martes, 8 de marzo de 2011

Libre interpretación de la fábula de la rana y la escalera

Antes que na: la fábula de la rana y la escalera es mu sencilla. Trata de una rana que quiere subir una escalera de mano normal y corriente. Cuando está llegando al último peldaño con todo el esfuerzo del mundo, se cae. Decide volver a intentarlo una y otra vez porque las ranas de las fábulas son así y les va el rollo de la perseverancia.


Enfrente de la escalera,
por la ley del esfuerzo,
la rana pensó "Lo que sea
que haya arriba ha de ser bueno
porque tanto subir al cielo
debe tener su recompensa".
Y a ello que se puso, presta,
subiendo el escalón primero
por puro convencimiento.
No le dolieron las prendas
para el segundo y el tercero
porque no gana ni de lejos
el que nunca persevera.
Las demás baldas venideras
algo más la retrayeron
y, oh, destino traicionero,
cuando se acababa la escalera,
cayó y tuvo que empezar de nuevo.

"Vaya suerte la que tengo",
se enfadó, magullada y fiera.
Ella veía un reto serio
donde otros desesperan.
Y subía otra vez sin miedo
con la gravedad como compañera
a veces tirándole de los dedos,
a veces zarandeando su cadera.
Fue así como cayó de nuevo
y empezó a subir la escalera.
Caer y volver a subir ya era
más que por recibir un premio
por cosa de honor y nobleza.
Mas cayendo en diez intentos
pensó sobre su vida entera:
"Ay, tanta caída me exaspera",
tan mal rato y aun estaba en el suelo,
"¡que le den por culo a la escalera!"


P.D: Lo de la foto es una rana muerta.

"Cuando escucho el nombre de la capital de Kenia me acuerdo de aquella canción de Los Manolos (versionada por un grupo inglés): Oh, Nairobi! Nainonainonaaa. Oh, Nairobi! Nainonainonaaaaa!".

2 comentarios:

  1. La verdad es que, iluso de mí, no pensaba ser el primero en decirlo, pero vaya poema más currado. Hay mucha belleza en la alegoría y la contra-moraleja.
    Te ha quedado bastante bien.

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  2. Peor sería que fuera el primero y último.

    Qué soltura tienes, quién la tuviera... para poder contar las cosas en verso así de bien.

    Un abrazo, primo.

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