sábado, 4 de septiembre de 2010

Cartas de Jesús María del Valle Fresnedoso: "Ay, las hormonas"

Y semana tras semana, verano tras verano, jóvenes de todas partes se afanan en encontrar a la muchachuela más fácil del local en cuestión. Pasa por todo el mundo, de idéntica forma. Todo se convierte en un pretendido ballet que se mueve al ritmo de una canción que todos conocen. Se representan unos papeles, se recitan unos diálogos. El peinado, la ropa, la actitud, el olor, etc, forman parte de esa especie de hechizo, de esa liturgia, de ese ritual. Así es, pues, tal como lo digo: un ritual de apareamiento. Como el del ciervo que agita su cornamenta o el del pavo que contonea su enorme y colorida cola. Son reclamos, llamadas a los instintos.
Y si tengo que ser sincero, me avergüenza que después de millones de años de evolución en los que nuestra capacidad de raciocinio ha llegado a cotas tan magníficas, sigamos comportándonos como bestias. En lugar de preocuparnos por alcanzar estadios de excelencia, nos preocupamos por conseguir copular con mujeres que tengan los pechos turgentes y las cachas tersas como el pellejo de una pandereta.
El impulso de perpetuar la especie a base de una propagación indiscriminada de genes es algo primitivo y más propio de los animales. Me quedan muy lejos esos silvestres intentos de montar a la hembra con las caderas más anchas. ¿Somos conejos, gorriones o hienas? No, amigos, somos mucho más. Somos humanos. El factor diferencial, la marca evolutiva, nuestro absoluto dominio, lo que nos ha hecho diferentes al resto de seres vivos no es salir a ligar, sino la mente. Nuestra inteligencia, la razón, el pensamiento. Por eso me considero mucho más humano que vosotros, jóvenes. Soy mucho más humano porque cuando vosotros salís a follar de la forma más salvaje, yo me quedo en mi casa imaginándomelo.

3 comentarios:

  1. ¡Coño! ¿Ahora escribe Juan Manuel de Prada para PATOCIENCIA?

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  2. Que poca verguenza!!!Y el se cree el mas civilizado del mundo:D me encanta xD

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  3. ESte tio sigue la misma filosofía que yo, si que sabe, porque salir a cazar si en internet esta todo. A la distancia de un click.

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