Hoy cocinaremos una buena Ensalada Arqueológica.
Ingredientes:
-1 cogollo de lechuga
-1 cebolleta
-1 tomate
-Muchas cosicas
-Sal
-Pimienta molida (preferiblemente blanca)
-Vinagre
-Aceite
Preparación:
Cortamos en finas tiras el cogollo y lo ponemos en remojo. Manteniéndola un rato en agua conseguiremos que no esté lacia cuando la comamos. Le cambiamos el agua varias veces y lo enjuagamos concienzudamente para quitarle toda la tierra que pueda tener. Enjuagamos también el tomate. Picamos la cebolleta muy fina y la echamos en un plato (se ve que es una ensalada individual). Cortamos el tomate y lo incorporamos a la cebolla. Escurrimos bien de agua la lechuga y la ponemos en el mismo plato. Como nos hemos pasado un montón cortando lechuga, lo pasamos a un plato hondo más grande.
Llega un momento crucial para el exiliado. Un buen exiliado debe saber cómo adaptarse a su entorno en cada situación. Sobrevivir es la clave, el confort es un plus. Por ello, si el exiliado encuentra nueces a su paso, le echa nueces a la ensalada; si un verdadero exiliado encuentra pasas en su camino, le echa pasas a la ensalada; si un genuino exiliado encuentra jamón york en su ruta, le echa jamón york a la ensalada; si un jodido arquetipo de exiliado se topa en su vida con una bolsa de ositos de colores con sabores frutales, le echa la maldita bolsa de ositos de colores con sabores frutales a la pajolera ensalada y, orgulloso de sí mismo, se arrepiente amargamente de su último hallazgo.
Consejo para los exiliados aventureros: si podéis, procurad encontraros fortuitamente con una manzana. Le da un toque crujiente a la ensalada y si no es de una variedad seca, endulza el aliño con el jugo que desprende (muy recomendable, en serio). También podéis encontrar a un módico precio unas tarrinitas que traen tacos de salmón y queso conservados en aceite y eneldo, todo ello con la calidad que garantiza Hacendado.
A continuación, se añade vinagre, pimienta, sal y aceite al gusto. En teoría se deben mezclar los tres fuera de la ensalada en proporciones determinadas y agregarse a la vez, pero los exiliados no somos amigos de fregar por fregar. Así que lo echamos a ojo en el orden anti-alfabético.
Se intenta mezclar todo lo que ya había en el plato con el aliño. Como al remover la ensalada no paran de caerse cosas del plato, que se nos ha quedado pequeño, pasamos todo a una ensaladera.
Y sí, nos hemos pasado con el vinagre.
Mojamos pan en el fondillo cuando nos terminamos todo lo sólido y nos acostamos a dormir con ardentías.
Resultado: Pues mira, a base de ensaladas y hallazgos no paro de engordar.
lunes, 15 de marzo de 2010
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Me encanta la recete, lo único que no me gusta es que le hagas publicidad a Mercadona...
ResponderEliminar... mierda.
Jajajaja Dios mío, esto pinta muchísimo más apetitoso que los Maca-ruleta!!!
ResponderEliminarJajajaja, lo que más me gusta de todo es la sección en sí. Te puede dar tela de juego. Odio con toda mi corazón las ensaladas, pero con ositos de goma lo mismo hasta me lanzo!
ResponderEliminarOs aseguro que la carta de ensaladas del Exiliado es bastante recomendable :P.
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