¿Tú qué dices...

... PEDRO?


P: ¿Qué es para ti PATOCIENCIA?

Muchas cosas.
Para empezar, PATOCIENCIA es un hobby que comparto con tres de mis mejores amigos, desarrollando algo que me encanta y con lo que disfruto muchísimo, y que encima me une aún más a ellos. Para mi es un revulsivo, un atril, una tribuna y una terapia. Y además, es una oportunidad. Un comienzo. Algo que me ha hecho lanzarme a hacer algo que llevaba dentro y no me atrevía, y me ha ayudado a romper la vergüenza que me frenaba. Pero por encima de todo, es una diversión y un orgullo. Una “criatura” que parí junto a Curro y que llevo junto a él, Antonio y Ale, a la que dedico muchísimo tiempo y muchísima ilusión. Es una oportunidad labrada por nosotros mismos.


P: ¿Qué crees que aporta cada uno de tus compañeros al blog? ¿Cómo definirías tu aportación?

Yo le aporto mi grado de acidez, mi vena periodística y divulgativa y mi visión sensiblona del mundo.
Ale le aporta un punto ajeno a tanta letra que nos ayuda mucho, muy importante para “bloguizar” el blog y socializarlo, y además con mucha personalidad. Ale es un tío con muchísimas inquietudes, muy curioso y muy vinculado con el mundo que le rodea, como ha demostrado en varias entradas.
Curro aporta un punto muy “académico”. Es un tío tremendamente culto, y muy leído. Y muy reflexivo. Es un pensador, y eso se le nota en cada entrada. Trata temas que pueden resultar muy lejanos o inaccesibles a muchos de una forma exquisita y amena. Es nuestro Punset particular. Y ese punto se nota mucho en sus narraciones relatos. Curro tiene muchísima personalidad y queda plasmada en cada entrada que hace.
Antonio nos da un nivel de calidad inalcanzable de otra manera. Él vale para esto, ha hecho monólogos, verso, prosa, microrelatos, artículos… Y todo ello con muchísima calidad, algo muy difícil al tocar tantos palos. Me acabo de dar cuenta de que si Curro es nuestro Punset, ¡Antonio es nuestro propio Camarón! Además, nos aporta experiencia, ya que él es el que escribe desde hace más tiempo. Todo esto nos ayuda mucho, ya que nos impulsa a crecer en este sentido a Curro y a mí. Hay un proverbio que dice que nada puede crecer bajo grandes sombras, pero hasta dónde yo he visto, no es así.
No obstante, el caso particular de Antonio creo que me aporta más personalmente a mí de lo que aporta al blog, que ya es decir. Él es mi amigo más antiguo, nos conocemos desde hace casi todos nuestros años. Hemos crecido juntos. Mucho de lo poco que yo he aprendido en esta vida ha sido a su lado, a veces de él, y tenerlo aquí compartiendo esto conmigo me hace tremendamente feliz. El día que me dijo que quería involucrase en este proyecto no sabía si sentir miedo a que nos eclipsara o orgullo de que quisiese hacerlo. Es emocionante pensar que después de tantos años seguimos siendo dos niñatos del pueblo más perdido del rincón más perdido de un país perdido que siguen soñando con ver algún día su nombre en el lomo de un libro. Aunque él nunca lo diría de una forma tan cursi.



P: ¿Qué entrada de cada uno de vuestros compañeros es vuestra favorita? ¿Y vuestra entrada predilecta?

De Ale, el “Perder el tiempo” en el que rescataba la joda de Wyoming. De Curro, “El buitre tras el hambre”, sin duda. De Antonio, “Camino de lo incierto”, y eso sin saber lo que venía luego. Y mía, “Caucásica estafa”, por ser la primera, o “Retazos de orgullo”.


P: Escribir: ¿qué, cómo, cuándo, dónde, cuánto, por qué?

