lunes, 2 de noviembre de 2009

El exiliado de la APAP (parte 2 de 2)

Una noche, al volver a casa, se encontró todas las luces apagadas excepto la de su dormitorio. La puerta estaba cerrada, pero la cálida luz de la lamparita se escapaba por la rendija de abajo. Era raro que su esposa estuviera despierta hasta tan tarde. Alguna luz de alarma se encendió en su mente. Algo en su interior le chivó lo que iba a pasar, el desenlace, pero no lo quiso creer. Aun así sucedió.
Abrió la puerta y vio a su mujer y a alguien más en la cama. En su cama. Había alguien más allí, con ella. No se lo podía creer. Se habría puesto furioso en otras circunstancias, pero tal y como pintaban los bastos casi no parecía merecer la pena. Saludó, dijo que no se preocuparan por él, que se marcharía. “Lo siento mucho, cariño”, dijo su mujer. “Disculpa”, dijo Stephen Hawking.
Había tocado fondo con el corazón en carne viva. Era una sombra de la persona que fue. No le quedaban motivos para vivir. No había nada en el mundo que no hubiera sido pisoteado. Todo lo que tenía que ver con su persona parecía estar maldito, perseguido por una fuerza extraña que lo empujaba hacia el desastre más absoluto. Nada merecía la pena. No podía seguir así.
Por ello se agenció una soga y una banqueta. Hizo un nudo corredero en un extremo del cordel, y ató el otro a uno de los pilares del sótano de su edificio. Tambaleó la banqueta hasta que definitivamente se tumbó. Por unos instantes el tiempo se detuvo, quedó suspendido en el aire, vio a sus hijos, a su mujer, a sus compañeros de trabajo. Se le escapaba una lágrima justo cuando su cuerpo comenzó la caída… pero algo falló. La soga no soportó su peso y se rompió frustrando sus intenciones.
Se estampó de bruces contra el suelo. Tuvo ganas de llorar, de morderse la lengua, de darse cabezazos hasta perder la cordura. Se tuvo que romper la soga. “¡Por siempre te maldigo, Stephen Hawking!, ¡maldita tu estampa y el momento en el que naciste!, ¡¡te maldigo a ti y a tu jodida Teoría de Cuerdas!!”.


P.D: Hoy hago una excepción. En lugar de darme auto-bombo reproduciendo una cita mía al final del texto, voy a transcribir la primera reacción que obtuvo el mismo.


"¿Y así se gana la vida, diciendo que la materia está compuesta de cuerdas? ¡Cuerdas ni cuerdas! Ahora yo digo que está hecha de cadenitas de oro con la Virgen del Rocío." Marta.

6 comentarios:

  1. Jajajaja Al terminar de leerlo sólo he podido pensar en que crack es Stepehen Hawking, es el puto amo. Bueno muy bueno Antonio, me molan este tipo de historias.

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  2. Muchas gracias por volver para leerme, Ale ;).

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  3. Al final los guapos siempre se quedan con el trabajo y la mujer, sólo hay que ver la foto para entender toda esta historia.
    Buena saga.

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  4. Pues yo me compadezco del pobre miembro de la APAP, Hawking es un puto pesao.

    En conjunto el texto es magnífico.

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  5. Todo es físico en esta puta vida...

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  6. Alguien juega a Dragones y Mazmorras? (el que no lo coja es inútil).

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