miércoles, 10 de febrero de 2010

Cánceres y metástasis

Dentro del gran cáncer que corrompe la Democracia española, hay a mi juicio un enorme y principal foco metastático que, como es su condición, o muere o acabará matando: el PP. Siempre me he referido a él como la gran casa de putas de la derecha hispánica, que pretende actuar como el gran saco en el que caigan todos los votos vertidos a la diestra del PSOE. No es, sería estúpido pensarlo, la fuente de todos los males ni su fin el único remedio, pero es un factor importante.
Esta enfermedad que constituye el PP algo que solo se curará cuando ese grupo se divida en al menos dos partidos distintos: uno que represente a la derecha moderada y socialdemócrata y otro que abarque conservadores y liberales. Mientras tanto, lo más que podrá decirse es que el PP solo tiene un objetivo ideológico definido: mandar. Ganar elecciones. El poder por el poder. ¿Cómo se explica un partido político moderno y democrático con cuatro líneas ideológicas distintas? ¿Cómo es posible que para un mismo partido pidan votos gente tan dispar como Gallardón, perteneciente a la derecha más moderada y socialdemócrata; Aguirre, feroz liberal; o Mayor Oreja, demócrata-cristiano y conservador? Se junta gente que no tiene nada que ver simplemente para sumar los votos necesarios y repartirse la tarta después.
Así surge un engendro como el que tenemos hoy en día, un partido viejo, anquilosado, podrido, oxidado. Un partido que es una masa incontrolable, totalmente invadido por la corrupción, en el que cada cual asoma el ascua a su sardina particular y sigue en realidad sus propios intereses. Un partido consumido por sus divergentes luchas intestinas que sin duda acabarán perforándole las tripas hasta hacerlo morir de sepsis.
Evidentemente, todo esto tiene su repercusión orgánica, y es la otra gran metástasis que surgió como respuesta: el nuevo PSOE. Aunque sí posee una línea ideológica fundacional, ahora mismo no es más que una mera anécdota en un gran cuerpo que se constituye para fagocitar a todo el que pueda quedar descolgado del partido anterior, para lo que se ve obligado a caer en constante demagogia y a cruzar de largo la línea que marca el comienzo del ridículo. Su arma electoral no es más que “¡Qué no ganen los otros, que son la terrible derecha!”.
Además, como inmenso cuerpo del que se nutren ambas metástasis, está esa gran tropa de ratas oportunistas, lameculos profesionales, analistas de pago y medios de desinformación propagandística que nunca han dudado en cambiarse de barco y bandera en cuanto en el que estaban hacía un poco de agua o, falta de ojetes que succionar, se les acababa el chollo.
Y así estamos hoy en día, con dos viejas máquinas impotentes construidas con el único fin de ganar elecciones a cualquier precio y cuya estrategia electoral más eficaz es dejar que los otros se peguen una inmensa hostia ellos solitos.


5 comentarios:

  1. No me tocaba hoy a mí el artículo de política? xD

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  2. Po pa mañana rey. Mejor pa tí además, que seguro que te sale mejor que el mío xD

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  3. El otro día hable con mi padre sobre mas o menos lo que escribes. Es lamentable tanto el gobierno que tenemos como su oposición. Mira que sería fácil hacer una buena oposición. Sólo me alegro que en las próximas elecciones Rosa ganará muchos mas escaños.


    PD: Gallardon es de izquierdas a mi no me engaña...

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  4. Gallardón a tí no te engañará, pero ZP a mi me tiene despistao... ¿ese es del PP o del PSOE?

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