Su mini-civilización era mucho más avanzada. De hecho no había punto de comparación entre su inteligencia y la de aquellos gigantescos bárbaros que dominaban a sus anchas la SRC de más acá de las nubes.
Todos los mini-científicos se afanaban por hacerle la vida más fácil a los mini-habitantes con su esfuerzo y tesón. Mientras tanto, los macro-seres se encomendaban a las supuestamente iluminadas mentes de unos cuantos hechiceros, mientras se mataban, perseguían y vilipendiaban entre sí por conflictos y razones inexplicables. No es por tanto de extrañar que entre los mini-mandatarios, mini-artistas y mini-pensadores, muchos se mofaran de lo rústicos e iletrados que eran los macro-seres.
Animados por su constante búsqueda del saber, en el mini-mundo habían decidido construir una enorme (diminuta) plataforma (colchoneta hinchable) en medio del mar (charquito) para cultivar en ella millones de mini-anacardos y estudiar su interacción con millones de mini-niños (el plan era plantar las plantas, niñar los niños y llavar con llave por fuera). El estudio se fundamentaba en las teorías de un mini-genio, el cual había hecho una tesis que versaba sobre la capacidad mágica de los anacardos para crear una simbiosis con los humanos desde la más tierna infancia.
Y así se hizo.
Paralelamente, un reputado mini-arqueólogo hizo una expedición por las profundidades buscando mini-fósiles de mini-trilobites. Con ellos podría terminar su estudio sobre la evolución de las mini-especies y tener así una visión más global y veraz sobre su hostil entorno.
Ese bichejo del que solamente había referencias en libros, era para él como la última pieza de un enorme rompecabezas. Por ello se armó de valor y botellas de oxígeno, dejó todo bien atado en la superficie (aseguró su vida, su casa, su coche y una cuerda a un árbol) y se lanzó a la aventura.
Casualmente, el intrépido buzo encontró varios mini-trilobites hechos roca bajo la plataforma usada para el estudio de los anacardos (que se llamaba Anacártida). Sin duda, algún mini-artrópodo se habría sorprendido de que alguien hubiera llegado hasta allí para buscarlo y que sin más lo robara, miles de años después de su última cena.
Al extraer uno de aquellos pequeños esqueletos petrificados, el simpático aventurero rasgó un poco el fondo de la colchonetita casi sin darse cuenta. Tampoco le dio mucha importancia al asunto.
Y es cierto que su mini-civilización era mucho más avanzada. Tanto, que pudieron justificar aquel triste desenlace. Pero, finalmente, ya no había tanta mofa al ver que sus errores habían sido absolutamente menores, aunque relativamente idénticos.
Y está claro que eran mucho más inteligentes. Tanto, que ya sabían de qué animal provenían las mini-gambas. Pero, al fin y al cabo, todos peleaban contra los mismos molinos a mayor o menor escala.
P.D: Valgan las licencias lingüísticas.
"Perdona, pero para decir ciertas frases te tienes que quitar las patillas"
martes, 12 de enero de 2010
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Es cierto, la frase en realidad era "el plan era sembrar las plantas, engendrar los niños y cerrar con llave por fuera", pero se me hacía MUY atractivo "el plan era plantar las plantas" y creo que me era imposible hacerlo sin "niñar los niños" ni "llavar con llave por fuera". Lo siento.
ResponderEliminarSí, eso ha sido toda una licencia XD Me ha gustado tío, muy original como de costumbre!
ResponderEliminarxD
ResponderEliminarMe veo con reacciones encontradas. Al principio iba a decir que me ha encantado muchísimo, en serio, me ha flipado esta RP.
Peeero, al leer tu comentario me he descojonado, por lo tanto predomina el xD.
Por cierto, deja en paz a Curro, joe.
En serio, me ha encantado muchísimo. Muy basto el final.
Que te tomas para escribir esto?
ResponderEliminarMUy bueno!!! y tu comentario buenisimo jejejeje
Me gusta, muy original, un buen giro a la historia y con clase.
ResponderEliminarEso sí, en la frase te has pasado, qué forma de desprestigiar la libertad de expresión de por ejemplo Asimov, o de, también por ejemplo, YO.
(Ya no llevo patillas, a no ser que te refieras a las patillas a las que se refiere el Señor Burns).
La verdad es que iba por un chaval de mi clase, pero para ti también vale, Curregocéntrico.
ResponderEliminarP.D: Me encanta esta entrega de RP, para que no digáis que el resto de veces es falsa modestia.
Antonio,
ResponderEliminarPedro dijo...
...
Por cierto, deja en paz a Curro, joe
...
Así que el primer Curregocéntrico no soy yo xD.
Vaya, perdona, es que suelo ignorar lo que escribe Pedro. Pero, bueno, no os peleéis por mí.
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