Porque me lo pide el cuerpo, me bulle la cabeza y me arden los dedos.
Escribo porque me sale del alma. A veces veo algo que me indigna y me enciende muchísimo y empieza a gotearme el colmillo. Otras se me ocurre una idea, empiezo a darle forma y no me la quito de la cabeza y ella misma me pide que la escriba. Pueden venir en cualquier sitio, en la ducha, en la calle, en clase, con los amigos, acostado… Pero para escribir necesito estar tranquilo y descansado. No funciono con sueño. En el mismo acto de escribir, yo me imagino a mi mismo como un escultor. A veces tengo clarísimo en mi cabeza que voy a decir con todo detalle, tengo una imagen en la cabeza con todos los pliegues de la ropa, y simplemente la plasmo con el cincel. Otras tengo sólo la imagen, pero voy añadiendo los detalles según esculpo el folio, por inspiración natural e instantánea. Otras sólo sé más o menos que quiero decir, sé, por ejemplo, que voy a esculpir una mujer, pero no sé nada más. Me pongo a modelar el folio y sale lo que sale. Y sobre cuánto… pues digamos que cojeo en capacidad de síntesis, como habéis visto.


P: ¿Creéis que hacéis literatura? ¿Os consideráis escritores? ¿Artistas quizá?

Ni de coña.
Le tengo demasiado respeto a esa palabra para decir que nosotros hacemos literatura. No todos los escritores hacen literatura, mucho menos nosotros, que aún no somos escritores de verdad. Somos escritores en tanto que escribimos por gusto, por instinto y ánimo de crear, pero lo mínimo que se despacha en esa palabra. Arte… Arte como Arte no. Practicamos un arte, pero lo que hacemos no está elevado a esa categoría.


P: ¿De qué estás cansado?

De tantas cosas...
De la injusticia, del egoísmo, de la incultura voluntaria, de que nos tomen por tontos, de los acomodamientos, de la falta de memoria, de las mentiras… Y de las mafias legales del mundo occidental: los grandes partidos, las grandes organizaciones, ayuntamientos y universidades. De los lobos de camisa y corbata con rolex de oro.


P: ¿Es mejor ser querido de manera reducida u odiado destacablemente?

Según.
Si los que te odian son delincuentes, nazis, racistas, demagogos, embusteros, políticos, ladrones, catedráticos al uso, y demás de esa calaña, es bueno que te odien. Aunque siempre es mejor un sentimiento positivo y que te quiera. En cualquier caso, lo peor es no causar absolutamente nada, la indiferencia. Ser un vacío vivo.


P: ¿Quién es el personaje más impactante de la historia?

Seguramente, uno de los más determinantes de la historia sea Karl Marx, pero aún es pronto para decirlo. También Jesucristo, obviamente. Sin embargo, si tengo que quedarme con uno, sería Sócrates.


P: ¿Existen los países vulgares? ¿Es España un país vulgar?

Circustancialmente.
Quiero decir, no creo que entre en la idiosincrasia de un país la vulgaridad. Y tampoco podemos generalizar a toda la población, sería injusto. Pero respondiendo a la pregunta, en este caso, sí. España es un país vulgar, de momento. Un país con la clase política que tenemos (electa, encima), con un parlamento que parece un circo con los payasos aplaudiendo y abucheando, como si fuera una corrida de toros y no el Parlamento de la Nación, con unos modelos de comportamiento con tan poca educación, con unos ministros que atentan contra la cultura y nuestra lengua, una población que otorga los mayores índices de audiencia a programas como “El Diario”; “DEC”, cualquier mierda de Telecinco y demás productos de famoseo, y cuyo periódico más comprado es el Marca, hacen de España un país bastante vulgar. Sí.


P: ¿A qué se debe que la Iglesia transmita un mensaje tan antagónico al de Cristo? ¿Fue sólo por poder? ¿Crees en Dios de alguna forma?

Puro marketing. La jerarquía católica ha creado una empresa que lleva en la cima más de dos mil años. Sin duda, la más exitosa y longeva de la historia. Ha tenido la gran virtud empresarial de saber someter la ideología de la gente a sus principios, y adaptar sus principios a sus necesidades empresariales durante muchos siglos.
Por mi parte, y si creo en Dios. Soy un hombre piadoso, incluso tiendo al misticismo, y necesito a Dios en mi esquema, en mi modo de entender la vida y el universo. Llámese “causa motora”, “inteligencia organizadora”, “ente superior” o la “idea de perfección”. Pero el caso es que de alguna forma creo que hay “ese algo”, aunque no se parezca mucho al que utilizan desde el púlpito. No puedo compartir la visión de Dios de aquellos que lo utilizan para convocar manifestaciones homófobas, o excomulgan a médicos y pacientes por abortar pero no a curas que abusan de menores. Así que piadoso sí. Quizá hasta cristiano. Pero desde luego, no católico apostólico romano.


