jueves, 16 de junio de 2011

Vienen nubes negras

Me niego a seguir viendo los telediarios de Antena 3. Me parece una putísima vergüenza el viraje tan descarado que vienen haciendo desde hace unos meses hacia la bragueta del señor Rajoy. Una cosa es que busque la pluralidad escuchando la otra versión de las noticias, y otra muy distinta que aguante esa sensación que tengo cada día desde hace ya muchas semanas, de que poco a poco nos están metiendo un carajo bien gordo desde esa cadena, con dos enormes pes tatuadas en el glande. Algunos dirán que sigo escuchando La Brújula, Las Mañanas de Carlos Herrera, o leyendo las columnas del El País. Exactamente, porque cuando busco opiniones, las quiero escuchar desde todos los bandos. Pero cuando lo que quiero son noticias, exijo que al menos aparenten ser neutrales. Usar un espacio como el telediario para ir dilatando el ojete de los espectadores con nocturnidad y alevosía me parece, como mínimo vomitivo.

Evidentemente, algo ha cambiado cuando hacen cosas que meses atrás no. Supongo que ya ven irremediablemente cerca el advenimiento de su líder, y un medio que no siempre le ha respetado a nivel personal buscará congraciarse y dejar bien claro qué testículo cuelga más. Desgraciadamente, ahí veo yo el origen de todos nuestros males, en unas elecciones que ya sean en octubre, noviembre, marzo o cuando el demonio quiera mandarnos nuestro propio apocalipsis, ya están ganadas. Una etapa más de nuestro asqueroso “Turnismo (im)pactado”, que supone un avance con respecto al sistema de Cánovas y Sagasta. Si estos dos al menos se ponían de acuerdo en cuándo le tocaba a cada uno, el sistema de ahora consiste simplemente en sentarse a esperar que el otro se estrelle solo y sin ayuda de nadie, para levantarse entonces a recoger los restos y ocupar el sillón de presidencia. Nuestro “Turnismo esperado”. ¿Cuándo hay que soportar en la oposición? ¿Cuatro años como Zapatero? ¿Ocho como Aznar? ¿Diez como Rajoy? No pasa nada. Ancha es Castilla y cómodo el trono.

Qué quieren que les diga, ya que el PSOE nos ha sumido en un inmenso pozo de mierda en el que cada vez nos hunde más, así que lógico pensar que lo suyo es dar una oportunidad a los otros para ver si con sus métodos nos sacan. Pues lo peor que puede pasarnos es quedarnos igual, y eso lo tenemos ya asegurado con los que están, y al menos tienen la incógnita de la eficacia. Esa mentalidad, no exenta de su razón, es la que va a llevar al PP a Moncloa. Sin embargo, a poco que me paro a pensar, se me cae el alma al suelo. En tío que invariablemente va a gobernarnos dentro de unos meses no deja de ser el mismo que lleva tres años callado, siendo su principal baza estratégica no abrir una bocaza que pueda hacer a la gente pensar y restarle votos. Es el mismo tío que hace ruedas de prensa con guiones y sin aceptar preguntas (ayer mismo, la última). Es un orador pésimo, un comunicador asqueroso (“mmme ha pasado algo verdaderamente notorio…. Ehh…”), y un político denostado por la mayoría de los españoles (a su nota media en las encuestas me remito). Y sin embargo, va a ganar, porque parece la opción menos mala. Y es triste en un país con oradores políticos tan notables como Albert Rivera, Rosa Díez, Antonio Basagoiti, Julio Anguita, Duran i Lleida y Joaquín Almunia, vaya a ser presidente del gobierno semejante patata.

La única esperanza que tengo es que no consiga una mayoría absoluta que le dé total impunidad, y pueda verse un poco controlado por algunos partidos de los que dependa. Pues yo soy de la opinión de que en España no manda el que duerme en la Moncloa, sino el que le quita el sueño al que duerme en la Moncloa. Y sobre todo, me da fuerza creer que esta puede ser la última vez que vayamos a las urnas con una ley electoral avocada al bipartidismo, gracias al reciente despertar de nuestra sociedad y las exigencias que puedan plantearle esos otros grupos de los que dependa. Así, confieso que veo irremediable que Marianico llegue al gobierno, aunque no con mi voto (lógicamente, si el PSOE sobrevive y puede hacer algún tipo de oposición, tampoco contará con el mismo). Sin embargo, vuelvo a hacer la misma llamada que hacía al principio. Acuérdense de la última vez que abrió la boca el pollo que nos va a gobernar. ¿Les viene algo a la mente? Quizá sacando curas a la calle junto a señoras con sus collares de perlas contra los derechos de los homosexuales. Quizá los mismos curas contra el aborto, quizá los mismos curas contra cualquier otra cosa, portando y haciendo suyas una bandera que es de todos. ¿Van haciendo memoria de lo que dijo la última vez que habló? Quizá todas esas cosas. Quizá junto a todas aquellas que vinieron después. O quizá ninguna, porque quizá no fue más que una triste pesadilla.

3 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con tu artículo en la mayor parte, sin embargo el viraje político no es sólo antena3, ya que esta a mi parecer era la más neutral antes de las catastróficas municipales, si no las grandes de Izquierdas como La sexta o cuatro, las cuales van suavizando descaradamente sus discursos hacia políticas no tan definidas.

    En resumen todas tiran pa' la derecha, solo que antes su posición era diferente.

    Saludos Pedrín!

    Nuria

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  2. Y Don Julio sin presentarse, me cago en la leche.

    Estamos ante un panorama verdaderamente desolador. ¿Cómo voy a votar a alguien peor que yo? xD

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  3. No me gusta que compares a Rajoy con una patata. La mayoría de las patatas vocalizan mejor que Rajoy, y todas sin excepción tienen mayor CI.

    Una vez zanjado este tema de las patatas, me gustaría añadir que mi madre las hace al vapor y están tremendas... Ah, espera, no, que ahora iba lo de la política: ¡Vota Patata!

    Un saludo.

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