
ni las películas son mejores en el cine,
ni la dignidad es un anticonceptivo.


P.D: Yo a lo mío...
P.D.2: El de la foto es Kundera pero se me parece a mí (a Pito, quiero decir).

"Soy bastante guapo para lo feo que soy."