jueves, 7 de octubre de 2010

PATOS arreglando el mundo (2)

Mira que aborrezco el autobús, sus retrasos y todos sus problemas, pero en esta ocasión me ha dado pie a. Y dar "pie a" es mucho, conste. Al lío:
A las 13:30 cogí el autobús en Virgen de Luján.
Para los viajes en tren y autobús acostumbro a llevar unos auriculares enganchados al móvil para ir escuchando música y que se me haga más corto el trayecto (aunque de un tiempo a esta parte también llevo un libro). Hoy llevaba unos cascos de los que regalan en el AVE. Ya sabéis, de esos negros de cable largo con un protector rojo en el izquierdo y uno azul en el derecho. Son unos auriculares terribles con los que no se puede escuchar música a demasiado volumen y que distorsionan en los bajos, pero hacen el apaño y son gratis. Valen muchísimo más de lo que cuestan.
El caso es que por Nervión, una parada después del Ramón Sánchez Pizjuán, se montan un par de majolillos adolescentes (los aborígenes los llaman "canis") y se sientan un par de sitios por delante de mí. Las pintas no las describo puesto que son de dominio público los estándares de dicha especie. Eran unos majolos básicos, unos arquetipos. Y, claro, llevaban la música del mp3 sonando por el altavoz.
Resumiendo, me bajé cuatro paradas después de que ellos se montaran y de camino a la puerta del autobús me paré junto a ellos y llamé en el hombro al que estaba sentado en el asiento que daba al pasillo. Cuando se giró, sin decir una palabra le ofrecí como regalo mis auriculares. Se quedó petrificado, mirándome pasmado, como si se le hubiera aparecido el espíritu de Chiquetete (que no está muerto, pero se aparece porque le da la gana). Asentí, animándole a cogerlos y cuando al fin lo hizo, me apeé del vehículo.
Y sí, perdí mis cascos, pero el mundo ganó mucho más que eso.


P.D: Historia verídica, por supuesto.

"Si todo el mundo aportara su granito de arena, podríamos enterrar a mucha gente."

4 comentarios:

  1. Sí que podriamos enterrar a mucha gente.

    ¡Viva! (Que cada cual haga su interpretación)

    Yo le hubiera dado los cascos al subir el muchacho, no al irme yo. Eres demasiado solidario.

    Un abrazo, primo.

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  2. Sabes que me puede mi buen espíritu y toda esa mierda...

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  3. "El caso es que por Nervión, una parada después del Ramón Sánchez Pizjuán, se montan un par de majolillos adolescentes (los aborígenes los llaman "canis") y se sientan un par de sitios por delante de mí. Las pintas no las describo puesto que son de dominio público los estándares de dicha especie. Eran unos majolos básicos, unos arquetipos. Y, claro, llevaban la música del mp3 sonando por el altavoz."

    Ni Feliz Rodriguez de la Fuente, oiga.

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  4. Totalmente de acuerdo con el Muro, aguantas la mierda y luego la solucionas. Qué puto asco de buena persona!.

    Asesinaba a todos los que escuchan la música por altavoz en sitios públicos, hoy mismo me he dado cuenta de que no es una simple manía española. MERDE.

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