P: ¿Por qué estudias lo que estudias?

Eso mismo me pregunto yo cada mañana desde hace un tiempo.
Ahora mismo, estudio lo que estudio porque tengo esperanza. Confío que las cosas cambien, y poder ser en el futuro lo que hace tres años soñaba hacer, de la forma que soñaba hacerlo. Y cuando empecé a estudiar, lo hice porque me parece la mejor forma de ganarse la vida: ayudar, curar, devolver la salud. Sin duda, adoro la Medicina como ciencia y me encanta lo que me ofrece, pero lo que más me atrae y siempre me ha enamorado de esta profesión es el componente humano, la relación médico-paciente. Últimamente me estoy dando cuenta de que me atrae mucho la investigación y la docencia (aunque nunca universitaria), pero lo prioritario para mí es el factor humano.


P: ¿Te podrías definir políticamente?

Creo en el centro, o transversalismo, en la medida que no soy capaz de encajarme exclusivamente en uno de los dos bandos. No quiero renunciar a principios de uno como no del otro, igual que veo inaceptables dogmas de ambos.
Creo en la evolución dialéctica, en la conjugación de los polos y en el consenso. Eso es ser centrista. Aunque también es verdad que no conlleva en sí mismo una ideología. Es una forma de vida, o de entender las ideologías, más que una ideología en si misma. Ideológicamente, soy progresista, laicista, y creo firmemente que la libertad y la igualdad han de ir de la mano, y no se puede sacrificar una para lograr la otra. Libertad e igualdad son sagradas. Ambas. Pero principalmente soy un progresista convencido. Creo en el avance, en la evolución. Pero el progreso no significa avanzar a tontas y a locas, ni huir hacia delante. Al revés, no podemos dar la espalda a nuestra tradición y nuestra procedencia. El que no conoce su historia está condenado a repetirla, del mismo modo que no sabe de dónde viene no sabe a dónde va. Por eso creo en el futuro, pero sin olvidar el pasado. Hay que creer en el progreso pero echándose a la espalda todo lo que hemos hecho, no simplemente dejándolo atrás. También creo en la luz y en la cultura. Creo que los valores fundamentales de la ilustración son válidos hoy en día. Por último, creo en los estados y en las naciones, pero también en la humanidad como raza. Una cosa no quita la otra.


P: ¿Una vocación frustrada?

Corresponsal de guerra. Leer tanto a Pérez- Reverte y George Orwell tenía que tener efectos secundarios por cojones. Aunque espérate que un día no terminen de tocarme los lereles y dejemos de utilizar la palabra frustrada.


P: ¿El sitio más bonito en el que hayas estado? ¿Y el más especial?

El mundo está lleno de sitios preciosos y maravillosos, y muchos más que solamente por lo que vives en ellos o con quién los compartes se convierten en especiales.
No obstante, es cierto que algunos destacan. Como bonitos, Lucerna, Barcelona, Berlín, Roma, Florencia, Asís, Praga, Covadonga, Cádiz y mil más. Y como especiales, los lagos de Interlaken en los Alpes, los castillos de Fussen, el Lago di Garda, el Mediterráneo, Nápoles, Munich, Dresde y otros mil. Sin embargo, hay dos ciudades muy especiales para mí, que serían la respuesta a esta pregunta: París y Venecia, respectivamente. Ambos tienen una belleza, una magia, una singularidad y una esencia muy muy muy especial.


P: Algo para terminar:

Si has llegado hasta aquí, simplemente gracias. Y si encima vas a perder el tiempo leyendo más tonterías nuestras, te amo. En cuanto a los festejos… Ya sé que sólo son cien entradas, pero… ¿a quién no le gusta darse un homenaje de vez en cuando? ¡Qué demonios!